Celos, amagos de divorcio, trabajo... Por qué a Letizia no le gusta el palacio de su suegra

En la residencia oficial de la Familia Real en verano, Felipe y Letizia tuvieron su mayor crisis. La convivencia no siempre ha sido la ideal

Celos, amagos de divorcio, trabajo... Por qué a Letizia no le gusta el palacio de su suegra - Fotomontaje: El Español
photo_camera Celos, amagos de divorcio, trabajo... Por qué a Letizia no le gusta el palacio de su suegra - Fotomontaje: El Español
Según informa Cristina Coro en EL ESPAÑOL, ya lo dijo Isabel II sobre Buckingham Palace: “Si estas paredes hablaran”, le comentó a Margaret Thatcher en una de sus reuniones habituales con la Primera Ministra británica, como revela una de las biografías no autorizadas sobre la vida de la Dama de Hierro.

A nuestro nivel, está claro que no se puede comparar Buckingham Palace con Marivent, pero lo cierto es que el palacio mallorquín lleva 46 años como residencia de verano de nuestra familia real y sus muros también podrían contar muchas cosas. Desde celos (por parte de Sofía), a amagos de divorcio (entre Letizia y el propio Felipe), a discusiones (entre Carlos de Inglaterra y Lady Di) o la convivencia. Porque sí, entre Sofía y Letizia no han ido del todo bien las cosas en vacaciones. 

El recinto de la discordia está situado en el barrio costero de Cala Major y fue mandado edificar por Ioannes Saridakis sobre un solar de 33.000 metros cuadrados en 1925. En 1965, dos años después de la muerte de su propietario, fue donado a la Diputación Provincial de Balears como museo público, por su viuda Ana Marconi, con la que Saridakis se había casado en segundas nupcias un tiempo después de que falleciera su primera mujer y dueña del patrimonio familiar, Laura Mounier. La cesión de la residencia a Juan Carlos y Sofía, que ostentaban el título de príncipes de España, tuvo lugar en el entonces salón principal de Marivent, en la tarde del sábado 4 de agosto de 1973, viviendo aún el general Franco

Aquella primera llegada poco tiene que ver con la que protagonizaron los actuales Reyes el pasado jueves en avión. La imagen fue peculiar y muchos la recuerdan, Juan Carlos y Sofía llegaban al recinto en un Seat 1400. Iban con los niños, la niñera y la perrita Laia. Habían aterrizado en Son San Joan con dos Mysteres (avión militar), y fueron recibidos por las autoridades locales, tal y como atestiguaba el Diario de Mallorca, con unas fotos exclusivas en sus páginas interiores. Madre e hijo volaron en un aparato y el padre lo hizo con las dos niñas, siguiendo el mandato de que rey (entonces todavía príncipe) y heredero no viajaran jamás juntos.

Al aceptar Juan Carlos la cesión de Marivent como su residencia vacacional, la Diputación Provincial de Baleares encargó un proyecto de remodelación del interior del palacio, ya que lo iba a utilizar, especialmente en el estío, un joven matrimonio con tres hijos pequeños. Las obras duraron más de un año, sufragadas con aportaciones de varios estamentos gubernamentales, teniendo como objetivo primordial adaptar la residencia a las necesidades familiares de los entonces príncipes de España, pensando que en un futuro, más bien próximo, pasaría a convertirse en residencia real, algo que ocurrió al fallecer el general Franco, y sucederle Juan Carlos como rey, el 21 de noviembre de 1976.

A partir de entonces el palacio pasó a ser residencia de los Reyes, aunque la que de verdad reina sobre Marivent es Sofía, la más fiel a los veranos en Palma. “Lo que más echo de menos durante el año es el mar. Soy hija del Egeo, una mediterránea”, le contaba la emérita a Pilar Urbano en su libro La Reina muy de cerca y así lo ha demostrado cada año, llegando a Mallorca a mediados de julio e intentando alargarlo hasta mediados de septiembre. Este verano quiere volver a hacerlo, aunque dependerá un poco de la salud de su hermano Pablo, que se encuentra en Grecia y vive momentos delicados.

No le ocurre lo mismo a la actual reina, que intenta pasar el menor tiempo posible en la isla. Al parecer, una de las cosas que no le gusta a Letizia es el propio Marivent, que ha decorado su suegra inspirándose en su lugar de nacimiento en Tatoi (Atenas). Y eso que los reyes ocupan su propia residencia, Son Vent, una de las tres viviendas anexas que se construyeron en la década de los 90, cuando la familia real se amplió con los matrimonios de las infantas Elena y Cristina. "No le gusta, no está cómoda. La isla está llena de fotógrafos esperando a que salgan del recinto, hay mucha más presión que en Madrid. Por eso a ella no le parecen vacaciones, ya ha asumido hace muchos veranos que Marivent es su trabajo pero lejos de Zarzuela", comenta una fuente de la Casa.

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