Los stakeholders como aliados clave en el éxito empresarial

Por deformación profesional o porque nos sentimos más populares utilizando términos en inglés, pero en ocasiones hay figuras que tienen una traducción muy correcta y muy entendible en castellano y sin embargo, en otras ocasiones no lo son tanto.
Uno de esos ejemplos es el de stakeholder, que hace referencia a colectivos, personas o grupos de interés que influyen en el crecimiento de una empresa. Estas partes interesadas condicionan en la gestión estratégica y la toma de decisiones de las empresas. Como te explicamos a continuación, es un concepto muy asociado a la cultura corporativa y del que forman parte inversores, clientes, empleados, directivos de la empresa y otras muchas figuras.
La importancia de los stakeholders en el progreso de las empresas
La palabra stakeholder se acunó por primera vez en 1890. Su creador no fue un hombre de negocios, sino un filósofo, el estadounidense Robert Edward Freeman, que incluyó en este concepto a cualquier individuo u organización que es impactado por las acciones de una determinada empresa.
Estas partes interesadas son indispensables y siempre se han de tener en cuenta para mejorar la competitividad y ganar en transparencia en la empresa. La clave, a juicio de Freeman, es entender que el éxito o el devenir de una compañía o de un negocio está ligado a la propia empresa y a todas aquellos grupos de interés que participan de ella.
Son personas o instituciones que como bien se explica en este artículo sobre los stakeholders, escrito por el consultor de negocios José David Fernández, obligan a las empresas a generar un entorno específico para cada uno de esos agentes.
Optimizando la colaboración con los diversos grupos de interés en el contexto organizacional
Cada vez son más las empresas que ponen en valor a estos grupos de interés y los consideran aliados. En algunos casos parece muy lógico, como ocurre con los empleados. Es bien sabido que si los trabajadores se sienten cómodos y realizados con su ocupación, sus retribuciones y las condiciones de empleo, van a sentirse más integrados.
Pero hay otros colectivos donde esa relación no es tan directa. Hablamos de stakeholders indirectos o secundarios: los competidores, el mercado global, los defensores de los clientes o incluso los medios de comunicación también pueden intervenir en los buenos resultados de las empresas.
Para muchas compañías es vital reforzar esas relaciones para mejorar el impacto social. No obstante, en este proceso pueden aparecer conflictos entre las partes. Un ejemplo, toda empresa tiene como objetivo incrementar su beneficio neto, pero eso se puede ver limitado por el aumento de costes laborales o la puesta en marcha de políticas de protección ambiental.
La clave, como puedes imaginar, está en encontrar un equilibrio que satisfaga a todas las partes y haga crecer a los negocios. Invertir en Responsabilidad Social Corporativa es más caro para las empresas, pero a cambio ganan en buena publicidad que revierte positivamente gracias al impulso que dan los medios de comunicación (stakeholders indirectos o secundarios).
Socios y colaboradores: impulsores esenciales del éxito en el ámbito empresarial
El resumen es claro, toda empresa que quiere crecer debe rodearse de un conjunto de socios y colaboradores con sus propios intereses. No existe crecimiento ni triunfo empresarial si no se tiene en cuenta el bienestar de todos los actores que rodean a las empresas.
Lógicamente, las empresas quieren vender, cuanto más mejor. Y que de estas ventas puedan obtener el máximo beneficio posible. Sin embargo, si esas ventas no van de la mano de un grado de satisfacción suficiente entre los clientes.
Los stakeholders directos son los que mejor reflejan esa idea de que una empresa no crece sin socios o colaboradores, pero los indirectos son si cabe más importantes. Cuanto más contento esté un trabajador en una empresa, más productivo podrá ser. Y al crecer esa empresa obliga a sus rivales a iniciar procesos de mejora que revierten en una competencia que puede hacer crecer a ambas empresas, lo que lleva a ofrecer mejores productos y servicios a los clientes.
Con todo esto, es evidente que el mundo de los negocios y las empresas ha de poner el foco en identificar a los grupos de interés para interiorizar sus demandas, sus intereses y expectativas. De hacerlo bien, el resultado será un crecimiento estable en el medio y largo plazo.