Los días 6, 7 y 8 de abril se celebrará en la Sierra del Segura la sexta edición de la prueba de montaña conocida como 'Desafío del Calar del río Mundo', una prueba que es capaz de acercar a la comarca a 3.500 visitantes, entre organización, deportistas y acompañantes.
Así lo ha asegurado en su presentación la diputada provincial de Turismo, Raquel Ruiz, quien ha subrayado que "la envergadura de este tipo de pruebas es de gran impacto económico puesto que en años anteriores se ha cifrado en torno a 350.000 euros a lo largo de los tres días en los que se desarrolla la prueba".
Hasta la fecha ya se han completado 1.100 de las 1.300 inscripciones previstas para un evento que cuenta con cinco modalidades adaptadas al nivel de exigencia de los corredores.
Las carreras en sí no son el único atractivo, puesto que la prueba lleva aparejada la organización en Riópar de otras actividades dirigidas a acompañantes y familiares de los corredores, como pueden ser música en directo, feria de artesanía, feria de la tapa y de la caña o eventos infantiles dirigidos a los más pequeños.
El municipio de Riópar es el eje central de esta prueba que transcurre también por los términos municipales de Bogarra, Molinicos, Villaverde de Guadalimar y Cotillas.
En representación de todos ellos, el alcalde de Riópar, Federico Moreno, ha resaltado la importante "repercusión económica y de promoción de la zona" de esta prueba "no sólo durante el fin de semana que se celebra, sino el resto del año".
Según la organización, se trata de la "prueba estrella dentro del circuito de desafíos trail de la Sierra del Segura", a la que no han dudado en calificar como "el mayor espectáculo de trail de Castilla-La Mancha y uno de los más conocidos de España", con carreras para todos los niveles, desde los 105K de la prueba reina a los 20K dirigidos prácticamente a senderistas, pasando por otras carreras de 25K, 45K y 65K.
Todas atraviesan entornos y puntos de singular belleza como el Ojo del Lobo, el Cerro de la Muerte, las cumbres del Padrón y la Sarga, los callejones de los Picarazos, la subida al Almenara o al Padroncillo, o el paso por los Chorros.
