Muiña y Fontela dan la victoria al Guadalajara frente al Frigoríficos Morrazo

El Balonmano Guadalajara se marchó pronto en el marcador, gracias a un inspirado Bombón Almeida que protegió bien la portería y a un nuevo inicio eléctrico de Edu Reig, tal como sucediera hace pocos días ante el Anaitasuna

Lago Muiña y Coque Fontenla, con siete goles cada uno, han sido los protagonistas, junto al meta brasileño Almeida, en una trabajada victoria del Balonmano Guadalajara ante los gallegos del Frigoríficos Morrazo.

En un partido muy trabado, con quince exclusiones, y un juego racheado por ambos conjuntos, los de Mateo Garralda se adjudican la sexta plaza que estaba en juego, y certifican su candidatura a jugar en Europa el año próximo.

El Guadalajara se marchó pronto en el marcador, gracias a un inspirado Bombón Almeida en la portería y a un nuevo inicio eléctrico de Edu Reig, tal como sucediera hace pocos días ante Anaitasuna. Cangas, por su parte, buscaba con ahínco a Cerqueira en el pivote y los lanzamientos lejanos de Muratovic.

Con 6-3 en el luminoso, "Pillo" prefirió detener el crono y ordenar una defensa mixta a Víctor Vigo. Mejoró el conjunto gallego, empujado por dos superioridades, y empezaron a fallar los locales en el lanzamiento. En el minuto veinte, espoleados con los goles de Iván Amarelle y Adrián Rosales, los gallegos lograron empatar (10-10).

A partir de aquí Muiña y Valadao, mano a mano y propulsados por las paradas de Almeida, despegaron de nuevo a Guadalajara, devolviéndole al descanso su máxima renta del primer período (17-13).

En la reanudación, los goles de Rubén Soliño y Muratovic reactivaron el partido. En el bando morado sólo Fontenla parecía hallar la forma de marcar. En el minuto 40, Cangas se ponía a un gol (21-20) y Guadalajara atravesaba su enésima laguna en ataque.

Los de Garralda se aplicaron en defensa, y Almeida tomó la responsabilidad de relanzar con sus paradas a los morados, que de nuevo alcanzaron su máxima renta (27-23).

De aquí al final, los locales sólo tuvieron que administrar su renta para sumar una nueva victoria en casa, donde se muestra intratable.

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