Se destapa el oscuro y turbio asunto que tendría al marido de Raquel Mosquera en prisión

Se destapa el oscuro y turbio asunto que tendría al marido de Raquel Mosquera en prisión
La empresaria atraviesa uno de los momentos más difíciles de su vida. Su marido, Isi, se encuentra en prisión preventiva en París desde hace varios meses por un presunto asunto de estupefacientes. Mosquera ha emitido un comunicado pidiendo respeto y advirtiendo contra la difusión de rumores.

El entorno de Raquel Mosquera vive días de enorme preocupación. Su marido, Isi, con quien contrajo matrimonio en julio de 2024 tras una década de relación, permanece privado de libertad en Francia desde hace aproximadamente cuatro meses. Hasta ahora se desconocían los motivos exactos de su detención, pero nuevos datos revelan que el caso estaría relacionado con un presunto delito de drogas, según han apuntado distintos colaboradores televisivos.

De la discreción al escándalo mediático

La noticia saltó el pasado fin de semana, cuando se supo que el marido de Mosquera estaba retenido en territorio francés y a la espera de juicio. La empresaria, que regenta un centro de belleza en Las Rozas (Madrid), ha intentado sobrellevar la situación en silencio, centrada en su trabajo y su familia.

Sin embargo, este martes la colaboradora Belén Esteban aportó detalles más concretos en el programa No somos nadie:

“Todavía no hay auto, pero está en prisión en París y parece ser que para mucho tiempo. Le queda bastante”, afirmó.
A su lado, el tertuliano David Insúa añadió que “todo apunta a un asunto de estupefacientes” y que el marido de la peluquera se encuentra en prisión preventiva, a la espera de que la justicia francesa determine su futuro.

La versión coincide con la información adelantada por el periodista Kike Calleja en Fiesta, quien ya advertía hace días que el asunto era “muy delicado” y que el círculo de Mosquera prefería mantener una estricta discreción. Fuentes cercanas al matrimonio aseguran que Isi lleva encarcelado unos cuatro meses y que Raquel ha intentado mantener la normalidad, aunque se la ha visto “triste y preocupada”.

El comunicado de Raquel Mosquera: “Me mantengo fuerte, especialmente por mis hijos”

Tras la avalancha de titulares, la empresaria y exmujer de Pedro Carrasco rompió su silencio con un comunicado urgente difundido a través de redes sociales y recogido por diversos medios. En él, pidió respeto y advirtió sobre las informaciones no contrastadas:

“Me mantengo fuerte, especialmente por mis hijos, mi familia y las personas que me rodean”, escribió. “La difusión de mentiras o de noticias falsas tendrá consecuencias”.
Mosquera precisó además que no realizará más declaraciones “por respeto al proceso judicial en curso” y confirmó que cuenta con asesoramiento legal especializado para afrontar la situación.

Un matrimonio que parecía inquebrantable

Raquel e Isi se conocieron en 2014 y sellaron su amor el 27 de julio de 2024, en una ceremonia religiosa celebrada en Las Rozas. La fiesta posterior, con ritmos nigerianos en honor a las raíces de él, reunió a familiares y amigos que entonces los veían como una pareja consolidada y feliz.

Para Mosquera, era su tercer matrimonio: primero estuvo casada con el boxeador Pedro Carrasco en 1996 y, posteriormente, con Tony Anikpe, padre de su hija Raquelita. Con Isi tuvo a su segundo hijo, Romeo, que ahora se ha convertido en su principal apoyo emocional.

Entre la fortaleza y la incertidumbre

A día de hoy, las autoridades francesas no han emitido comunicación oficial sobre los cargos concretos ni sobre la duración de la prisión preventiva. El caso, según fuentes jurídicas consultadas por algunos medios, podría tardar meses en resolverse.

Mientras tanto, Raquel continúa trabajando en su peluquería y tratando de mantener una rutina estable para sus hijos. Personas cercanas aseguran que, pese al dolor, “no se derrumba” y que intenta proyectar serenidad en público.

La situación, sin embargo, ha devuelto a Mosquera al ojo del huracán mediático, un terreno que conoce bien pero del que llevaba tiempo alejada. Su entorno más íntimo pide cautela y respeto, insistiendo en que “no todo lo que se dice es cierto” y que la prioridad es proteger a los menores y “esperar el curso de la justicia”.