La agonía del aeropuerto de Ciudad Real: un dueño sin dinero cargado de promesas

Dos años después de 'comprarlo' y prometer una inversión de 579 millones y 7.716 empleos, el nuevo dueño solo ha pagado el 5% de los 56,2 millones de la compra. El juez se lo quita y prolonga la tortura

En la imagen el aeropuerto de Ciudad Real - EFE/Mariano Cieza
photo_camera En la imagen el aeropuerto de Ciudad Real - EFE/Mariano Cieza

Según informa C. OTTO en EL CONFIDENCIAL, el aeropuerto de Ciudad Real no sale de un lío y ya se está metiendo en otro desde que abriese sus puertas en 2008 tras un coste de entre 400 y 900 millones de euros. Si no tuviese suficiente con su polémica apertura, su posterior cierre, su entrada en concurso de acreedores, su agujero de 319 millones, su participación en la quiebra de Caja Castilla-La Mancha, su entrada en la lista de morosos de Hacienda, su interminable proceso de subasta, sus sospechosas ofertas y su (no) venta por 10.000 euros, ahora la adjudicación (aparentemente) definitiva en 2016 también le ha salido rana.

La empresa Ciudad Real International AIrport (CRIA), a la que le fue adjudicada la infraestructura en abril de 2016 por 56,2 millones de euros, prometió una inversión de 579 millones, la creación de 7.716 empleos y un aeropuerto con 850 operaciones de carga al año y la posibilidad de transportar hasta 10.000 pasajeros al año, pero la realidad ha quedado a años luz de esa promesa. CRIA no solo no ha cumplido su palabra, sino que, dos años después, ni siquiera ha sido capaz de pagar los 56,2 millones de la compra.

En estos dos años, la compañía, representada por el empresario Rafael Gómez Arribas, tan solo ha sido capaz de pagar 2,8 millones, lo que viene a ser el 5% del precio del aeropuerto y el 0,4% de la inversión prometida. De hecho, los 2,8 millones eran la cantidad mínima que le reclamaba el juez para poder adjudicarse el aeropuerto, pero ni siquiera fue capaz de llegar entonces a ese punto: en el momento de la adjudicación, CRIA solo pudo pagar 1,81 millones (el 3,4% del precio final). Lo que sigue a continuación es un relato de una venta nunca pagada, de las excusas esgrimidas por los compradores ante el juez que lleva el caso, de la respuesta del fondo británico al que acusan del fiasco, de los infinitos aplazamientos que ha sufrido el pago y de la visión que tienen algunos de los íntimos colaboradores de la cabeza visible de todo esto: el empresario Rafael Gómez Arribas.

Acusan a un fondo británico de darles plantón

El pago definitivo de los 56,2 millones debería haber finalizado en mayo de 2017, pero, como iremos viendo, los constantes retrasos hicieron que la fecha clave fuese el pasado 19 de abril, casi un año después. El jueves todos los medios de comunicación esperaban en la puerta de la notaría a Rafael Gómez Arribas, de CRIA, quien debía aparecer para formalizar la compra del aeropuerto acompañado de unos nuevos accionistas de los que no se sabía nada: hasta ahora solo se había dicho que se trataba de un fondo británico, del que ahora se sabe que es RoundShield Partners.

Sin embargo, el fondo no apareció por ningún lado. Gómez Arribas abandonó deprisa la notaría y esa misma tarde, en rueda de prensa, lanzó un dardo contra el fondo: "En los últimos dos días ha tenido un comportamiento extraño. Antes fue absolutamente colaborador, como corresponde a un fondo serio, tuvimos un diálogo más que aceptable, estuvieron en la notaría, se pulieron perfectamente los contratos… pero al final no se ha podido perfeccionar".

El CEO de CRIA elaboraba posibles motivos de dicha ausencia: "Ha transcurrido tanto tiempo y se ha dejado tanto la licencia que han podido pensar que la rentabilidad de la inversión no era la esperada o que no tenía las garantías que esperaban hace nueve meses". En cualquier caso, "el hecho es que no han comparecido a la compraventa pese a estar convocados", aseguraba.

