La CEOE rechaza subir el SMI a 1.000 euros y deja solos a Gobierno y sindicatos

Álvarez (UGT) y Sordo (CCOO) descartan negociar un SMI por debajo de 1.000 euros
El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, posa en la sede de la patronal durante la entrevista con la Agencia EFE
photo_camera El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, en una imagen de archivo

El comité ejecutivo de la CEOE ha rechazado por unanimidad la propuesta de subida del salario mínimo interprofesional (SMI) planteada por el Gobierno para elevarlo hasta 1.000 euros brutos mensuales en 2022.

CEOE y Cepyme explican en un comunicado conjunto que la subida se hace en un contexto económico de "incertidumbre, en el que previsiblemente no se recuperarán los niveles de negocio precrisis hasta 2023, con presiones crecientes en los costes de las empresas y una notable caída acumulada de la productividad".

Una nueva subida del SMI, añaden, contribuirá a "aumentar los costes laborales y la presión sobre los márgenes de las empresas lo que (...) puede llevar a un menor dinamismo económico en el futuro y a una menor creación de empleo".

Todo ello, señalan, después de que las empresas hayan asumido "una subida del 30 % en el SMI desde 2019, con una reciente subida en septiembre del pasado año –que alcanzaría el 5,2 % sumada a la que se plantea para 2022".

"La propuesta del Gobierno es inasumible para sectores especialmente vulnerables como el agrícola y aquellos intensivos en mano de obra (limpieza, hostelería, etc.), que llevan años soportando sobrecostes de todo tipo", subrayan.

Además, destaca la nota, el Gobierno "sigue sin indexar los contratos públicos a esta evolución".

La propuesta, concluye la CEOE, "parece responder más a una aspiración política en el seno del Gobierno que a la lógica económica".

La patronal sí se muestra partidaria de trabajar en un nuevo acuerdo de negociación colectiva (AENC) con los sindicatos que permita adaptar los salarios a la realidad de cada sector y territorio y que dé "tranquilidad" a empresas y trabajadores.

La CEOE ha analizado en una reunión extraordinaria la propuesta de subida del SMI planteada ayer por el Ministerio de Trabajo, que quiere elevarlo a 1.000 euros brutos mensuales, 35 euros por encima de los 965 euros en vigor.

El Gobierno volverá a reunirse mañana con la patronal y los sindicatos con el objetivo de poder aprobar la subida, que tendrá efectos retroactivos desde el 1 de enero, lo antes posible.

Tras el rechazo de la CEOE, la subida volverá a aprobarse casi con toda seguridad solo con el respaldo de los sindicatos, al igual que ocurrió con el incremento aprobado en septiembre del año pasado.

Los sindicatos ya habían señalado su objetivo de situar este salario, que afecta a unos dos millones de trabajadores, al menos en 1.000 euros.

La subida propuesta por el Gobierno está en la franja intermedia de las recomendaciones del comité de expertos, en cuyo informe se prevén tres casos para 2022 con incrementos del SMI a 989 euros mensuales (24 euros más), a 996 euros (31 euros más) o a 1.005 euros (40 euros más).

Desde el Gobierno, la portavoz, Isabel Rodríguez, ha destacado en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros que subir el SMI es "un elemento más en el avance por la dignificación de las condiciones laborales de los trabajadores más vulnerables".

UGT Y CCOO DESCARTAN NEGOCIAR POR DEBAJO

Por su parte, los secretarios generales de UGT y CCOO, Pepe Álvarez y Unai Sordo, han recalcado este martes que "no hay posibilidad" de negociar con el Gobierno una subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) que no conlleve los 1.000 euros por paga, por lo que han instado al Ejecutivo a "redondear hacia arriba" la cantidad de 996 euros que puso inicialmente sobre la mesa.

Así lo han señalado los líderes sindicales antes de participar en Valladolid en un encuentro con delegados laborales y con representantes de las candidaturas de PSOE y Unidas Podemos para las elecciones autonómicas de este domingo en Castilla y León, en el que han detallado las mejoras que se han alcanzado para todos los trabajadores con la aprobación de la reforma laboral la pasada semana.

