La juventud de Ana y el enamoramiento de Enrique les llevaron a protagonizar imágenes y vídeos empalagosos en las redes sociales, algo que tampoco gustaba a las hijas de Ponce. Ahora que se cumple un año desde que salió a la luz la separación del diestro y la socialité, el primero y su “yogurina” se han vuelto más recatados y ya no hacen alarde de sus carantoñas y besuqueos en Internet, y seguro que buena parte de esta marcha atrás la tienen las hijas de Enrique, que habrían pedido a su papá que eliminara esas efusividades.
Así pues, en el festejo de la Primera Comunión de Bianca no habrá ni rastro de Ana. Ni es querida ni bienvenida. Bien lo sabe ella. Mal que le pese a un Enrique Ponce que en el último año le gusta presumir de “jovenzuelo reciclado”, al amparo de la cuchipandi de su chica.