Luis Homar relata en sus memorias su 'idilio' y posterior 'infierno' con Almodóvar

Lluís Homar: 'Antes quería ser Marlon Brando, ahora quiero ser yo mismo'
photo_camera Luis Homar relata en su 'idilio' y posterior 'infierno' con Almodóvar

Mientras que en "La mala educación", la primera película en la que Lluís Homar se ponía en las manos de Pedro Almodóvar, los dos vivieron un "idilio profesional", su segunda colaboración fue un "infierno", "una tortura, directamente". Así lo narra el propio actor en sus memorias, "Ahora empieza todo".

"Seré claro y conciso: con Almodóvar puedes tocar el cielo o bajar a los infiernos. Y yo he vivido ambas cosas", asegura Homar (Barcelona, 1957) en el capítulo que dedica en sus memorias, editadas por Now Books, a sus dos colaboraciones con el director manchego.

En "La mala educación" (2004), el actor asegura que mantuvo un "idilio profesional" con Almodóvar, con quien podría haber trabajado antes en "La flor de mi secreto", aunque todo "había quedado en nada", y en "Todo sobre mi madre", ya que Homar hizo el "casting" para el papel transexual que acabó interpretando Toni Cantó.

"La cuestión es que, más allá de todo lo que pasó después, Almodóvar me abrió las puertas del cine, me puso en el escaparate, por así decirlo (...). Para mí fue una fantástica tarjeta de presentación. Y en este sentido, siempre le estaré agradecido", reconoce el ganador en 2012 del Goya a actor de reparto por "Eva".

Tras esa primera colaboración llegaría "Los abrazos rotos", en la que el director manchego quería a Homar como personaje "protagónico" y, a pesar de "sentirse escogido", el actor también sintió "mucho miedo" de "no estar a la altura" en "manos de gente a quien admiraba mucho".

"El rodaje inicial, en Lanzarote, parecía que empezaba bien. Pero poco a poco todo se fue complicando. Las cosas no funcionaban", reconoce el intérprete y director de teatro.

Ese rodaje "fue durísimo", escribe, y va más allá al afirmar que para él "fue una tortura, directamente": "Los últimos días de rodaje, me tenía que tomar 'valium' para poder rodar en condiciones. Me tenía que dopar para quitarme de encima la ansiedad".

Cuenta que, cuando ensayaban, "ya había algo que no iba bien. 'Me suena teatral', me decía cuando pasaba texto. Yo me sentía cohibido, paralizado, sin saber por dónde tirar. Todo era no", asegura, añadiendo que "un rodaje con Almodóvar genera mucha tensión en el plató. Es como si todo el mundo tuviera mucho miedo de equivocarse".

"Sea como fuere -escribe Homar-, estos batacazos, se llamen Lliure o Almodóvar o de cualquier otra forma, tienen que hacerte crecer. No te pueden hundir. Y si antes te apoyabas en esas personas, ahora te das cuenta de que lo puedes hacer tú solo".

Homar afirma que "ahora, años después", es cuando "ha empezado a perdonar a Almodóvar": "Se que perdonar es difícil, mucho, no es nada fácil, pero también tengo claro que es lo más útil si quieres mirar adelante y no hacia atrás".

A lo largo de las casi 300 páginas que componen "Ahora empieza todo", el actor repasa, además de su relación con Almodóvar, sus inicios en el Teatre Lliure, su etapa cinematográfica, su vuelta al teatro y sus planes de futuro.

Y en el plano personal, Homar se desnuda y relata aspectos tan íntimos como sus traumas de infancia, sus debilidades y la terapia psicológica que le ha ayudado a aceptarlas.

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