Castilla-La Mancha perderá tres trabajadores por cada joven que se incorpore en diez años
Castilla-La Mancha encara un reto demográfico de gran calado en los próximos diez años: mientras que cerca de 229.900 personas se jubilarán en la región, solo 82.176 jóvenes se incorporarán al mercado laboral, lo que supone apenas un tercio del total de bajas previstas. Así lo refleja un análisis elaborado por el Observatorio de la Vulnerabilidad y el Empleo de la Fundación Adecco, que alerta del desequilibrio creciente entre incorporaciones y jubilaciones, una brecha que amenaza con agudizar la escasez de talento en sectores clave de la economía.
El estudio detalla que el relevo generacional es especialmente desfavorable en provincias como Cuenca, Albacete y Ciudad Real, donde por cada nueva incorporación al mercado laboral se producirán 3,7, 3,3 y 3,1 jubilaciones, respectivamente. En Guadalajara y Toledo, la proporción es menos adversa, aunque también preocupante: 2,5 y 2,3 jubilaciones por cada persona que entra a trabajar.
Actualmente, en la región residen más de 219.000 personas entre 6 y 15 años, que en la próxima década alcanzarán la edad legal para trabajar. Sin embargo, solo un 37,4% de ellos se espera que formen parte de la población activa, de acuerdo con la tasa registrada en la última Encuesta de Población Activa (EPA) para los menores de 25 años.
La migración, un factor decisivo
El fenómeno migratorio se perfila como un elemento imprescindible para amortiguar el déficit de relevo generacional. Según estimaciones del INE, entre 2026 y 2035 llegarán a Castilla-La Mancha 157.124 personas extranjeras, de las cuales un 80% estará en edad laboral y cerca de 88.000 buscarán activamente empleo.
No obstante, el informe advierte de que las llegadas no garantizan por sí solas la cobertura de vacantes, debido a desajustes en la homologación de títulos, competencias y perfiles profesionales. Por ello, se subraya la necesidad de políticas activas de empleo que impulsen la formación técnica y digital, la acreditación de competencias y la orientación laboral, tanto para la población autóctona como para la migrante.
El papel del talento sénior
Otra de las claves señaladas por el análisis es la activación del talento sénior. Más del 35% de la población activa en España tiene más de 50 años, un grupo que a menudo se ve excluido del mercado laboral por el edadismo y la rigidez de los modelos de trabajo. Retener o reincorporar a estos profesionales mediante fórmulas flexibles —como la jubilación activa, la parcialidad o el teletrabajo—, además de promover su capacitación digital, se considera esencial para sostener la productividad y facilitar la transferencia de conocimiento entre generaciones.
“Eliminar al talento sénior del mercado es un contrasentido en un país con un grave déficit de relevo generacional”, explica Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco. “Su experiencia y madurez son un activo estratégico que no podemos desaprovechar”.
Tecnología como palanca de productividad
El informe también destaca el papel que la inteligencia artificial (IA) y la automatización pueden desempeñar en la próxima década. Aunque no sustituyen al relevo generacional, sí se espera que incrementen la productividad en sectores como cuidados, industria, logística, agricultura o administración, permitiendo a la fuerza laboral disponible cubrir mejor las necesidades del mercado.
Un desafío de cohesión social y económica
La Fundación Adecco concluye que Castilla-La Mancha afronta una década decisiva en la que será necesario activar todo el potencial humano disponible —jóvenes, migrantes, mujeres, personas con discapacidad y profesionales sénior—, al tiempo que se impulsa la tecnología y la innovación. Solo así, sostienen, podrá garantizarse la competitividad de la economía y la cohesión social en un contexto marcado por el envejecimiento de la población y el déficit de relevo generacional.