Tras estas palabras también se encuentra una crítica de CRIA a la concesión de las licencias del aeropuerto: "Para ser nombrado gestor aeroportuario, tienes que haber comprado antes un aeropuerto", pero "mientras no tenga las licencias, el aeropuerto vale menos que si fuera una finca rústica destinada al cultivo de hortalizas".

Rafael Gómez Arribas, CEO de Ciudad Real International Airport (CRIA). (EFE)
Rafael Gómez Arribas, CEO de Ciudad Real International Airport (CRIA). (EFE)

El fondo: "Nunca firmamos ningún contrato"

La versión de CRIA ha sido la buscada en la mayoría de coberturas informativas, pero evidentemente no es la única. Este diario ha contactado con el fondo británico RoundShield Partners, que ofrece un testimonio de los hechos significativamente distinto.

Herbert Beckmann, COO del fondo británico, niega la mayor: "RoundShield nunca ha comprometido capital alguno para el señor Gómez Arribas ni para el aeropuerto. Se trabajó en una posible transacción durante varios meses, pero el compromiso potencial estaba sujeto a una serie de condiciones, sin relación con el aeropuerto, que desafortunadamente siguen sin cumplirse".

El fondo: "Nunca firmamos ningún contrato"

La versión de CRIA ha sido la buscada en la mayoría de coberturas informativas, pero evidentemente no es la única. Este diario ha contactado con el fondo británico RoundShield Partners, que ofrece un testimonio de los hechos significativamente distinto.

Herbert Beckmann, COO del fondo británico, niega la mayor: "RoundShield nunca ha comprometido capital alguno para el señor Gómez Arribas ni para el aeropuerto. Se trabajó en una posible transacción durante varios meses, pero el compromiso potencial estaba sujeto a una serie de condiciones, sin relación con el aeropuerto, que desafortunadamente siguen sin cumplirse".

En cualquier caso, Beckmann insiste en negar que CRIA tenga documentos firmados por su fondo: "No hay ningún contrato firmado, nunca se firmó nada vinculante".

El Confidencial ha contactado con CRIA con una doble intención: en primer lugar, preguntar a Rafael Gómez Arribas por las verdaderas negociaciones aparentemente establecidas con RoundShield Partners; en segundo, acceder a los contratos que, según Gómez Arribas, habían sido ya firmados por CRIA y el fondo británico. Ninguna de las dos solicitudes de este diario han sido satisfechas.

Una fuente de CRIA: "Nunca hubo nada cerrado"

En cualquier caso, este diario sí ha podido hablar con un intenso colaborador de CRIA que prefiere mantener su anonimato y que se posiciona más cerca de la opinión del fondo británico que de la de su propia compañía.

"Nunca tuvimos nada cerrado con ellos", asegura. "Hemos hablado mucho y al principio mostraron cierto interés, pero ni mucho menos tanto como se ha vendido por aquí. Creían que podía haber ciertas posibilidades en el aeropuerto, pero no confiaban demasiado en la gestión. El aeropuerto de Ciudad Real es gigantesco, con muchas posibilidades... tantas, que seguramente esté sobredimensionado. Es casi imposible encontrar a alguien que pueda gestionarlo bien y a un fondo que quiera invertir y que tenga ciertas garantías de que no va a volver a ser un fracaso, como ya lo fue anteriormente".

Y es que "los 56,2 millones de la compra son el chocolate del loro. Incluso si solo se quisiera explotar una parte mínima del aeropuerto, sin pasajeros comerciales, ya exigiría una inversión de cientos de millones de euros. Y nadie quiere jugársela".

La fuente se sincera respecto al papel jugado por CRIA en estos dos años: "Estaba claro que CRIA no podía comprar ni gestionar el aeropuerto. Consiguió como pudo el dinero para poder pagar el 5% que exigía el juez y, como el resto de compradores estaban en las mismas, CRIA parecía la única empresa con alguna posibilidad. CRIA, al final, pagó ese dinero confiando en que, en un año, encontraría un comprador que hiciese la inversión de verdad. Y en estos años hemos hablado con todo el mundo y hemos conseguido pequeños acuerdos, pero te mentiría si te dijese que ha habido alguien con serias intenciones de poner el dinero confiando en el proyecto".

Concluye la lectura completa de este reportaje de C. OTTO en EL CONFIDENCIAL

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