Un proyecto de micromecenazgo reedita libro infantil prohibido por Franco

Un proyecto de micromecenazgo reedita libro infantil prohibido por Franco
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Un proyecto de micromecenazgo ha conseguido reeditar el libro de lectura infantil "Estampas de aldea", obra del maestro y escritor segoviano Pablo de Andrés Cobos y que fue prohibido por el franquismo.

Este libro, publicado inicialmente en 1935, está considerado como uno de los ejemplos más interesantes de literatura infantil en la década de los 30 y un título de referencia para explicar la renovación pedagógica de la II República.

Pero apenas dos años después de su edición y en medio de la Guerra Civil, se fue prohibiendo en los territorios en manos de los partidarios de Franco hasta que, al término de la contienda, quedó incluido en el catálogo de lecturas prohibidas mientras que su autor sufrió un periplo por varias cárceles españolas.

La reedición ha sido impulsada por "Arqueología de Imágenes", un proyecto de José Manuel "Aku" Estebaranz y Ainhoa Zufriategui y que, mediante micromecenazgo, ha logrado los fondos necesarios para hacer realidad el lanzamiento de esta edición conmemorativa de "Estampas de aldea".

Una publicación que consta de dos volúmenes: un facsímil del libro en cuestión y un ejemplar con la biografía del autor, un estudio de la primera edición publicada y varios textos inéditos de Pablo de Andrés Cobos.

Los 36 relatos que contiene "Estampas de aldea" pretenden reflejar el mundo rural segoviano de la época, se leían en clase bajo la dirección del maestro y se estructuran en cinco áreas temáticas: los chicos, las fiestas, las vacas, los pastores y las tareas.

A lo largo de sus páginas se exalta la vida en el campo y se pretende trasladar el mensaje de que es más rica que la vida ciudadana en experiencia vital.

El autor del libro, Pablo de Andrés Cobos, nacido en 1899 en la localidad segoviana de La Cuesta, fue discípulo del maestro y pedagogo Blas Zambrano (padre de la filósofa y escritora María Zambrano) y mantuvo una estrecha relación con Antonio Machado y con la Institución Libre de Enseñanza.

Tras ejercer de maestro en varias provincias, la Diputación de Segovia le subvencionó para conocer la labor de diversos centros educativos españoles, que dio como fruto su obra "Un viaje por las escuelas de España", y más tarde amplió su tarea visitando centros docentes de Francia, Bélgica y Suiza.

Fueron numerosos sus artículos en prensa, impulsó la revista "Escuelas de España" y fundó la Academia Audiencia y la editorial Ancos, en la que publica diversos estudios literarios sobre Antonio Machado.

Fue en 1935 cuando publicó "Estampas de aldea", pero el estallido de la Guerra Civil frustró su distribución y venta antes de ser prohibido en todo el territorio nacional una vez finalizada la contienda.

Cobos, quien falleció en Madrid en 1973, fue encarcelado a causa de su afinidad con la República y enviado a varias prisiones hasta que fue liberado en 1940, aunque el régimen franquista le apartó de la docencia.

Aspecto especial del libro son sus ilustraciones vanguardistas obra del artista manchego Miguel Prieto, estrecho colaborador de escritores como Rafael Alberti y Federico García Lorca.

Aku Estebaranz, en declaraciones a Efe, explica que impulsaron este proyecto "por amor a los libros" y porque con "Estampas de aldea" tuvieron "un flechazo a primera lectura".

"Nos enamoramos de su estilo literario tan fresco, tan lleno de amor al campo y a la vida de los niños", añade antes de subrayar que han pretendido reparar, en la medida de sus posibilidades, la injusticia histórica que cree que se cometió con Cobos y muchos otros maestros de la República.

Así, señala que el autor de este libro fue considerado culpable de "conspiración a la rebelión" y su caso nunca fue revisado.

Estebaranz (creador de "arqueologiadeimagenes.blogspot.com.es") considera que esta obra supuso hace ochenta años la entrada de aire fresco en las escuelas, sobre todo rurales, y fue uno de los primeros materiales educativos pensados para leer y debatir en el aula.

"La trayectoria de Cobos hace de él uno de esos nombres que debemos recuperar del olvido, junto a todos esos maestros que llevaron luz, alegría y auténtica educación a unas escuelas donde reinaba el temor y la disciplina cuartelaria, y las lecciones se recitaban de memoria y a grito pelado", comenta a Efe.

Frente a ello, explica que su labor educativa se fundamentaba en el amor y el respeto al niño, en ofrecerles las condiciones necesarias para crecer mediante cultura, actividad creadora, aire libre y la comprensión de los adultos que lo acompañan.

"Algo -afirma- de lo que todavía tenemos mucho que aprender".

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