López-Galiacho: "El Teatro Circo merece ser Patrimonio de la Humanidad"

Asegura que los beneficios de esa declaración para la ciudad de Albacete, más allá del valor simbólico, serían evidentes en cuanto a turismo
López-Galiacho: "El Teatro Circo merece ser Patrimonio de la Humanidad" - Fotografía: La Tribuna
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El Pleno del Ayuntamiento de Albacete aprobaba por una unanimidad el pasado mes de marzo solicitar al Gobierno de España para que el Teatro Circo opte a convertirse en Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. La propuesta llegó desde la Asociación Nacional de Amigos de los Teatros Históricos de España (Amithe). Su presidente es el albaceteño Javier López-Galiacho, una de las personas que más ha trabajado en la ciudad para difundir la importancia de este edificio cultural, asegura que "es un orgullo para Albacete" y por ello merece este reconocimiento.

La historia de este singular edificio comenzó en 1887 gracias a un grupo de doce albaceteños que tuvieron un sueño aparentemente difícil para una ciudad como Albacete. "Soñaron un edificio de categoría descomunal para una ciudad tan pequeña y con altos índices de analfabetismo. Yo creo que el Teatro Circo siempre es una llamada de grandeza para los albacetenses", ha López-Galiacho en conversación con Europa Press.

Tras casi 100 años, el teatro cerró en 1985 y no fue recuperado por el Ayuntamiento hasta 1993. En 1987, un grupo de ciudadanos de Albacete, agrupados en la asociación de Amigos del Teatro Circo, solicitaron ya que la administración recuperara el espacio. "El edificio ha tenido una cosa única, el apoyo del pueblo. Recuerdo que cuando logramos entre todos rehabilitarlo medios de comunicación como 'El País' señalaron que había sido gracias a un movimiento de sociedad civil único en España. Nunca una ciudad se ha movido tanto para salvar su teatro", ha destacado el presidente de Amithe.

Desde el año 1919 hasta el mencionado 1985 había desaparecido la estructura de teatro y circo para convertirse en teatro con cine. En 1995, ya recuperado por el Ayuntamiento, se presentó el proyecto de los arquitectos Juan Caballero, Emilio Sánchez y Carlos Campos que devolvía al Teatro Circo la fisonomía original que tenía en el año de su inauguración. Esto incluía las arquerías o las columnas. Además, gracias a la petición de Amithe, se recuperó la pista central de circo.

Resalta López-Galiacho que el Teatro Circo es singular concretamente por dos aspectos. "Es el Teatro Circo operativo más antiguo del mundo, pues tiene cuatro meses más que el Teatro Carré en Amsterdam, y es un magnífico ejemplo de alianza de civilizaciones".

En este sentido, el también profesor universitario cita a la catedrática María Jesús Viguera, especialista en estudios árabes, que lo considera "un templo árabe en plena Castilla". "Decía que si el jeque de Qatar viera este templo de ocio con evocación árabe en Castilla, vendría con una chequera a comprarlo al Ayuntamiento de Albacete". Y es que esta investigadora entiende que es el mejor edificio civil del neoárabe en España. Sus arquerías y capiteles son una evocación a La Alhambra.

"Creemos que esta doble singularidad le hace ser candidato a Patrimonio de la Humanidad", insiste López-Galiacho. Hace unos años ya lograron la Declaración de Bien de Interés Cultural de Castilla-La Mancha. Ahora se lucha para dar un paso más y llegar a la Unesco en París. El proceso ahora depende del Gobierno de España, que es la administración competente para introducir el edificio en la lista de candidatos. Después de incluirla habría un plazo de entre 5 a 10 años para defender esta candidatura ante la Unesco.

SUMANDO APOYOS PARA LA CANDIDATURA

En otro orden de cosas, el presidente de Amithe ha explicado que han llevado a cabo un "proceso dominó". Es decir, la petición para que el Teatro Circo sea Patrimonio de la Humanidad ha recibido primero el apoyo local; después el provincial, a través de la Diputación. "Debería ser ahora también la Junta de Castilla-La Mancha quien mostrara el respaldo. Y de ahí, al Gobierno estatal".

"Ya se han producido algunos encuentros con parlamentarios de Albacete en Madrid para que lo defiendan ante el Ministerio de Educación y el de Cultura, que son los que tienen competencias", ha afirmado, añadiendo a reglón seguido que el Gobierno deberá entonces iniciar un expediente de estudio de la candidatura.

López-Galiacho tiene buenas expectativas para que la petición se termine materializando. "Nosotros pensamos que estamos jugando porque tenemos cartas. Y las estamos poniendo encima de la mesa. Insisto, el único que en España tiene esta doble capacidad, para teatro y para circo. Es un elemento histórico singular en el mundo en este tipo de arquitectura teatral circense, que prácticamente por desgracia ha desaparecido y quedan muy pocos restos", ha precisado.

Los beneficios para la ciudad de esta hipotética declaración, más allá del valor simbólico en sí, serían evidentes en cuanto a turismo o recursos. "En España hay una unión de ciudades que tienen patrimonio mundial de la humanidad. Todos eso refuerza para convertirse en un enclave turístico. A mí me llamó un gran empresario de Albacete y me dijo que esto que se ha logrado, aunque no se consiga finalmente, ya era dinero para la ciudad", ha afirmado.

"La idea es que se cree una comisión de seguimiento para ir valorando cada paso que se da para lograrlo. Y si no, con haberlo intentado ya ha merecido la pena. Sabemos que es muy difícil pero para llegar a la cima hay que dar el primer paso. Ya lo hemos dado y de momento es un teatro que su ciudad, a través de sus representantes, lo han considerado candidato. Todo lo que se haga sobre este teatro tiene que venir condicionado por esa consideración", ha añadido López-Galiacho, que cree que las instituciones se han dado cuenta de lo que tienen y es el momento de moverlo.

Por el Teatro Circo albaceteño han pasado numerosos artistas teatrales, musicales y circenses. "Albacete ha tenido mucha suerte. Ha sido paso de las mejores compañías de teatro que iban para Levante. Todo el mundo que ha tenido algo que ver en el teatro ha pasado por Albacete", comenta López-Galiacho. Además, dos de los camerinos llevan el nombre de actores que estuvieron luchando por el edificio: María Isbert y Tony Leblanc.

"Es una sorpresa para mucha gente que está actuando. Serrat, por ejemplo, no lo conocía y paró un concierto para comentar lo bonito que era. Las nuevas generaciones, viejas e intermedias quedan impresionadas. Estamos hablando de un volumen de edificio, de un impacto visual impresionante. Nos querrán o no dar ese sello, pero el Teatro Circo tiene un nivel mundial y ha sido apoyado por los mejores actores y actrices", ha concluido.

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