Uno de esos lugares comunes que se mueven alrededor del fútbol sostienen que a un equipo que está con ‘flow’ le viene mal eso de marcharse de vacaciones y dejar de competir. En el caso del Alba, el tópico pareció hacerse realidad. Los nuestros apuraron al máximo para irse a disfrutar de un merecido descanso tras rubricar una primera vuelta liguera de 32 puntazos. De este modo, no solo se fueron a la prórroga, como les sucedió en la primera ronda copera en Huétor Tájar, sino que llegaron a unos penaltis, de esos que no entienden de categoría, en los que resbalaron.
Pese a tener el partido bajo control en todo momento, exceptuando los instantes finales de la prórroga, el Alba, el equipo más goleador de la categoría de plata, no pudo ver puerta. Una situación que condujo la eliminatoria a una situación límite que acabó dando la espalda a una escuadra que ahora deberá centrarse única y exclusivamente en LaLiga
Nada hacía presagiar lo ocurrido. El primer acto hizo bueno aquello de que el tiempo pone a cada uno en su sitio. Y el sitio del Alba y el Logroñés, compartido hace no mucho, ya no es el mismo. Por eso, aunque el encuentro comenzó con el control y el empuje de los locales, el paso de los minutos permitió a los de Albés parecerse a sí mismos. Y así, la intrascendencia de los primeros 35 minutos se vio súbitamente interrumpida por una cabalgada de Kawaya que acabó en disparo de Julio Alonso y parada del meta local. El belga es otro al que el paso de los días empieza a granjear ese protagonismo que se le atribuía a su llegada. Su verticalidad acaparó el protagonismo ofensivo del Alba durante el primer acto de este segundo round copero que empezaba a tener serio parecido con el primero.
Más allá de ese disparo de nuestro lateral derecho en Las Gaunas, el primer tiempo no ofreció más interés que el que tuvo ver en acción a Ros o Karim, menos habituales, por diversas circunstancias, en los planteamientos del técnico gallego.
El segundo tiempo arrancó con más intensidad por parte del Alba. Tal fue así que las cartulinas que no se habían visto en el primer tiempo se vieron en apenas un par de minutos. Un paso más que se tradujo en juego en campo local y acercamientos al área que no fructificaron.
A falta de media hora, Albés decidió hacer el equipo aún más reconocible y más allá de Olaetxea, introdujo pólvora con Manu e Higinio. Una jugada que recordaba a la firmada ante el Huétor Tájar. El ingreso de dos de los goleadores del equipo tuvo efecto casi inmediato. Higinio tuvo una clara en el 74 quedándose solo ante un Gonzalo que supo leer sus intenciones. Tres minutos después Fuster controló el balón que le puso Fran Álvarez y rubricó un disparo que se marchó fuera.
Y como no funcionaba, Albés metió más gol. Mesa sustituyó a Fran Álvarez en el intento del Alba por evitar una prórroga y marcharse ya de vacaciones navideñas. No funcionó.
Con la prórroga en marcha, la idea era la de evitar el desenlace del punto de penalti y emular así lo que pasó allá por mediados de noviembre. Pero el partido siguió por los mismos derroteros y la pena máxima era ineludible, por más que Fuster lo volvió a intentar con otro control mágico que acabó con un disparo que se marchó alto o Higinio con un remate de cabeza mal ejecutado.
Al final, desenlace desde los 11 metros. Resbalón de Fuster, error de Riki y el Logroñés que seguirá vivo en la competición del KO.
