El Banco de España prevé una contracción económica "sin precedentes" de hasta el 13,6%

- El déficit público podría situarse entre el 7% y el 11% del PIB, la deuda pública entre el 110% y más del 120% y la tasa de paro entre el 18,3% y el 21,7%.

- El Banco de España estima 4,6 millones de afectados por ERTE o cese de actividad con un coste de 6.000 millones.

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La economía española registrará en 2020 una contracción "sin precedentes en la historia reciente", que superará "con creces" la que se produjo en cualquiera de los años de la crisis financiera global, según cálculos preliminares del Banco de España recogidos en el artículo 'Escenarios macroeconómicos de referencia para la economía española tras el Covid-19' publicado este lunes por la institución.

El Banco de España, utilizando dos metodologías distintas, calcula que el PIB caerá este año, en promedio, entre un 6,6% y un 8,7% en el caso de que el confinamiento de la población dure ocho semanas (el caso más probable, en su opinión) y del grado en el que persista la perturbación tras finalizar el estado de alarma.

Así, si se produjera una normalización de la actividad casi completa después del estado de alarma, el retroceso del PIB sería del 6,6%, pero si la normalización no llega hasta el cuarto trimestre, la caída sería del 8,7%. En el supuesto de que el estado de alarma se alargara hasta las 12 semanas y no se hubiera llegado a la normalización de la actividad a fin de año, particularmente en las ramas ligadas a hostelería, restauración y ocio, la economía española podría caer hasta un 13,6% en 2020.

Este sería el escenario que contempla la institución a partir de una metodología basada en la oferta, con una naturaleza "eminentemente contable", pero que, a su juicio, resulta útil para poder disponer de una estimación verosímil de la magnitud de la crisis.

Utilizando otra metodología distinta, la del Modelo Trimestral del Banco de España (MTBE), el que utiliza habitualmente la institución para la realización de sus proyecciones macroeconómicas y que considera más efectivo en horizontes temporales amplios, la caída del PIB podría situarse este año entre el 6,8% y el 9,5% de media si el confinamiento dura ocho semanas y llegar hasta el 12,4% si el estado de alarma se extiende a 12 semanas.

En concreto, con esta metodología, el PIB retrocedería un 6,8% con un confinamiento de ocho semanas y suponiendo que las medidas puestas en marcha eviten la pérdida duradera de puestos de trabajo y el cierre de empresas, y ahondaría su caída hasta el 9,5% si, durante el estado de alarma ocho semanas, una cierta proporción de empresas no logran evitar que sus problemas de liquidez se conviertan en problemas de solvencia.

En el supuesto de que el confinamiento fuera de 12 semanas y existiera una proporción mayor de empresas que no lograran evitar dificultades de solvencia, el PIB podría contraerse hasta un 12,4% este año.

En cada uno de los tres escenarios el nivel del PIB del final de 2020 sería inferior al que se preveía en las proyecciones de diciembre de 2019 en 8,5 puntos, 10,4 puntos y 12,5 puntos, respectivamente.

CONTRACCIÓN DEL 4,7% EN EL PRIMER TRIMESTRE

El Banco de España hace además una proyección sobre el PIB del primer trimestre, que se vio afectado solamente durante la última quincena por la declaración del estado de alarma. La institución estima que la economía española retrocedió un 4,7% entre enero y marzo, aunque subraya que esta cifra debe interpretarse "con grandes dosis de cautela", pues se ha calculado a partir de suponer una proporción determinada de descenso de actividad en cada rama.

El aumento del número de semanas de confinamiento en el segundo trimestre llevaría a una intensificación del ritmo de caída intertrimestral del PIB en ese período, cuya magnitud variaría según el escenario considerado.

RECUPERACIÓN EN 2021

El Banco de España insiste, en cualquier caso, en la naturaleza provisional de estos cálculos, que serán sometidos a una revisión continuada en los próximos meses, a medida que se vaya disponiendo de nueva información.

