Roma vive la revolucionaria 'tercera vía' del Greco con su 'Anunciación'

El Greco pasó seis años en una Roma dominada por otros estilos y hoy, siglos después, la ciudad asistió a la "tercera vía" del arte religioso, que el maestro impulsó desde la España de Felipe II al admirar "La Anunciación", llegada del Thyssen-Bornemisza de Madrid.

La obra permanecerá expuesta desde mañana y hasta el próximo 17 de abril en los Museos Capitolinos gracias a un intercambio entre esta institución y el museo madrileño, que el pasado verano recibió desde la capital italiana la "Buona Ventura" de Caravaggio.

Una única obra que permitirá contemplar la maestría de un pintor que, pese a haber vivido una década en ciudades italianas, no dejó un gran legado pictórico en ellas, tal y como recordó hoy el comisario de la exposición, Sergio Guarino.

Domenikos Theotokópoulos pasó a la posteridad como "El Greco", un apodo no en español sino en dialecto véneto y que alude directamente a su procedencia, ya que nació en 1541 en la isla de Creta cuando esta se encontraba bajo dominación de la República de Venecia.

En 1567 el pintor se trasladó a Venecia, donde estudió las obras de Tiziano, Veronese o Tintoretto, y tres años más tarde puso rumbo a la Roma de los papas, donde pasó seis años antes de trasladarse a España, donde viviría sus últimos cuarenta años de vida.

Sin embargo, pese a haber vivido una década en esas dos ciudades italianas, escasas son las obras que se conservan con su firma.

Y es que en aquella Roma el arte religioso transcurría por dos cauces predilectos: por un lado el clasicismo de Annibale Carracci y, por otro, el novedoso naturalismo de Caravaggio, acordes a lo que el experto denominó "el gusto romano".

Además, en opinión de Guarino, "el hecho de que durante un par de siglos El Greco haya sido casi ignorado por la literatura artística ha provocado que no hubiera una atención a conservar sus pinturas".

En 1576, con treinta y cinco años de edad, El Greco se trasladó a España, donde pasaría el resto de su vida, al que quedaría vinculado para siempre y donde impulsó "una tercera vía" ante el arte religioso que se desarrollaba en la ciudad del Tíber.

"Es una tercera vía en la pintura religiosa, muy abstracta, muy intensa y muy dramática, capaz de desarrollar y explicar las escenas religiosas sin recurrir al Clasicismo o al Naturalismo de Caravaggio. Una tercera vía es siempre posible", dijo Guarino.

Muestra de esa vía es la delicadeza, el dinamismo de la obra presentada en Roma, "La Anunciación", realizada en Toledo entre 1596 y 1600 y que se incluía en un retablo encargado para el altar mayor del Colegio de Nuestra Señora de la Encarnación, en Madrid.

De acuerdo a las reconstrucciones, pues fue desmembrado a comienzos del siglo XIX, el retablo transcurría en dos niveles: en la parte baja "La Anunciación" estaba franqueada por la Adoración y el bautismo de Cristo y en la parte superior se encontraba la Crucifixión, la Resurrección y la escena de Pentecostés.

Con la característica viveza de sus colores y la agilidad de su trazo, "La Anunciación" muestra a María que se gira ante la llamada de un ángel mientras desde el cielo el Espíritu Santo desciende en forma de paloma blanca entre una grupo de querubines.

El pintor captó el preciso instante en el que la Virgen acepta el mensaje del ángel, mientras que una corte de seres celestiales entonan su música desde el cielo, siguiendo a un director que con una mano marca el compás y con la otra sostiene la partitura.

Guarino hizo notar la presencia de un zarzal ardiendo en la escena, un símbolo que ya estaba en la obra que años antes había realizado Tiziano para la iglesia veneciana de San Salvador y que, según anotó el experto, representa la virginidad de María.

El comisario destacó en una conversación con Efe la "sensibilidad muy moderna" del pintor, lo que a su juicio permite comprender que "se encontraba por delante" en el contexto pictórico de aquel tiempo.

Y esa quizá "ese es el motivo por el que no logró convertirse en pintor de cámara en la España de Felipe II, que tenía gustos quizá más conservadores y tradicionales en cuanto a pintura religiosa", concluyó el experto.

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