El sector agro emplea a más de 49.000 personas en Castilla-La Mancha, cerca del 7% del total

El sector agro emplea a más de 49.000 personas en Castilla-La Mancha, cerca del 7% del total
En España, el 28% de los trabajadores del sector son extranjeros. Su presencia se dispara un 53% en la ganadería en un año

Castilla-La Mancha se consolida como una de las comunidades con mayor peso del sector agrícola, ganadero y pesquero en España. Según el informe Mercado de trabajo en el sector de la Agricultura, ganadería y pesca, elaborado por Randstad Research, la región ocupa a 49.170 personas en estas actividades, lo que supone el 6,6% del empleo nacional y cerca del 7% del total de trabajadores de la comunidad autónoma.

Con esta cifra, Castilla-La Mancha se sitúa como la quinta comunidad española con más trabajadores en el sector primario. Andalucía lidera con holgura, con más de 243.500 personas empleadas —el 32% del total nacional—, seguida por Murcia (80.000, el 10,7%) y Galicia (70.000, el 9,4%). Castilla y León también se sitúa por delante de la región castellanomanchega en volumen de empleo agro.

A nivel nacional, el sector de la agricultura, ganadería y pesca empleaba a 759.000 personas en el primer trimestre de 2025, lo que supone un ligero descenso del 0,4% respecto al cierre de 2024. El grueso de la actividad se concentra en agricultura y ganadería, que reúnen al 93% de los ocupados —más de 704.000 personas— y registran un crecimiento interanual del 1,8%.

Crece el peso de los trabajadores extranjeros y las mujeres

El informe destaca el papel de la mano de obra extranjera, que representa el 28% del total de empleados del sector, en torno a 200.000 personas. La ganadería es el subsector donde su crecimiento ha sido más notable: el empleo de trabajadores extranjeros se disparó un 53% en el último año, frente al descenso del 1,3% de la ocupación de nacionales.

También el empleo femenino muestra una tendencia positiva. En el primer trimestre de 2025, se contabilizan 210.623 trabajadoras en el sector, lo que supone el 27,8% del total y confirma una progresión sostenida desde 2019, cuando eran poco más del 23%. Esta evolución contrasta con el descenso del empleo masculino, que se sitúa actualmente en 548.116 ocupados.

Envejecimiento de la mano de obra y escasa incorporación de jóvenes

Uno de los principales retos que refleja el informe es el relevo generacional. Más de la mitad de los trabajadores del sector tiene 45 años o más, y casi un tercio supera los 55. En términos absolutos, el grupo más numeroso corresponde a quienes tienen entre 45 y 54 años (213.404 personas), seguido de cerca por los mayores de 55 (207.763).

Por el contrario, los jóvenes de entre 16 y 24 años apenas suponen un 4,5% de los ocupados, una proporción que enciende las alarmas sobre el futuro de un sector estratégico para la economía nacional y regional.

Contratación estable, pero marcada por la temporalidad

En cuanto a las modalidades contractuales, el análisis de Randstad refleja que el 34% de los asalariados cuenta con contrato temporal y el 66% con contrato indefinido. Dentro de estos últimos, el 28% corresponde a la figura de fijo-discontinuo, especialmente presente en agricultura y ganadería (27%), mientras que en silvicultura, pesca y acuicultura alcanza el 17%.

Un sector clave para Castilla-La Mancha

El peso del sector primario en Castilla-La Mancha refuerza su papel como motor económico y de empleo en el ámbito rural. Con casi 50.000 trabajadores, representa no solo una fuente de riqueza directa, sino también un elemento esencial para la fijación de población en zonas con riesgo de despoblación.

Sin embargo, los datos de Randstad Research reflejan la necesidad de afrontar desafíos inmediatos, como el envejecimiento de la mano de obra y la escasa incorporación de jóvenes, junto con la consolidación de la presencia femenina y extranjera.

El informe concluye que, pese a la estabilidad del sector en términos de empleo, el futuro dependerá de la capacidad para atraer nuevas generaciones de profesionales, mejorar la cualificación y adaptarse a los cambios tecnológicos y medioambientales que marcarán el rumbo de la agricultura, la ganadería y la pesca en los próximos años.