"La perturbación sufrida por la economía española es, como en el caso de otros países, de una notable severidad, aunque subsiste una gran incertidumbre acerca del impacto concreto sobre el crecimiento del PIB en 2020, que depende de factores como la duración del confinamiento, las características de la transición hacia la normalidad y el éxito de las políticas económicas en limitar la persistencia de los efectos sobre la actividad y el empleo, esperándose en todo caso un repunte desde la segunda mitad del año, dando pie a una recuperación notable en 2021", apunta el Banco de España.

De hecho, con el modelo de simulación del MTBE, la institución que gobierna Pablo Hernández de Cos calcula que el PIB crecerá en 2021 entre un 5,5% y un 8,5%, dependiendo de la duración final del confinamiento y de si las medidas adoptadas lograron contener la pérdida de empleos y empresas y los problemas de solvencia de éstas.

En todo caso, la institución precisa que, de cara a 2021, cabe esperar que la economía española recupere una parte significativa, pero no completa, del flujo de actividad y empleo que se esperaba antes de la pandemia.

EL DÉFICIT PODRÍA LLEGAR AL 11% DEL PIB

Con independencia de los distintos escenarios construidos, el Banco de España reconoce que el coste presupuestario del episodio recesivo causado por el Covid-19 será "muy elevado", como consecuencia tanto de las medidas adoptadas como, sobre todo, de la actuación de los estabilizadores automáticos.

Según los distintos escenarios considerados, la institución calcula que déficit público de 2020 podría situarse en una horquilla comprendida, aproximadamente, entre el 7% y el 11% del PIB. Para 2021, estima que el déficit estará entre el 5,2% y el 7,4%. Por su parte, la deuda pública se situaría este año y el próximo en niveles comprendidos entre el 110% y más del 120% del PIB, aproximadamente.

En todas estas estimaciones el Banco de España ha tenido en cuenta el coste de las medidas puestas en marcha por el Gobierno para limitar el impacto económico y social de la pandemia, pero no las anunciadas ni delimitadas con precisión, como es el caso del ingreso mínimo vital.

En función de los distintos escenarios considerados, la institución monetaria calcula que la tasa de paro podría escalar en 2020, en media anual, a porcentajes de entre el 18,3% y el 21,7% de la población activa y bajar en 2021 a tasas de entre el 17,5% y el 19,9%.

"El repunte de la actividad económica se traduciría en una reversión parcial del descenso del desempleo en 2021, que, no obstante, todavía se mantendría en niveles notablemente superiores a los que se pronosticaban antes de la irrupción de la crisis sanitaria", afirma.

4,6 MILLONES DE AFECTADOS POR ERTE

Por otra parte, el Banco de España estima que con una duración del estado de alarma de ocho semanas la cifra de españoles afectados por Expedientes de Regulación de Empleo Temporales (ERTE)será de 3,1 millones, que se sumarán a unos 900.000 por las prestaciones por cese de actividad de los trabajadores autónomos y otros 600.000 por las prestaciones por desempleo de trabajadores temporales, con un total de 4,6 millones de afectados, lo que comportará un coste conjunto para las arcas públicas de 6.000 millones de euros, el 70% por mayor subsidio de desempleo y el 30% en menores cotizaciones a la Seguridad Social.

Además, calcula un importe de hasta 22.800 millones derivado de la moratoria de deudas tributarias y otros 3.500 millones la cuantía por el aplazamiento de los pagos impositivos al 20 de mayo.

El organismo explica que las actuaciones implementadas por el Gobierno para paliar la crisis del Covid-19 se centran en tres ámbitos: el reforzamiento del sistema sanitario, la protección del empleo y el apoyo a los hogares vulnerables, y la provisión de liquidez a las empresas.

EL GASTO SANITARIO CRECE EN MÁS DE 4.000 MILLONES

De estas tres áreas, señala que la única que tiene un coste presupuestario "bien definido" es el aumento del consumo público relacionado con el incremento del gasto sanitario, que engloba partidas por 4.400 millones de euros (el 0,4% del PIB de 2019).

Esta cantidad incorpora 2.800 millones de euros destinados a las CCAA, 1.000 millones gestionados por el Ministerio de Sanidad, 30 millones para la investigación relacionada con la creación de una vacuna contra el virus y 600 millones para que las CCAA y las corporaciones locales puedan garantizar los servicios sanitarios de los más vulnerables.

