Farcama siembra la semilla del oficio tradicional entre los futuros artesanos

Unos 3.000 alumnos de centros educativos de Infantil y Primaria, y niños que han acudido con sus padres el pasado fin de semana, han pasado durante los cinco primeros días de la feria por los talleres didácticos en los que se han convertido en auténticos alfareros romanos

El consejero de Educación, Cultura y Deportes, Ángel Felpeto, ha visitado los talleres para escolares organizados con motivo de la Feria de Artesanía de Castilla-La Mancha (FARCAMA), en el edificio ‘Toletvm’
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La Feria de Artesanía de Castilla-La Mancha (Farcama) ha superado el ecuador de su 38 edición, en la que además de volver a ser un escaparate inigualable para cientos de veteranos artesanos se ha centrado, en gran parte, en sembrar la semilla del oficio tradicional en los futuros artesanos e impulsar así el relevo generacional.

Unos 3.000 alumnos de centros educativos de Infantil y Primaria, y niños que han acudido con sus padres el pasado fin de semana, han pasado durante los cinco primeros días de la feria por los talleres didácticos en los que se han convertido en auténticos alfareros romanos como los que hacían a mano la cerámica de la prehistoria.

Una iniciativa que "está funcionando genial" y está obteniendo una respuesta "muy positiva", ha señalado a Efe Rubén Pérez, director gerente de 'Pequeños Arqueólogos. Talleres Didácticos', encargado de impartir estos talleres junto con Silvia del Mazo, técnica en Alfarería, Restauración y Artes Plásticas y alfarera oficial de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.

Unos talleres en los que los niños aprenden y participan en la realización artesanal de productos de cerámica prehistórica, mosaicos, cerámica romana, collage, instrumentos, tornos y robots, pero no solo ven la artesanía sino que están "trabajando como los artesanos".

Esa es precisamente la clave para despertar en los más pequeños el interés por la artesanía, según Rubén Pérez, acercarles a este noble oficio para que puedan comprobar "el valor que tiene el trabajo hecho a mano, que es único y diferente".

"Eso es lo que les engancha", explica, que ellos "son los protagonistas, viajan en el tiempo, se convierten en artesanos y trabajan con las mismas técnicas que los artesanos de antaño",

Es tanto el valor que le dan a la artesanía y lo "ilusionados" que llegan a casa tras participar en los talleres, que están incluso llegando a cambiar sus preferencias en las cartas a los Reyes Magos de manera que un torno, la arcilla o un telar están desbancando a las consolas y videojuegos en algunos casos.

En cierta manera, reconoce, esta es una manera de impulsar el relevo generacional en el oficio de la artesanía y la posibilidad de que vean que hay otras salidas profesionales.

"No todo el mundo tiene que tener dos licenciaturas y dos másteres, hay mil salidas y cada uno tiene que sentirse a gusto con lo que le gusta y estar feliz con lo que trabaja, y el trabajo artesanal es pasión", opina Pérez.

Sin embargo, los artesanos más veteranos que están exponiendo su producción en Farcama estos días no son tan optimistas en relación a la supervivencia de la artesanía más tradicional.

Y para muestra, el testimonio de Carmen Luz Fernández, artesana de Mazarambroz (Toledo) en cuyo stand en Farcama ('Artesanía Carmen Luz') expone sus trabajos con flor seca y repujado de estaño, que no ve futuro a la profesión y lamenta que cada vez haya menos artesanos.

Carmen Luz cree que sus familiares más jóvenes viven en primera persona las dificultades para llegar a final de mes con este oficio y que por ello no despierta suficiente para coger el testigo y continuar con la labor artesanal.

"En mi caso ven las penurias que paso y lo difícil de llegar a fin de mes", ha señalado en declaraciones a Efe.

Más optimista se ha mostrado el presidente de la Federación Regional de Asociaciones de Artesanos de Castilla-La Mancha (Fracaman), Roberto Perea, que ha dicho a Efe que los talleres didácticos que se están impartiendo en la feria contribuyen a generar interés por las Bellas Artes o por cursar estudios en las escuelas de arte para acabar incorporándose al sector y "llegar a tener un futuro en la artesanía".

Sin embargo, en este marco las nuevas tecnologías siguen resistiéndose al gusto de los artesanos porque, como apunta Perea, "el artesano todavía es un poco reacio ya que para entender que es artesanía al menos exigimos que un 75 por ciento sea manual".

A pesar de ello, resalta que también hay personas que están innovando por ejemplo en el mundo de los cosméticos y aplicando conocimientos de Química o Biología al mismo tiempo que acercándose, aunque "de manera tímida", al sector de la artesanía, y que hay otros artesanos que apuestan por la innovación en la joyería, los bolsos o el cuero.

"Donde menos relevo y donde se está perdiendo más artesanos es en los oficios más tradicionales: el damasquinado, la espada, el mueble tradicional y la cerámica tradicional", ha agregado, pese a que estos oficios se están abriendo e incorporando nuevos materiales, técnicas, decoraciones y acoplándose a las tendencias que vienen de los grandes diseñadores.

Aún le queda a Farcama la mitad de días, y en concreto los más fuertes -el puente del Pilar-, para seguir mostrando a sus visitantes el valor de un oficio tradicional que necesita garantizar el relevo generacional en su lucha por sobrevivir en un mundo en el que se ha abierto camino la producción homogénea y en cadena y en el que, a veces, se olvida o no se valora la originalidad y la autenticidad de la artesanía.

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