Según recoge Informalia, dolor, pena, angustia, lágrimas furtivas y profundos sentimientos. La situación de Mila Ximénez preocupaba en los últimos días a todos los que la quieren, y Jorge Javier Vázquez y Terelu Campos son sus más íntimos, y este miércoles se ha confirmado la triste noticia de su fallecimiento.
A la controvertida portada que preparó Lecturas este fin de semana ante los peores presagios, con un titular tan significativo como 'Adiós Mila', se unen tres cartas muy especiales de otras tantas personas muy relacionadas con la tertuliana de Sálvame. Que se sepa, dos de ellas han sido escritas por Jorge Javier Vázquez y Terelu Campos, y ahora que la colaboradora ha fallecido seguramente serán publicadas en breve.
Los que las han leído aseguran que son tan emotivas y plenas de cariño que van a hacer llorar a los lectores.
Jorge estuvo hace unos días en casa de su amiga, en la que dicen que podría haber sido su despedida, habida cuenta del estado físico de su compañera. Aunque intentó animarla con todas sus fuerzas, la enferma se mostró un tanto remisa a seguir luchando en esta guerra tan desigual contra el cáncer. Tanta fortaleza, tanta ilusión, brillaron por su ausencia.
El presentador televisivo supo mantener la entereza, la procesión iba por dentro; pero al abandonar el dormitorio de Mila se vino abajo. Le cuesta creer que fuese una última visita.
En el caso de Terelu ha sido un paño de lágrimas para su amiga, al igual que Ximénez lo fue para ella cuando le diagnosticaron un cáncer de pecho. Amigas, pero también confidentes, casi hermanas.
Los que conocen bien a la hija de María Teresa Campos adivinan lo mal que lo pasa desde que a Mila le detectaron un cáncer de pulmón hace ahora un año. Las hemos visto juntas en varias ocasiones, cuando la ex de Manolo Santana acudía a revisiones al hospital. Juntas siempre, en los buenos y los malos momentos.
Por eso, la despedida para siempre es tan dura. Ahora, con Mila, ya fallecida. Quedan los recuerdos, las alegrías, que predominan sobre las penas. Y es que a Mila no le gustaría que nadie llorara por ella.