Sobre el resto de las actuaciones contempladas apunta que tendrán un impacto "potencialmente elevado" sobre el déficit público de 2020, pero "de magnitud todavía incierta".

Así, señala que las medidas de apoyo al empleo y a las rentas de hogares vulnerables incluyen una flexibilización de los expedientes de suspensión temporal de empleo y reducción de jornada (ERTE) y la exoneración de las correspondientes cuotas de la Seguridad Social, un subsidio especial de desempleo para trabajadores temporales y del régimen especial de empleo doméstico y, por último, la facilitación del acceso a la prestación por cese de actividad de los trabajadores autónomos.

La vigencia de la mayor parte de estas medidas coincide con la duración del estado de alarma anunciado hasta el momento por el Gobierno (8 semanas), pero el Banco de España calcula que el coste es un 50% mayor en el escenario 3 (en el que el período de confinamiento es de doce semanas) que en los escenarios 1 y 2 (en los que se asume que el confinamiento termina cuatro semanas antes).

Por lo demás, indica que el coste depende de la cuantificación del número de personas que, dentro de cada uno de los colectivos afectados por las medidas, se acogerán a ellas, aunque sus simulaciones apuntan a 4,6 millones de afectados en un estado de alarma de dos meses (3,1 millones por ERTE, 900.000 por cese de actividad de autónomos y 600.000 por desempleo de temporales), con un coste de 6.000 millones de euros, el 70% por mayor subsidio de desempleo y el 30% en menores cotizaciones a la Seguridad Social.

PRÉSTAMOS Y MORATORIA TRIBUTARIA

El tercer ámbito "significativo" de las medidas aprobadas viene dado por las que están dirigidas a proveer de liquidez a empresas potencialmente viables, explica el Banco de España, lo que incluye la concesión de garantías públicas a préstamos de empresas privadas por un volumen de fondos de hasta 102.400 millones de euros, equivalentes al 8,2% del PIB de 2019.

Esta cifra resulta de sumar las correspondientes a las líneas de avales y créditos públicos para los préstamos de las empresas no financieras (100.000 millones de euros), para empresas exportadoras y pymes (2.000 millones de euros), y créditos del ICO para el sector turístico (400 millones).

"El coste que finalmente tendrá para las finanzas públicas esta medida está sometido a una elevada incertidumbre", subraya el Banco de España, que cree que dependerá de la profundidad de la caída de la actividad de su impacto sobre la capacidad de las empresas para devolver los créditos, cuya incidencia, además, será "con toda probabilidad muy distinta por sectores".

Por otro lado, señala que ha sido aprobada una moratoria de deudas tributarias por un período de seis meses para pymes y autónomos por un importe de hasta 22.800 millones de euros, así como el aplazamiento de todos los pagos impositivos de las empresas hasta el 20 de mayo por una cuantía de 3.500 millones de euros.

AUMENTO "SIGNIFICATIVO" DE LAS ELASTICIDADES EN RECAUDACIÓN

Por último, el Banco de España explica que en la construcción de los escenarios se ha tenido en cuenta, sobre la base de la experiencia de la pasada recesión, que cabe esperar que las elasticidades de la recaudación de las distintas figuras impositivas al comportamiento de sus respectivas bases se acreciente "significativamente" ante "una contracción de la actividad tan intensa como la que se espera en 2020".

En concreto, el retroceso de la recaudación por IVA e impuesto sobre Sociedades en 2008-2009 superó en torno a un 50% el que cabía esperar según las elasticidades históricas.

Para 2021, las previsiones se apoyan en los supuestos técnicos habituales, por lo que supone que las partidas sujetas a una mayor discrecionalidad, entre las que destacan por su tamaño las compras o la inversión pública, evolucionarán en línea con el crecimiento potencial nominal.

Además, se asume que la trayectoria de las restantes partidas que componen las cuentas de las administraciones públicas vendrá definida, en ausencia de medidas adicionales, por sus determinantes habituales, lo que, en particular, implica que los ingresos impositivos vuelvan a crecer en línea con sus bases.

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