El Museo del Greco se enriquece con un pequeño óleo de la etapa romana del pintor

El Museo del Greco se enriquece con un pequeño óleo de la etapa romana del Greco
photo_camera El Museo del Greco se enriquece con un pequeño óleo de la etapa romana del Greco

El Museo del Greco se enriquece desde hoy con un "Cristo crucificado" de la etapa anterior a la llegada del Greco a Toledo, un pequeño óleo que viajó con Doménicos Theotocópuli a España desde Roma y del que se conoce que a principios del siglo XIX era propiedad de un anticuario que lo vendió a Gregorio Marañón.

El óleo, fechado entre 1573 y 1574, pasó después a la Caja Provincial de Toledo y ahora es propiedad de la entidad Liberbank, que lo ha cedido, por cinco años prorrogables, al Museo del Greco, el "único" del mundo dedicado exclusivamente al pintor cretense, ha subrayado el director del Museo, Juan Antonio García Castro.

Este pequeño cuadro es el de menor tamaño de los que tiene el Museo del Greco, que en su exposición permanente acoge una veintena de cuadros de la segunda mitad de la vida del artista, su etapa toledana.

El Greco viajó muy joven desde Creta a Venecia, donde estuvo entre 1567 y 1570 y donde contactó, entre otros, con Tiziano y Tintoretto. De allí marchó a Roma, donde realizó una producción basada en pequeños formatos al óleo.

En esta producción romana del Greco destacan seis crucificados, entre los cuales "quizá" -apunta García Castro- el primero sea el que ya está en Toledo, porque es el más pequeño (30,5 centímetros de altura y 19,8 de ancho) y porque tiene todas las características que se repetirán en los demás.

El cuadro, que evidencia la influencia en el Greco de Miguel Ángel, representa a un Cristo crucificado sobre un horizonte bajo el que hay unas apenas perceptibles figuras en un camino y una ciudad que a comienzos del siglo XX se identificó con Toledo, aunque estudios recientes han datado el cuadro en la etapa romana del Greco, con lo que la ciudad no es Toledo sino una ciudad "ideal".

Se cree, ha añadido el director del Museo, que el Greco llegó a Toledo (hacia 1577) con este óleo, pero también con la idea de hacer cuadros de mucho mayor formato.

De la trayectoria del cuadro poco más se sabe hasta que a comienzos del siglo XIX aparece en el anticuario madrileño Rafael García Palencia, a quien se lo compra el doctor Gregorio Marañón, que estaba enamorado de Toledo y cuyos herederos lo vendieron a la Caja de Ahorros de Toledo, que después pasó a Caja Castilla-La Mancha y al grupo Liberbank.

El cuadro ha participado en importantes exposiciones, entre ellas en 2014 con motivo del IV centenario de la muerte de Dómenicos Theotocópuli, cuando "surgió la idea de intentar colaborar con el grupo Liberbank para que este cuadro, el único pintado por el Greco que no pintó en esta ciudad, pudiera estar aquí", ha resaltado Juan Antonio García Castro.

"Es el más pequeño que tenemos, pero no el de menor valor", ha señalado el director del Museo, quien ha subrayado que tiene un "valor incalculable" no solo artístico e histórico sino "de oportunidad" para que los visitantes del Museo del Greco puedan conocer una obra que dialoga con la producción última del cretense.

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