Sánchez Adalid viaja a los tiempos en que un refugiado sirio llegó a ser Papa

Sánchez Adalid viaja a los tiempos en que un refugiado sirio llegó a ser Papa
photo_camera Sánchez Adalid viaja a los tiempos en que un refugiado sirio llegó a ser Papa

El sacerdote y prolífico autor de novela histórica Jesús Sánchez Adalid viaja con su nueva obra, "En tiempos del papa sirio", al siglo VIII, cuando el primer califato de Omar obligó a muchos sirios a huir de su país y a hacerse refugiados, como le ocurrió al Sumo Pontífice Constantino II.

Sánchez Adalid, que presenta hoy su libro en el Salón de los Concilios de Toledo y el próximo jueves en la Parroquia de San José de Mérida, donde ejerce como sacerdote, cree que su nueva novela, la número diecisiete, servirá para conocer el origen de lo que está sucediendo ahora en Siria.

En una entrevista con Efe, el escritor extremeño explica que "cualquiera que lea esta novela va a comprender mucho mejor el origen de la invasión islámica, que es uno de los grandes vacíos e incógnitas que presenta nuestra historia, porque aquel gran ejército que llegó a la Hispania de principios del Siglo VIII había salido directamente de Damasco".

Jesús Sánchez Adalid (Don Benito, 1962) relata que la idea de escribir "En tiempos del papa sirio" (Ediciones B) surgió por casualidad el año pasado, cuando viajó a Roma para presentar su anterior novela, "Y de repente, Teresa", y se topó en la Biblioteca Vaticana con un documento que hacía referencia a la llegada a esa ciudad de los godos de Hispania que huían de la invasión islámica.

"Al frente de ellos iba Sinderedo, que era el último Arzobispo de Toledo", señalaba el documento, en el que también se hacía referencia a que "el Papa se compadeció de ellos porque era sirio".

Esto y las coincidencias con lo que ocurre en la actualidad en Oriente Medio despertaron en el teólogo extremeño la necesidad de ponerse a investigar en aquella época en la llegó a haber seis papas sirios, cristianos perseguidos por el primer califato, que huyeron de su país de origen y se instalaron en Roma.

A juicio de Sánchez Adalid, "la opresión que tuvieron los cristianos en aquel tiempo se parece mucho a lo que han sufrido ahora" en Siria por parte del "movimiento yihadista y fundamentalista, autodenominado califato, y que está sembrando el terror".

En ese sentido, considera que aunque "Siria nos parece que es un lugar lejano", nada más lejos de la realidad, pues "tenemos muchas conexiones culturales, humanas o religiosas que deben de ser conocidas".

Como sacerdote e historiador, reconoce el peligro de este fundamentalismo islámico de raíces bélicas, que "aparece y reaparece en determinados momentos de la historia", pero advierte de que más preocupante aún es sembrar "una islamofobia que meta en el mismo saco a todos los creyentes musulmanes".

Jesús Sánchez Adalid reconoce que él es de los de "novela por año", porque ese es su "ritmo". Explica que siempre está investigando y cuando encuentra una historia que le "llena, como ésta", se pone a escribir, porque eso supone adentrarse en "viajes que son fascinantes", aunque requieran "mucho esfuerzo".

Reconoce también que como escritor de novela histórica los periodos de crisis le interesan "muchísimo", porque le parece que es de "donde sale lo mejor de la humanidad". "La crisis es disminución y toda disminución es porque al final hay un crecimiento", sentencia.

Para el autor de "En tiempos del papa sirio", Premio de Novela Histórica Alfonso X El Sabio por su obra "Alcazaba", actualmente en el mundo "hay motivos de preocupación y de inquietud", pero, como hombre de esperanza que se considera, cree que "de todo esto tiene que salir algo".

El también autor de "El Mozárabe" o "El alma de la ciudad" (Premio de Novela Fernando Lara) considera que el auge de los populismos es "desconcertante", "quizás -reconoce- porque hemos vivido muchos años anclados en el racionalismo y en un bienestar que parecía que iba a ser eterno".

Sin embargo, Sánchez Adalid, Medalla de Extremadura desde 2009, no cree que se de "un salto atrás" en la historia y confía en que "las democracias occidentales, después de todo lo que ha pasado en el siglo XX, hayan generado mecanismos de control" para preservarse.

Ante la situación actual, defiende que hay "una obligación ineludible de dialogar, de entenderse y de solucionar los problemas de forma pacífica", por lo que los organismos internacionales, destaca, "tienen una gran responsabilidad".

También considera muy necesario el diálogo entre creyentes y no creyentes y por ello ha abierto su Parroquia de San José a la iniciativa denominada "El atrio de los gentiles" para fomentar ese acercamiento mediante actividades culturales.

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