El teletrabajo da la puntilla al clásico bar de menú del día español: "Está muerto"

Muchos hosteleros aún no han reabierto y los que sí están funcionando a medio gas
El teletrabajo da la puntilla al clásico bar de menú del día: "Está muerto"
photo_camera El teletrabajo da la puntilla al clásico bar de menú del día español: "Está muerto"

El teletrabajo implica un cambio en los hábitos del consumidor que ya amenaza la supervivencia del "menú del día" en los bares y restaurantes españoles, que también notan la bajada en los cafés de media mañana y las comidas de negocios.

"El menú esta muerto", sentencia José -nombre ficticio- mientras se afana en limpiar una mesa vacía en el exterior de una cafetería situada a escasos metros de la madrileña calle Génova, una de las arterias normalmente más concurridas de la capital y que suele registrar mucho movimiento por la actividad en la Audiencia Nacional, la sede del PP y varias oficinas.

El trasiego parece cosa de otro tiempo. Aunque hay juicios, muchos se celebran de forma telemática y no todos los abogados acuden presencialmente, y ni siquiera la proximidad de la emblemática Plaza de Colón ayuda debido a la falta de turistas.

"Tenemos un 40 % menos de negocio desde que reabrimos, hace una semana. La poca gente que viene a trabajar, lo hace a días sueltos. La mayoría de los bares cierran por la tarde porque no queda nadie", relata a Efe José, que acude raudo a atender a dos clientes en cuanto entran por la puerta.

PUERTAS CERRADAS Y TERRAZAS A MEDIO GAS

Un corto paseo por Génova le da la razón. Tres locales de grandes cadenas de restauración aparecen cerrados y el polvo incrustado en los cristales confirma que no abren sus puertas desde marzo. En la zona hay dudas incluso de si volverán a hacerlo alguna vez.

El Starbucks está medio vacío a las 10 de la mañana, algo inaudito en la pre-pandemia, y el Rodilla ni siquiera llena las pocas mesas de las que dispone en la calle. Un trabajador del restaurante mexicano Olemole confirma otra de las tendencias a las que apuntan los estudios de mercado: el envío de comida a domicilio es para algunos su tabla de salvación.

"Ahora hemos pasado a tener todas las aplicaciones (Just Eat, Deliveroo, Ubereats y Glovo), porque por el local no aparece nadie hasta media tarde", explica.

La voz de alarma la dio la patronal Hostelería de España, cuyo secretario general, Emilio Gallego, pidió nada más acabar el estado de alarma "volver a la normalidad", cuestionó las bondades del teletrabajo y recordó el impacto negativo que está teniendo no volver a las oficinas no sólo en los bares y restaurantes de estas zonas, sino en el negocio en general.

Y no es un fenómeno exclusivo de las grandes ciudades. "Ya no hay comidas de empresa apenas, no quieren que muchos empleados se junten en torno a una misma mesa. Y olvídate de las comidas de negocios", corroboran desde el restaurante Arropes de Castellón, donde están "haciendo el pino puente" para llegar a fin de mes con el aforo reducido a menos de la mitad para dar mayor seguridad.

Lo mismo pasa en Logroño. "Se ha notado bajada en el menú del día, pero no sólo por el teletrabajo, ya que hay mucha gente que hace horario de 8 a 15 y se va a su casa a comer. También influye que no hay turismo", explican desde el Café Moderno, donde la caída es aún más pronunciada en desayunos y almuerzos.

LA ALTERNATIVA ESTÁ EN EL "DELIVERY"

Sus testimonios son compatibles con las cifras publicadas esta misma semana por la consultora Kantar, cuyos datos apuntan a una recuperación del tráfico de clientes con la desescalada pero la facturación no evoluciona al mismo ritmo. 

"Estamos viendo que se está recuperando el número de ocasiones que uno consume fuera del hogar, pero no coinciden con las que más gasto hacíamos, como pasa por ejemplo con la comida", comenta la especialista en el área de Kantar Edurne Uranga, quien destaca también el impacto que genera el movimiento relacionado con los padres que llevan a sus hijos al colegio.

Que el teletrabajo tendrá más peso en España que antes de la covid-19 parece un hecho, según Uranga, quien, no obstante, ve en este contexto una ocasión para reinventarse.

"Trabajar en casa no siempre significa tener más tiempo para cocinar, vemos que cada vez más consumidores necesitan de soluciones rápidas y ahí se genera una oportunidad de negocio para el envío de comida a domicilio -reflexiona-. Y eso vale también para los bares independientes de menú del día y no sólo para las grandes cadenas".

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