Dos obras de Juan Bautista Maíno viajan por primera vez a Reino Unido

Dos obras de Juan Bautista Maíno viajan por primera vez a la National Gallery
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Dos obras del pintor de Pastrana (Guadalajara) Juan Bautista Maíno, pertenecientes al Museo del Prado, se exhibirán por primera vez en Reino Unido en una exposición de la National Gallery, que tendrá lugar del próximo 28 de septiembre al 29 de enero de 2017.

Los dos cuadros son "Adoración de los pastores" y "Adoración de los Reyes Magos', que miden más de tres metros cada uno y originalmente formaban parte de un retablo, pintado entre 1612 y 1614, para el altar mayor de la iglesia de los dominicos de San Pedro Mártir, en Toledo.

El retablo tardó tres años en completarse, a pesar del contrato inicial que estipulaba que iba a ser pintado dentro del plazo de ocho meses.

El préstamo de estas dos "notables" ofrecerá "una oportunidad única para presentar la obra de un pintor español de talento excepcional cuyo nombre permanece en gran parte desconocido fuera de España", según señala el museo británico.

Ambas obras de Maino coincidirá con la exposición "Más allá de Caravaggio", cuya apertura está prevista para el 12 de octubre y que será la primera gran exposición en el Reino Unido para explorar la influencia de Caravaggio en el arte de sus contemporáneos y seguidores.

Las dos adoraciones de Maino son "altamente significativas" en el contexto de la influencia de Caravaggio en toda Europa.

Hijo de un comerciante de telas, Maíno nació en Pastrana, una ciudad española conocida por su comercio de la seda y su producción.

Las dos adoraciones responden a las tendencias estilísticas predominantes a principios del siglo XVII, que combinan el naturalismo de Caravaggio con la paleta refinada de Orazio Gentileschi, así como los estilos más clasicistas de Annibale Carracci y Guido Reni.

A la edad de 23, Maíno viajó a Roma, donde habría visto revolucionarias pinturas de Caravaggio en la Capilla Contarelli de la iglesia de San Luis de los Franceses.

La obra de Caravaggio claramente dejó una profunda impresión en el joven Maíno y, tanto es así, que continuó pintando en una vena naturalista con la iluminación del claroscuro, incluso después de su regreso a España.

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