La UE vuelve a fracasar en su intento de dar una respuesta conjunta a la crisis del virus

- Norte y Sur del bloque chocan todavía en la deuda común y las condiciones para acceder al fondo de rescates.

- Dimite el presidente del Consejo Europeo de Investigación por la gestión de la Unión Europea sobre el COVID-19.

La vicepresidenta tercera y ministra de Asuntos Económicos del Gobierno de España, Nadia Calviño, junto a Mario Centeno, presidente del Eurogrupo y ministro de Finanzas de Portugal, en una imagen de archivo
photo_camera La vicepresidenta tercera y ministra de Asuntos Económicos del Gobierno de España, Nadia Calviño, junto a Mario Centeno, presidente del Eurogrupo y ministro de Finanzas de Portugal, en una imagen de archivo

La reunión de ministros de Economía y Finanzas de la Eurozona (Eurogrupo) retomará este jueves sus negociaciones para pactar una respuesta a la crisis provocada por la pandemia de coronavirus después de que el encuentro virtual que comenzó este martes y se prolongó durante dieciséis horas --hasta la mañana del miércoles-- se saldara con un nuevo fracaso.

Así lo ha anunciado el presidente del Eurogrupo, Mário Centeno, en un mensaje que ha compartido en la red social Twitter. "Tras 16 horas de discusiones nos hemos acercado a un acuerdo pero no hemos llegado. Suspendo el Eurogrupo y continuaremos mañana, jueves", ha escrito.

"Mi objetivo sigue siendo el mismo: una red fuerte para la UE contra los efectos del Covid-19 para proteger a trabajadores, empresas y países y comprometerse a un cuantioso plan de recuperación", ha añadido el portugués. En consecuencia, ha sido cancelada la rueda de prensa prevista para las 10.00 horas de la mañana.

La reunión se reanudará el jueves, justo el día en el que se cumple el plazo que los jefes de Estado y de Gobierno dieron a sus ministros para encontrar una respuesta fiscal común a los efectos de la pandemia sobre las economías europeas.

El ministro de Finanzas francés, Bruno Le Maire, ha pedido también en Twitter que todos los Estados miembros estén "a la altura de los desafíos excepcionales" en la próxima cita para "conseguir un acuerdo ambicioso" en un mensaje que comparte con su colega alemán, Olaf Scholz.

"En este difícil momento debemos estar juntos. Por lo tanto, junto con Le Maire, pido a los países de la eurozona que no se nieguen a resolver las cuestiones complicadas y permitan un buen compromiso para los ciudadanos", ha expresado Scholz.

Como ya sucedió en aquella cumbre de líderes de hace dos semanas, la activación del fondo de rescates (el Mecanismo Europeo de Estabilidad, MEDE) y la emisión de deuda conjunta han sido los dos aspectos que han provocado la profunda división entre el norte y el sur de Europa.

CONDICIONES EN LOS CRÉDITOS DEL MEDE

Al encuentro llegó un paquete de medidas de emergencia que activarían medio billón de euros en préstamos a través del MEDE (240.000 millones), el Banco Europeo de Inversiones (200.000 millones) y el fondo contra el desempleo propuesto por la Comisión Europea (100.000 millones).

En el Eurogrupo crece el consenso con respecto al hecho de que los créditos del MEDE deben ser utilizados en primer lugar para cubrir los costes de la emergencia sanitaria, según confirman distintas fuentes comunitarias, pero los problemas surgen una vez superada esta etapa.

Países Bajos reclama claridad en este punto para que los países que recurran a estos créditos adopten reformas estructurales que corrijan los desequilibrios presupuestarios (el déficit y la deuda) provocados por la pandemia, pero Italia sigue pensando que el fondo de rescates no es una herramienta adecuada para la situación actual y rechaza que se impongan condiciones.

La dificultad en el Eurogrupo, por tanto, radica en encontrar un lenguaje en el texto de conclusiones que sea aceptable para todas las capitales. Queda claro, en todo caso, que las futuras condiciones en ningún caso supondrían reformas tan profundas como las vinculadas a un rescate completo al estilo de los lanzados durante la crisis financiera y que requerirían también la supervisión de la 'troika'.

