Castrortega lleva al Poço do Bispo de Lisboa la muestra 'Emboscados'

El pintor castellano-manchego Pedro Castrortega expone en la capital portuguesa la colección 'Emboscados', un trabajo con el que profundiza en el gran bosque que conforman las formas, las ideas, las emociones y las energías de la vida

El pedroteño Pedro Castrortega expone en Lisboa su colección artística "Emboscados"
photo_camera El pedroteño Pedro Castrortega expone en Lisboa su colección artística "Emboscados"

El pintor castellano-manchego Pedro Castrortega (Piedrabuena, Ciudad Real, 1956) expone desde este domingo en Lisboa (Portugal) la colección 'Emboscados', un trabajo con el que profundiza en el gran bosque que conforman las formas, las ideas, las emociones y las energías de la vida.

El artista ha expresado su satisfacción por inaugurar esta exposición en la capital portuguesa, una "hermosa ciudad" que, además, recibe la obra del pintor para inaugurar un nuevo espacio expositivo, en una antigua bodega de vino en el Largo Poço do Bispo.

Castrortega ha apuntado que le gusta, a través de sus trabajos, descubrirse cómo es y que su trabajo consiste "en la búsqueda de lo posible o lo imposible, en la búsqueda como necesidad que justifique, ser y estar".

Para ello, ha reconocido que recurre a sus emociones, a veces a imágenes que vienen de su infancia como huellas profundas, "los animales de entonces son ahora Hércules, figuras que se aman o se pierden buscando al otro para compartir el espacio vital".

Castrortega ha significado que pinta "desde dentro hacia afuera" y que con su pintura, como en las obras que se puede ver en Lisboa, "pretende el gesto, el color y la forma" como posibilidad hacia lo mágico que desconoce.

Este último trabajo ha reconocido que es intimista y que los personajes de sus pinturas "son lo que pretenden ser, actores en el gran teatro humano, pero también trasmisores de las necesidades íntimas, del desafío eterno, exploradores de lo sagrado y de lo miserable, comprometidos con la búsqueda de la dignidad terrena".

Estos personajes, ha apuntado, "son sabedores del tiempo efímero de que disponemos y, por lo tanto, pretendientes de lo metafísico, o simplemente compañeros de viaje en mi aventura de buscar la pulsación que me permite sentir que vivo".

El comisario de la muestra, José Manuel Álvarez, ha explicado en el catálogo que se ha editado con motivo de la muestra que la exposición tiene la particularidad de lograr el encuentro de dos elementos expresivos de formidable presencia.

Por un lado, ha señalado, "la composición formal e iconográfica de los trabajos artísticos reunidos y su enorme representación simbólica" y, por otro, "el lugar donde se muestra, un espacio expositivo sin tratar, abierto en su desnudez agresiva de haber sido un almacén de vinos y sin ningún tipo de rehabilitación u ordenamiento físico".

Álvarez ha reconocido que los espectadores que acudan a disfrutar de la obra de Castrortega se encontrarán ante una exposición-intervención espacial "abundada de sugerencias y variedad lingüística, donde además la obra reunida comporta un género absolutamente poético y delicado, sutil, metafísico, resuelto con una técnica y tratamiento plástico de excelente calidad".

"Un conjunto de piezas de exquisita belleza al tratarse de composiciones de apariencias livianas y como evanescentes; un repertorio morfológico que responde a la revelación que el artista quiere descubrirnos sobre sus transiciones intimistas y espirituales, ensoñaciones, imaginerías, búsquedas o pensamientos", ha reseñado.

La nueva sala de exposiciones de Lisboa arropará, según Álvarez, "las pinturas exuberantes de falsas sensibilidades y exuberancia poética" que ha trabajado en este tiempo Castrortega, configurando en este caso "una exposición de tensiones y efectos expresivos que resulta apasionante". 

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