El alpinista y astronauta vasco Josu Feijoo, que ha sido el primer diabético en subir las siete cumbres y que viajará al espacio la próxima primavera, se marchará este sábado de nuevo al Everest acompañando a cuatro chicos de las favelas brasileñas.
Feijoo ha participado esta mañana en el Congreso Nacional de Tecnologías de la Accesibilidad que se desarrolla en Toledo hasta mañana, viernes, organizado por el Centro Nacional de Tecnologías de la Accesibilidad (Centac).
El alpinista, de 47 años, ha explicado a los asistentes que "la fuerza más fuerte es la fuerza de la voluntad" y ha animado a las personas con discapacidad a creer en ellos y alcanzar el "sueño" que se propongan.
Este alavés ha asegurado que los médicos se lo pusieron "muy negro" cuando a los 24 años -en 1989- le detectaron, en un análisis rutinario de su empresa, que era diabético.
Sin embargo, su sueño de la infancia era escalar el Everest y se propuso luchar para conseguirlo ayudado en todo momento, ha resaltado, por los médicos y la telemedicina.
Este ingeniero y alpinista ha subido ya las siete cumbres, ha visitado el Polo Sur y el Polo Norte, desde hace siete años es astronauta y hacia el mes de marzo o abril del año próximo viajará al espacio.
Pero antes de eso marchará de nuevo al Everest este sábado, acompañando en esta ocasión a dos chicos y dos chicas de las favelas brasileñas.
Regresarán el 7 de noviembre y poco después se irá a Cabo Cañaveral para seguir con los trabajos de preparación espacial con.
Feijoo se inyecta insulina cuatro veces al día, "si no lo hago, moriría" ha dicho con tranquilidad, y la insulina se congela cuando sube a las cumbres: "solo hay una forma de evitarlo, pegártela al cuerpo".
En cada expedición adelgaza catorce kilos pero, además, es diabético, así que la "única solución" es no olvidar los controles de glucosa y "siempre" hacer caso al médico, con el que mantiene contacto permanente.
En este sentido, ha asegurado que los nuevos software y la telemedicina "es lo que nos permite hacer este tipo de cosas".
Ha explicado cómo se prepara para subir al espacio y la dura experiencia que supone haber entrado once veces en la centrifugadora espacial, donde el cuerpo debe superar durante dos horas- una presión de 680 kilogramos "y si te mueves un milímetro se te parte la cervical".
"La diabetes no es excusa y el fracaso no debe ser una opción para vosotros", ha señalado Josu Feijoo, que en 2012 llevó a cuatro chicos diabéticos hasta el campo base del Everest.
