El Guadalajara se queda a un paso de la remontada ante el Villa de Aranda (27-30)

El Guadalajara se queda a un paso de la remontada ante el Villa de Aranda (27-30)
El conjunto alcarreño ofreció una tarde de lucha y emoción en el David Santamaría, donde rozó varias veces el empate frente a un sólido Villa de Aranda que supo resistir la presión morada.

El SANICENTRO BM Guadalajara protagonizó un partido de gran intensidad en la cuarta jornada de la Liga NEXUS Energía ASOBAL, disputada este fin de semana en el Pabellón David Santamaría. Los hombres de Juan Carlos Requena cayeron por 27-30 frente al Tubos Aranda Villa de Aranda, en un encuentro vibrante que mantuvo en vilo a los 1.327 aficionados que llenaron las gradas. A pesar del marcador adverso, el equipo alcarreño ofreció entrega, coraje y fases de buen juego que le permitieron rozar la remontada en varias ocasiones.

Un inicio cuesta arriba que marcó el partido

El choque comenzó con un ritmo vertiginoso impuesto por el conjunto burgalés, que firmó un arranque impecable. Su defensa, muy cerrada y agresiva, bloqueó los intentos ofensivos de Guadalajara y aprovechó los errores locales para abrir brecha en el marcador. En apenas ocho minutos, el 0-5 inicial obligaba a Requena a detener el juego para reajustar piezas y calmar los nervios de sus jugadores.

El primer gol morado llegó en el minuto 9, obra de Haitz Gorostidi, uno de los grandes protagonistas del encuentro. Sin embargo, el Villa de Aranda mantenía su eficacia ofensiva y seguía castigando las pérdidas de balón locales, situando el 1-7 en el luminoso.

El técnico almeriense dio entrada a Nico García bajo palos, y el guardameta respondió con una intervención clave que sirvió de revulsivo. Poco a poco, los morados fueron entrando en el partido, con Gonzalo Velasco, Boyarizo y El Khouga liderando la reacción ofensiva. El equipo ganó confianza, la grada empezó a empujar y, gracias a un parcial favorable, Guadalajara se situó a solo dos goles (8-10), obligando al técnico visitante Javi Márquez a pedir su primer tiempo muerto.

Los locales siguieron apretando y, con los tantos de José Luis Román y Boyarizo, lograron empatar el encuentro a once tantos, haciendo estallar al público del Santamaría. El descanso llegó con el 13-14, dejando todo por decidir.

Un intercambio de golpes hasta el límite

El arranque de la segunda mitad fue un auténtico espectáculo de balonmano ofensivo. En apenas cinco minutos se vieron ocho goles, con el marcador en un ajustado 16-18. Nico García volvió a ser determinante al detener un penalti que alimentó las esperanzas de los suyos, mientras Marcos Dorado culminaba el empate a 18-18, encendiendo de nuevo las gradas.

Sin embargo, el empuje local no fue suficiente para romper el equilibrio. El Villa de Aranda mostró una gran madurez táctica, encontrando espacios en la defensa morada y castigando cada desajuste con transiciones rápidas. Con Iríbar (7 goles) y David López (6) muy acertados, los visitantes firmaron un nuevo parcial de 0-4 (18-22) que obligó a Requena a pedir tiempo muerto.

El entrenador ajustó la defensa y reorganizó la circulación ofensiva. El efecto fue inmediato: Gorostidi volvió a tirar del equipo, recortando distancias con goles de pura determinación, mientras Nico seguía manteniendo a los suyos en el partido con intervenciones de mérito. A falta de seis minutos, el luminoso mostraba un esperanzador 26-28.

Los últimos instantes fueron de máxima tensión. El conjunto alcarreño apretó hasta el final, pero la férrea defensa del Villa de Aranda y la eficacia de su portero Pau Guitart acabaron por decidir el encuentro. Finalmente, el marcador se cerró con un 27-30 que reflejó la igualdad y el esfuerzo de ambos equipos.

La afición, el jugador número ocho

A pesar de la derrota, el David Santamaría vivió una auténtica fiesta del balonmano. La afición respondió con un ambiente ensordecedor y apoyó a los suyos incluso en los momentos más complicados. El propio Requena quiso destacar al término del encuentro “la actitud irreprochable del equipo y el aliento constante del público, que fue clave para mantenernos vivos”.

El entrenador morado lamentó el mal inicio, aunque se mostró satisfecho con la reacción: “Nos faltó precisión en algunos momentos, pero competimos de tú a tú con un rival muy serio. Si seguimos en esta línea, llegarán los resultados”.

El Villa de Aranda, por su parte, consolidó su buen momento en la competición. Los burgaleses supieron gestionar los tiempos y mostraron un bloque sólido, donde destacó el acierto de Iríbar y la regularidad del portero Guitart, clave en los minutos decisivos.

Ficha técnica

SANICENTRO BM GUADALAJARA (27): David Vladić (Nico García); Juan Jodar (1), Manu Catalina, Martín Ganuza, Marcos Dorado (4), Joan Blanco, Santi Simón (2) -siete inicial-; Haitz Gorostidi (8), Ahmed El Khouga (2), Alberto López Boyarizo (5), Dániel Fekete (1), Gonzalo Velasco (3), José Luis Román (1) y Álvaro Sánchez.

TUBOS ARANDA VILLA DE ARANDA (30): Pau Guitart (Linhares); Mateo Arias (5), Alberto González (2), Huix (4), Víctor Megías (1), Pedro Martínez, Rogonovs (2), Iríbar (7), Cardoso Pereira (1), David López (6), Álex Berbel (1), Jakub Sladkowski (1) y Vicente Poveda.

Parciales cada cinco minutos: 0-4, 2-7, 5-10, 7-10, 9-11, 13-14 (descanso), 16-18, 18-22, 20-23, 22-26, 26-28, 27-30.

Árbitros: Alberto Macías de Paz y Ernesto Ruiz Vergara. Excluyeron a Catalina y Fekete (Guadalajara), y a Martínez e Iríbar (Aranda).

Incidencias: Partido correspondiente a la cuarta jornada de la Liga NEXUS Energía ASOBAL, disputado en el Polideportivo Municipal David Santamaría de Guadalajara ante 1.327 espectadores. Se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento de Javier García Cuesta, exseleccionador nacional y figura histórica del balonmano español.