Tras la conclusión de esa negociación, como ha explicado Pepe Álvarez, siguen pendientes otras, como la de la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), que se debe concretar en los próximos días.

En este sentido, Álvarez ha recalcado que "no hay posibilidad de llegar a ninguna negociación que no conlleve los 1.000 euros", pues ha incidido en que se trata de un "compromiso previamente adquirido" en el mes de septiembre, mientras que Sordo ha calificado de "irrenunciable" alcanzar esa cifra.

El líder de CCOO ha recordado que la situación actual es de una inflación muy elevada, que "puede ser coyuntural", pero que hace que los sindicatos vayan a defender una subida que no perjudique más de lo debido el poder adquisitivo de los trabajadores, sobre todo el de los menores sueldos.

Álvarez ha señalado que los 1.000 euros serían una subida de algo más del 3% y que ya estarían por debajo de la inflación interanual actual, por lo que ha aseverado que "no ha lugar más que a que el Gobierno escuche y cumpla" lo prometido.

Los líderes sindicales han intervenido en una asamblea con varios centenares de delegados de UGT y CCOO a quienes han explicado los acuerdos que contiene la reforma laboral aprobada el pasado jueves en el Congreso de los Diputados.

Se trata de una norma que, para el secretario general de CCOO, es la reforma laboral "más trascendente para el mercado laboral" y con más medidas para la estabilización del empleo desde los años 80 del pasado siglo, aunque ha matizado que quizás con la excepción de la de 1997.

"Es un acuerdo que aportará una enorme intensidad en contratación, va a conllevar la estabilización y la caída de la tasa de temporalidad en los próximos trimestres y años, equilibra la negociación colectiva y ofrece alternativas a despidos a través de los ERTE, que han conseguido salvar más de 3,5 millones de puestos de trabajo", ha indicado Sordo.

En conclusión, se trata de un "paquete" de medidas laborales con políticas laborales "distintas" a las que se tomaron en el resto de salidas de las crisis económicas y, además, con la mayoría de ellas "avaladas por patronal y sindicatos".

"LAMENTABLE ESPECTÁCULO" Y "PIRATERÍA"

Ambos líderes sindicales han coincidido en reprochar algunas de las actitudes que se vieron por parte de partidos políticos y otros sindicatos durante la negociación y en la votación del pasado jueves.

Por eso, Pepe Álvarez ha lanzado un mensaje a los trabajadores para que, ante las cosas que quedan por cambiar en la legislación laboral, "confíen" en los sindicatos que han logrado modificar las cosas "como ha quedado patente en los últimos meses" y no confiar en quienes "solo gritan, no dan un palo al agua y se quedan sin hacer nada".

Así se ha referido a organizaciones como ELA y Lab, "que siempre están en contra", y también a las fuerzas políticas de izquierdas que "hicieron un alegato contra la reforma" que se votaba, aunque Álvarez considera que en realidad "no hablaban de esa reforma sino de cuestiones que no entraron en la negociación" y que se podrán abordar próximamente.

Mientras tanto, Sordo se ha referido a esa situación como un episodio "lamentable", lo que sometió al debate a una "tensión inadmisible", de modo que ha querido hacer un llamamiento a las fuerzas de la izquierda a que "hagan una reflexión", pues considera "necesario recomponer una mayoría progresista en las Cortes" y hacer una lectura "con altura de miras".

Sobre el Partido Popular, ha reclamado que dejen de "retozar en el charco", pues aunque el error de un diputado del PP facilitó la aprobación de la reforma laboral, hubo otro episodio "más grave" de "transfuguismo" y "piratería política", ya que dos parlamentarios (de UPN) ocultaron el sentido de su voto durante "todo el día" con la idea de tirar abajo una reforma que es "la mejor en muchos años" para los derechos de los trabajadores.

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