Martínez Arroyo dice que la PAC es fundamental, tras cumplir 60 años historia

En el caso de Castilla-La Mancha, en la actualidad se benefician de ella más de 100.000 agricultores y ganaderos de la región, que esperan la entrada en vigor en 2027 del nuevo periodo de estas ayudas
El consejero de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural, Francisco Martínez Arroyo, toma parte en la International Bureau de la AREV (Asamblea de Regiones Europeas Vitícolas), presidida por Castilla-La Mancha, que se desarrolla por videoconferencia
photo_camera El consejero de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural de Castilla-La Mancha, Francisco Martínez Arroyo, en una imagen de archivo

El consejero de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural de Castilla-La Mancha, Francisco Martínez Arroyo, ha recordado este sábado que la Política Agraria Común (PAC) ha jugado un papel fundamental en la agricultura y ganadería desde 1962 y lo sigue haciendo.

Así lo ha manifestado este sábado, 30 de julio, con motivo de la conmemoración del sesenta aniversario de la entrada en vigor de la PAC, tal día como hoy en 1962.

Martínez Arroyo ha asegurado en redes sociales que gracias a la PAC, Castilla-La Mancha es hoy "una potencia agroalimentaria, garantizando la renta en el campo y la seguridad alimentaria para todos los ciudadanos europeos", y se ha mostrado convencido de que "tiene mucho futuro por delante".

La Política Agrícola Común de la UE nació en 1962 con el objetivo de aumentar la producción para evitar la escasez de alimentos y sacar a los agricultores de la UE de la pobreza.

En el caso de Castilla-La Mancha, en la actualidad se benefician de ella más de 100.000 agricultores y ganaderos de la región, que esperan la entrada en vigor en 2027 del nuevo periodo de estas ayudas.

Precisamente, hace unos días el consejero Martínez Arroyo reflexionaba en su blog 'Rural Siglo XXI' sobre algunos aspectos relevantes y diferenciales del Plan Estratégico de la PAC en España para 2023-2027, respecto a la negociación de la PAC de 2014-2020, la actual.

En este sentido, ha recordado que la negociación más importante no se produce a partir de ahora a nivel europeo en Bruselas, sino en cada país y, en el caso concreto de España, entre el Ministerio de Agricultura y las comunidades autónomas.

Para Martínez Arroyo la negociación de la PAC ha permitido conseguir que ningún agricultor o ganadero se quede atrás, por pequeño que sea, de tal manera, que incluso los más pequeños pudieran quedar excluidos de recibir estas ayudas por no superar los 300 euros.

La otra cuestión relevante de la negociación ha sido la intensificación de la convergencia de las ayudas y la disminución de las regiones agronómicas, de 50 a 20, reduciendo las injustas desigualdades que se crearon en España en el período 2014-2020.

En este sentido, Castilla-La Mancha ha sido siempre muy crítica con esta "excepción española", lejos de la tasa plana, es decir, la misma ayuda por hectárea en toda la superficie agrícola, imperante en casi todos los otros Estados Miembros.

Para el consejero, esto es un avance, "aunque no suficiente, que palía, en parte, el injusto resultado para los agricultores de Castilla-La Mancha y para muchos pequeños y medianos agricultores del país, sin acceso al agua y con bajos rendimientos principalmente, fruto de la negociación liderada por Arias Cañete".

El titular de Agricultura también ha recordado que cuando gobernaba el PP en el Ministerio de Agricultura y en Castilla-La Mancha, se vendió una negociación excelente para la región, cuyo resultado fue "la ayuda media por hectárea más baja de España" y, además, la marcha de 30.000 agricultores "que tenían derecho a recibir 300 euros por hectárea".

Algo que se ha evitado con la actual negociación de la reforma de la PAC, en la que, ha dicho, "Castilla-La Mancha ha conseguido que ahora no se caiga ninguno de los que están", lo que ha calificado como un éxito.

"Hay que decirlo, Castilla-La Mancha en su posición por escrito, con Tejerina y con Planas al frente del Ministerio de Agricultura, lo ha pedido desde el principio y lo ha conseguido".

La discriminación positiva para las mujeres jóvenes que se incorporan a la agricultura o la ganadería o la condicionalidad laboral, la exigencia de respetar los derechos de los trabajadores para poder cobrar las ayudas son dos cuestiones también muy destacables, que "demuestran que no todas las negociaciones son iguales, ni tampoco los resultados", reconoce el consejero.

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