A la luz los nuevos negocios de Toño Sanchís mientras Belén Esteban pide cárcel

En el fotomontaje en imágenes de archivo Belén Esteban y su exrepresentante Toño Sanchís
Por qué a Toño Sanchís no le va nada mal (aunque aún le debe dinero a Belén Esteban)

Según recoge Informalia, y tal y como adelantaba el citado medio a finales de octubre, a Toño Sanchís no le va tan mal. El documental 900 días sin Anabel, disponible en Netflix, se ha convertido en uno de los más vistos a nivel mundial dentro de la plataforma. Compuesto por tres capítulos, este proyecto aborda el secuestro y asesinato de Anabel Segura, una joven que vivía en la exclusiva urbanización de La Moraleja, en Madrid. Anabel fue raptada con el propósito de exigir un rescate millonario a su familia, pero los captores acabaron asesinándola.

Toño Sanchís, conocido por su pasado como representante de Belén Esteban y otros famosos, ha tenido un papel destacado en el éxito de este documental, ya que figura como uno de sus productores ejecutivos. Su contribución se llevó a cabo a través de Loveo Audiovisual, una sociedad limitada cuyo objeto social incluye la "producción, comercialización y emisión de programas en televisión, así como la coproducción, rodaje, distribución y comercialización de películas cinematográficas".

Un renacer profesional

Este éxito en su faceta como productor llega tras un descenso estrepitoso en su carrera como representante de personajes mediáticos. Durante años, Sanchís estuvo al lado de algunos de los colaboradores más reconocidos de la televisión española, como Ylenia Padilla, Kiko Matamoros, Mila Ximénez y Terelu Campos. Sin embargo, su trayectoria comenzó a tambalearse tras el mediático litigio con Belén Esteban, que terminó con una contundente victoria para la televisiva.

La relación entre Toño Sanchís y Belén Esteban iba más allá de lo profesional: la de San Blas confiaba plenamente en él, hasta el punto de incluirlo en su testamento. Sin embargo, en 2015, su vínculo se rompió por completo a raíz de un problema fiscal. Según explicó Esteban, descubrió que debía cerca de 600.000 euros a Hacienda debido a diversas irregularidades que ella desconocía, ya que confiaba plenamente en que su situación económica estaba en orden.

La sorpresa de no tener dinero

El problema no solo residía en la deuda, sino en la incapacidad de hacerle frente. Belén Esteban confesó en varias ocasiones que no estaba al tanto del dinero que había generado a lo largo de su carrera ni del saldo en sus cuentas bancarias. Por aquel entonces, según explicó, era Toño Sanchís quien gestionaba todos sus asuntos económicos. La situación la llevó a investigar lo ocurrido, y pronto surgieron numerosas irregularidades.

Entre las conclusiones que expuso, destacó que Sanchís había aumentado unilateralmente su comisión del 20% al 30% sin reflejarlo en un contrato escrito, según su versión. Además, recopiló facturas y documentación que, según ella, demostraban que no había recibido la totalidad de los pagos por muchos de sus trabajos. Por ejemplo, alegó no haber cobrado parte de las galas de Más que baile –programa que ganó–, ni los derechos de autor de su biografía Ambiciones y reflexiones, que vendió cerca de 60.000 ejemplares. Según Esteban, firmó un contrato cediendo los derechos de autor a Sanchís, confiando plenamente en él y sin haber leído los términos.

La batalla legal

La situación culminó en una demanda judicial en la que Belén Esteban reclamó que Toño Sanchís le devolviera el dinero que, según su versión, le correspondía. Tras varios años de enfrentamientos tanto en los tribunales como en los platós, la Justicia falló a favor de Esteban, condenando al exrepresentante a pagarle cerca de 600.000 euros, una cifra basada en las pruebas que ella pudo presentar.

Mientras el conflicto con Belén Esteban marcó el declive de su carrera como representante, el éxito de 900 días sin Anabel parece haberle brindado una oportunidad para resurgir profesionalmente, esta vez desde la producción audiovisual.