Madrid y Colombia ejemplifican las desventajas del mundo del centro comercial

El investigador de la Universidad de Castilla-La Mancha Luis Alfonso Escudero ha publicado un trabajo junto a dos profesores de la Universidad de Bogotá donde reflexiona sobre esa apropiación y la "segregación social" del centro comercial
Madrid y Colombia ejemplifican las desventajas del mundo del centro comercial
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Un estudio universitario a caballo entre España y Colombia ha permitido analizar el desarrollo, crecimiento y expansión de los centros comerciales, su "apropiación del espacio público" y cómo su negocio privado ha alumbrado, y acotado en un recinto vigilado, actividades de ocio, consumo e incluso religiosas.

El investigador de la Universidad de Castilla-La Mancha Luis Alfonso Escudero ha publicado un trabajo junto a dos profesores de la Universidad de Bogotá donde reflexiona sobre esa apropiación y la "segregación social" del centro comercial: hace funciones que son de la ciudad pero en un espacio 100 % privado, muy vigilado y con normas estrictas de seguridad, desgastando así la esfera ciudadana.

El profesor Escudero, del Departamento de Geografía y Ordenación del Territorio, asegura a EFE que siempre ha sentido interés por los centros comerciales, su crecimiento y expansión y su repercusión en la vida de la ciudad.

En 2008 escribió el libro "Los centros comerciales, espacios postmodernos de ocio y consumo. Un estudio geógrafo", que logró gran repercusión académica en Latinoamérica, donde la proliferación de centros comerciales y su apropiación de espacios públicos es "el triple" que en España.

Antes de la pandemia, Escudero viajó a Colombia para trabajar con los profesores Andrés Castiblanco, de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas, y Jaime A. Wilches, de la Institución Universitaria Politécnico Grancolombiano.

EL PESO GLOBAL DEL CENTRO COMERCIAL

En su trabajo conjunto, al que ha tenido acceso EFE, explican que los centros comerciales "forman parte de los paisajes globales" y "se han transformado en un signo territorial del consumo a escala planetaria y de la mercantilización y apropiación de los espacios públicos".

El problema, a su juicio, reside en que estos "paisajes globales" están actuando como sustitutos de los espacios públicos, calles y plazas, en pro de un urbanismo comercial y privado.

Escudero pone como ejemplo el hecho de que en un centro comercial "no se pueden repartir panfletos, ni hacer una reunión, ni una manifestación, tampoco se puede uno quedar dormido en un banco....". Cosas "muy normales en un espacio público, que aquí no se pueden hacer.

EL EJEMPLO MADRILEÑO

En el estudio se pone el ejemplo del centro comercial La Vaguada, en Madrid, situado en el barrio del Pilar, en un espacio antes suburbano pero ahora ya integrado en la ciudad. El barrio, explica el investigador, presenta torres de viviendas que eran para población obrera de inmigrantes en los años 70 y que se concibió sin espacios públicos, simplemente como uso residencial.

Quedaba "un enorme solar abandonado" y los vecinos reclamaban un parque, un polideportivo o una casa social en los años 80, pero acabó vendiéndose a una empresa que finalmente, y pese al movimiento vecinal, construyó un centro comercial a mediados de esa década.

Ahora, indica Escudero, "lo curioso es que es el espacio público" del barrio y no solo un lugar para comprar, sino un sitio en el pasean los jubilados, los vecinos van varias veces al día y los adolescentes se relacionan allí.

LA REALIDAD COLOMBIANA

Esto, según constatan los profesores colombianos y el propio Escudero, en Colombia está "sobredimensionado", porque "no solo se va a pasear y con los niños (en un sitio en el que corretean sin peligro), sino que incluso hay una iglesia". Es "un paso más adelante".

"Al final creas una segregación social: a la plaza pública va cualquiera pero aquí acaba viniendo gente con recursos". Y esto ocurre cuanto más suburbana sea el área, según el estudio.

Como consecuencia se va dejando de usar el espacio público, que se va degradando, porque queda solo para personas que no pueden ir a estos lugares privados. En los países en desarrollo, como Colombia, "hay aún más diferencia social, porque solo puede ir allí el 20 % de la población" que percibe estos lugares "como seguros" mientras que el espacio público "se ve con miedo".

Además de esta segregación se produce el "estrés" en el pequeño comercio, que "malvive" en el centro en detrimento de las cadenas y las franquicias.

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