Tras dedicar una década a analizar centenares de procesos judiciales de finales del siglo XVI buscando fuentes históricas del Quijote, el archivero Javier Escudero ha encontrado bastantes situaciones y hasta una treintena de personajes reales. "Yo encuentro el documento y dejo que hable", ha afirmado este investigador.
En una entrevista con la Agencia Efe, el también autor de una tesis sobre personajes cervantinos en La Mancha que ha sido calificada cum laude en la Facultad de Humanidades de Toledo ha indicado que lo diferente de su investigación comparada con otras anteriores ha sido bucear en procesos (judiciales), que aportan mucha información sobre las características del personaje, su entorno, el trabajo, las propiedades, los lazos familiares o las relaciones sociales.
Hasta ahora, lo habitual había sido acudir a partidas de bautismo o de matrimonio y a protocolos notariales, que son documentos de los que se puede extraer muy poca información, apenas nombres y fechas.
"Frente a lo que se había hecho hasta ahora, no solo hay un cambio de paradigma sino de metodología", ha explicado Escudero, de modo que "nos permite tener biografías muy amplias" y "suficiente información para comparar realidad y ficción".
Su formación en Derecho, no en Filología, le ha hecho enfrentarse a esta investigación como si de un juicio se tratara, esforzándose en conseguir pruebas "hasta abrumar" porque su objetivo era ofrecer tal "acumulación de pruebas, de documentos" que de ello se desprenda "que alguna tiene que ser verdad porque son muchas".
En su investigación hay biografías de una treintena de personajes reales manchegos que están reflejados en el Quijote (Francisco de Muñatones, Francisco de Acuña, Pedro de Villaseñor, Martín López Haldudo, Miguel Berenguel y otros muchos) y también situaciones que inmortalizó Cervantes (tener una biblioteca, vestir como caballeros medievales, atacar un molino de viento, comprar un rocín y que se caiga...).
Javier Escudero ha subrayado que esta coincidencia "no quita valor a la obra de Cervantes, sino que es complementaria" y ha añadido: "que haya fuentes históricas o folclóricas no significa que no haya fuentes literarias, que las hay, o fuentes autobiográficas o que utilice otra multitud de fuentes. A lo mejor, las fuentes históricas son una proporción muy pequeña, pero existen y son complementarias con las otras".
Este madrileño de 52 años, que actualmente trabaja en Cuenca, ha intentado "ver" lo que aparecía en los archivos "de la forma más objetiva posible", sin "prejuicios", dejando que los documentos "hablen". Es decir, se ha colocado delante del documento y ha extraído unas conclusiones, pero no ha tratado las fuentes literarias.
"Yo encuentro el documento y dejo que hable, el documento tiene la razón y el documento te va a contar una historia. Y te vas a quedar alucinado si lees esa historia sin prejuicios. Si dejas que la información fluya", ha referido dentro del planteamiento positivista de su análisis.
Una de las conclusiones más interesantes de su investigación es que El Toboso (Toledo) y localidades próximas (Quintanar de la Orden y Miguel Esteban) tienen una gran concentración de personajes reales y de sucesos que aparecen en el Quijote, y todo sucede entre 1578 y 1591, y más en concreto entre 1581 y 1584. O sea, que estas personas, coetáneas de Cervantes, vivían en un mismo entorno geográfico.
"ES UNA LOCURA SIMILAR A LA DEL QUIJOTE"
Estos diez años de investigación (cinco de ellos dedicados al doctorado), casi cien mil folios de procesos judiciales de finales del siglo XVI, una tesis, un libro en tres volúmenes que saldrá en pocas semanas (publicados por la editorial Almud) y su presencia en numerosos congresos internacionales ha sido "una locura similar a la del Quijote, la verdad es que sí", ha admitido Javier Escudero.
Archivos parroquiales de Quintanar de la Orden, Miguel Esteban, La Puebla de Almoradiel, El Toboso, Socuéllamos o Campo de Criptana, entre otros; archivos municipales e históricos provinciales; el Archivo Diocesano de Cuenca, con multitud de procesos inquisitoriales, y el Archivo Histórico Nacional, con los procesos de las órdenes militares, han sido estudiados por este investigador que ha analizado más de 450 procesos con una media de 200 folios cada uno.
Su periplo, sin embargo, empezó antes, hacia el año 2000, cuando era archivero en Mota del Cuervo (Cuenca), y después en Socuéllamos (Ciudad Real), y estaba haciendo una serie de estudios sobre esas localidades manchegas.
Iba viendo que esos pueblos tenían relación con la ruta del Quijote y cuando se enfrentó a los archivos de El Toboso "empezaron a surgir una serie de personajes y situaciones que eran muy similares al Quijote". A partir de ahí "fui capítulo a capítulo, intentando localizar nombres y situaciones".
"SON MILES DE HORAS, ES TOTALMENTE ABSORBENTE"
Para abordar un trabajo de esta envergadura hay que implicarse totalmente, y Javier Escudero lo está: "son miles de horas, es totalmente absorbente y tienes que tener condiciones de tiempo, dinero y disponibilidad", ha asegurado.
Al principio, le resultó "un poco complicado" exponer sus primeras conclusiones ante la comunidad cervantista, porque sonaba a volver de nuevo a la teoría de los modelos vivos, pero en un momento determinado todo comenzó a rodar.
De hecho, Escudero asiste a la mayoría de las reuniones de las principales asociaciones de hispanistas y cervantistas, entre ellas la Asociación Internacional de Hispanistas, la Asociación Internacional Siglo de Oro, la Cervantes Society of America o la Asociación Canadiense de Hispanistas.
Tras recorrer una veintena de países hablando de sus investigaciones, tiene claro que aceptar que hay "realidad" en el Quijote, y en la obra de Miguel de Cervantes en general, solo se admite "en casos muy concretos y con mucho cuidado y reflexión".
Y ha puntualizado que "poco a poco van admitiendo" algo, pero "todavía estamos muy lejos" de que se acepte una teoría global.