Menos problemas provoca el fondo de 100.000 millones contra el desempleo que propuso la Comisión Europea, aunque un grupo de países del norte exige que tenga una naturaleza temporal y no se convierta en un mecanismo de transferencias permanente. Sí que está cerrado un acuerdo sobre el papel del BEI para movilizar 200.000 millones en préstamos a empresas, sobre todo pymes.

LA FASE POSTERIOR DE RECUPERACIÓN

Además del debate sobre el papel del MEDE, el norte y el sur del bloque mantienen su disputa sobre el diseño del plan de recuperación económica a medio plazo. España, Italia y Francia abogan por la puesta en marcha de un mecanismo que pueda financiarse en los mercados a través de deuda europea mutualizada, algo que rechazan Países Bajos, Alemania, Finlandia o Austria.

La cuestión de los eurobonos, sin embargo, no ha sido abordada en profundidad por los ministros, conscientes de que las posiciones se mantienen muy alejadas. De hecho, la posibilidad de que la financiación del futuro fondo de recuperación se deje en manos de los líderes crece a medida que encallan las conversaciones sobre otras cuestiones.

Mientras tanto, el Eurogrupo ha intentado pactar un texto sin mencionar explícitamente la emisión de deuda conjunta y borradores que durante la noche se presentaron en la mesa virtual de los ministros hablaban de "instrumentos innovadores de financiación" que podrían ser explorados en el futuro.

Pero La Haya mantiene su 'no' a cualquier mutualización de los riesgos y así lo ha enfatizado su ministro de Finanzas al término del Eurogrupo. Además de ser imprudente tampoco es razonable", ha argumentado en la red social Twitter.

PRESIDENTE DEL CONSEJO EUROPEO DE INVESTIGACIÓN

En otro orden de asuntos y en medio de la crisis por la pandemia, el presidente del Consejo Europeo de Investigación (European Research Council o ERC), el investigador Maruo Ferrari, ha anunciado su dimisión por su desacuerdo con la gestión de la UE para hacer frente al COVID-19, según han confirmado a Europa Press fuentes de la institución.

Mauro ha renunciado a su cargo, al que accedió el 1 de enero de este año, tras no lograr persuadir a Bruselas de establecer un programa científico a gran escala para luchar contra el nuevo coronavirus, según ha explicado en un comunicado adelantado por el 'Financial Times'. Mauro presentó su renuncia a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, este martes por la tarde.

"Me ha decepcionado mucho la respuesta europea al COVID-19 --ha señalado al medio británico--. Llegué al ERC siendo un ferviente defensor de la UE, pero la crisis del COVID-19 cambió por completo mis puntos de vista, aunque los ideales de colaboración internacional continúo apoyando con entusiasmo".

Creado en 2007 para financiar a los mejores científicos de Europa, el ERC se ha convertido en una de las agencias de financiación más prestigiosas del mundo con un presupuesto de alrededor de 2.000 millones de euros al año.

El profesor Ferrari aseguró al rotativo que su disputa con la Comisión Europea comenzó a principios de marzo, cuando era "evidente" que la pandemia sería una "tragedia de proporciones posiblemente sin precedentes".

Ferrari propuso establecer un programa especial de ERC para combatir la crisis. "Pensé que en un momento como este, los mejores científicos del mundo deberían contar con recursos y oportunidades para combatir la pandemia, con nuevos medicamentos, nuevas vacunas, nuevas herramientas de diagnóstico, nuevos enfoques dinámicos de comportamiento basados en la ciencia, para reemplazar las intuiciones, a menudo improvisadas, de los líderes políticos", dice, y lamenta "la ausencia total de coordinación de las políticas de salud entre los Estados miembros".

Tras la renuncia, Ferrari continuará siendo profesor afiliado a tiempo parcial en la Facultad de Farmacia de la Universidad de Washington, en Seattle, donde planea establecer una iniciativa de investigación internacional para luchar contra el COVID-19 en Estados Unidos.

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