El Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca se prepara para recibir, a partir del próximo mes de enero, la obra San Francisco en Oración, de Zurbarán, con la que participa en la exposición “De gira por España” que conmemora el bicentenario del Museo del Prado.
El director del Museo de Arte Abstracto, Manuel Fontán, ha explicado que la participación, como único museo de Castilla -La Mancha, en la exposición que conmemora los 200 años de la pinacoteca nacional es un importante espaldarazo del que se sienten "muy orgullosos", y están preparando la llegada del que, "a decir de los eruditos, es el Zurbarán más hamletiano, más shakesperiano", ya que representa al santo ataviado con hábito de monje y con una calavera en las manos.
En una entrevista con Efe, Fontán ha asegurado que la participación en "De gira por España" es "un regalo de verdad", porque el Prado corre con los costes de seguro y transporte de la obra.
Ha recordado que cuando les seleccionaron para participar en esta exposición, solicitó que viniese a Cuenca una obra de Zurbarán, "e inmediatamente surgió la idea de colocarlo frente al Homenaje a Zurbarán, de Gustavo Torner", que el Museo exhibe en el pequeño espacio conocido como la Sala Negra.
Durante la permanencia del "invitado" del Prado se va a reorganizar tanto esta Sala Negra como la antesala para relacionar todo el entorno con la obra del pintor pacense y con la espiritualidad, por lo que además de la obra de Torner se van a colocar otros dos "homenajes" al pintor que tiene el Museo entre sus fondos: uno de Guinovart y otro de Gerardo Rueda.
En la antesala permanecerá la "Semana Santa de Cuenca" de Manuel Hernández Mompó, y según ha resaltado Fontán, "no podía faltar la presencia de Fernando Zóbel que tendrá alguna pieza de temática espiritualizada o casi religiosa".
Además, el Museo está haciendo una selección "muy cuidada" de las páginas dibujadas por Zóbel a modo de apuntes en el Museo del Prado, "apuntes para obras, o de obras de Velázquez como Las Hilanderas, o de obras emblemáticas del Prado", y que se incluirán en el recorrido.
Fontán ha aseverado que es una muestra más de que "cuando se trata de arte, las diferencias temporales son importantes pero secundarias, y obras de espacios y momentos históricos distintos, convenientemente ayudadas, pueden convivir de forma maravillosa en el mismo espacio".
El cuadro de Zurbarán llegará a Cuenca a mediados de enero y permanecerá un mes en el Museo de las Casas Colgadas.
El director del Museo de Arte Abstracto Español, y responsable también de Exposiciones de la Fundación Juan March, ha mostrado su satisfacción por el incremento de visitas, que se han triplicado desde que hace casi dos años se inaugurase la remodelación.
Fontán ha cifrado en 80.000 visitantes anuales las cifras de 2017 y 2018, que achaca no sólo a la remodelación o al impacto mediático de los 50 años del Museo que se cumplieron en 2016, sino también a haber aplicado las políticas de la Fundación que permiten un acceso gratuito.
Ha destacado la importancia de atender al "principal público específico del Museo, que son los escolares", con los talleres didácticos que ya son una seña de identidad del centro.
Sin embargo, ha reconocido que el incremento de visitas deja también un poso de insatisfacción porque quieren que la experiencia "no se vea herida por la posible masificación".
Fontán ha reconocido que el Museo, con sus recovecos y zonas angostas, "se autorregula", pero también ha hecho hincapié en que el aumento de turistas no se ha producido de forma lineal la mayor afluencia se produce los fines de semana.
EXPOSICIÓN "VÍA MÍSTICA"
Por otra parte, el director de Exposiciones de la Fundación Juan March y del Museo de Arte Abstracto de Cuenca ha mostrado su satisfacción por el desarrollo de la exposición "Vía Mística", de Bill Viola, varias de cuyas obras se exhiben en el Museo de las Casas Colgadas desde el pasado 18 de octubre.
Fontán reconoce que es difícil saber qué visitantes llegan al Museo atraídos por la obra de Viola, o cuáles se la encuentran allí cuando van a visitar el emblemático centro, pero cree que ha encajado muy bien en la filosofía del Museo de Arte Abstracto.
Según Fontán, la opinión mayoritaria es que "las piezas de Viola, que son cuantitativamente las de menor tamaño de la exposición, se adecúan perfectamente a la escala del Museo y combinan muy bien con sus obras" pese a las diferencias de años, de formato y de género.
Ha puesto como ejemplo la obra "Unspoken”, que considera la "más pictórica, con dos rostros con un movimiento a veces casi imperceptibles y formato más pequeño de lo habitual en las obras de Viola".
Según Fontán, para ubicar esta obra se eligió un panel que "tiene detrás, desde hace 52 años, la Gran Equis de Antoni Tapies, una pieza emblemática del Museo que en realidad es una cruz de San Andrés, de manera que esa presencia de lo espiritual en la imagen en movimiento como la trata Bill Viola, y el significado religioso de la cruz, queda muy unido en el Museo".
Además de Unspoken (Silver & Gold) (No dicho (Plata y Oro), el Museo de Arte Abstracto exhibe The Reflecting Pool" (El estanque reflectante), una obra de Bill Viola de finales de los años 70; además de Sharon y Madison, dos proyecciones que forman parte de la serie The dreamers (Los soñadores).
