El actor de Yunquera de Henares (Guadalajara), Joaquín Notario Recuero, reciente ganador del Premio Max en la categoría de Mejor Actor de Reparto, ha asegurado, en una entrevista con Efe, que "la interpretación es realmente mi vida".
Notario Recuero, galardonado con el Max por su último trabajo en 'El alcalde de Zalamea', con la Compañía Nacional de Teatro Clásico, reconoce que la "pasión" de la interpretación le viene de sus raíces en el pueblo campiñero de Yunquera, donde "siempre se ha hecho teatro".
"Mi padre hacía teatro, mis hermanas hacían teatro y yo, que era el pequeño, seguí haciendo teatro gracias a un amigo, ya fallecido, que se llamaba Julio Navarro", recuerda este secundario de lujo, de 58 años, que acaba de trabajar con Pedro Almodóvar, dando vida al padre de Julieta en la última película del director manchego, a quien define como un "cineasta impresionante".
Notario Recuero ha encarnado a innumerables personajes tanto en el cine, como en la televisión y muy especialmente en el teatro, donde se ha convertido en uno de los mejores actores en verso clásico, como prueba el reciente premio Max con el que ha sido galardonado.
La extensa trayectoria del actor guadalajareño le ha llevado a participar en series tan populares como "Ay, Señor, Señor", "Hospital Central", "El comisario", "La señora" o "Cuéntame cómo pasó" y, en la gran pantalla, en películas como "Bajarse al moro", "Los soldados de Salamina", "Lope" o "Azuloscurocasinegro".
Y es que, según Notario, "un actor se debe a su profesión, bien sea en el cine, en la televisión o en el teatro", aunque reconoce que su "medio natural" es el teatro "donde me siento de maravilla", afirma.
A pesar de haber interpretado grandes personajes dramáticos, no se decanta por ningún género y asegura que le gusta mucho la comedia y le "encanta el drama y la tragedia".
Reconoce en su entrevista con Efe que siempre ha hecho más drama que comedia, por lo que cuando se le define como actor dramático, "siempre digo que a mí me gusta mucho la comedia y seguramente lo próximo que haga sea una comedia", adelanta.
Más allá de su versatilidad, Notario es indudablemente un actor curtido en los clásicos, como demuestra su trayectoria de más de una década en la Compañía Nacional de Teatro Clásico, adonde, sin embargo, llegó "sin buscarlo".
"No fue algo intencionado, surgió pero realmente es un mundo muy apasionante para mí y la verdad es que requiere una técnica determinada para interpretar y parece que no se me da mal", explica el actor, quien recuerda que fue de la mano de José Carlos Plaza, a quien conoció en el Laboratorio William Leyton, quien le introdujo en la compañía nacional.
Desde entonces hasta ahora, "casi he perdido la cuenta de los personajes interpretados", confiesa Notario, quien no duda en señalar a Segismundo, de "La vida es sueño", como un personaje que "soñó" interpretar y "también me vino de repente abriéndome muchísimas puertas ya que me dio un gran empujón en nuestro medio y que lo llevo dentro siempre", subraya.
Años más tarde, tuvo la oportunidad de interpretar al padre de Segismundo en otro montaje.
"La verdad es que no me puedo quejar porque he interpretado los grandes personajes de nuestro teatro clásico y eso le hace sentir a uno muy feliz", afirma este actor, cuya trayectoria artística está íntimamente vinculada a Calderón de la Barca.
"No tengo más que agradecimientos para Calderón, lo adoro, me parece un autor fantástico y me siento muy ligado a él. Me encanta su manera de escribir, cómo retrata los personajes, cómo los construye", afirma Notario.
No en vano, uno de sus personajes le ha valido el reconocimiento más relevante de las artes escénicas en España, un Premio Max, sobre el que opina: "es muy emocionante que te den un premio y creo que me lo dieron por este personaje del alcalde de Zalamea, pero a la vez también había algo más de cariño y reconocimiento", asegura Notario.
Y agrega: "el premio simbolizaba otras cosas más que me hicieron sentir muy contento y me emocionaron muchísimo, porque el aplauso y el cariño de tus compañeros de profesión es un valor muy fuerte y un impulso".
Un impulso para seguir en su carrera, en la que afirma tener "muchísimos personajes pendientes por interpretar como Max Estrella, de Luces de Bohemia; Pedro Gailo, de Divinas Palabras, o el Rey Lear, de Shakespeare.
"Y alguno de ellos espero hacerlos porque sé que me van a hacer crecer como persona", afirma el actor, que también tiene su faceta de docente, a la que ahora no dedica tanto tiempo como le gustaría, pero que conserva a través de pequeños cursos intensivos de verso.
"Me gusta mucho enseñar pero no le puedo dedicar tanto tiempo como a la interpretación, que es realmente mi vida", insiste este yunquerano, que siempre que puede y no tanto como le gustaría, se escapa a su localidad natal para compartir una comida con su panda de amigos y familia, porque "para mí eso es algo terapéutico", concluye.
