Karra Elejalde: 'Creo que solo me falta esquiar en una película'

Karra Elejalde: 'Creo que solo me falta esquiar en una película'
photo_camera Karra Elejalde: 'Creo que solo me falta esquiar en una película'

Karra Elejalde (Vitoria-Gasteiz, 1960) rueda estos días su película número cincuenta, "Que baje Dios y lo vea", otra comedia, aunque asegura que en su carrera se cuentan mitad a mitad con los dramas: "He hecho de todo, creo que en una película sólo me falta esquiar".

Y se carcajea pensando que el único que esquía en el cine es "el 007".

Elejalde habla con Efe en un descanso del rodaje, en el patio de armas del Castillo de Chinchón (Madrid) donde se han recreado los vestuarios del equipo de fútbol que intenta ganar la Champion Clerum, la liga de fútbol de religiosos que protagoniza la historia.

"Esta profesión es tremenda, en cuatro años no haces ni una peli y en un año, haces cuatro", apunta el ganador de dos premios Goya y protagonista destacado de la comedia más taquillera de la historia del cine español, "8 apellidos vascos".

"Lo que hago es aprovechar el tirón, trabajar siempre que pueda; también te digo que no tenemos una industria tan grande como para elegir constantemente, pero esto me interesó porque el guión era muy divertido y porque lo lleva Juan Gordon".

Y con Gordon, productor, entre otras, de "También la lluvia", de Iciar Bollaín, Elejalde se llevó su primer Goya y después, también con Morena Films, hizo "Invasor", de Daniel Calparsoro.

"A raíz de "8 apellidos.." parece que solo he hecho comedias, pero mi carrera está al 50%; es un género que siempre me ha gustado. Es complicada, hay muchos tonos para la comedia: a mi lo que me gusta es el naturalismo", afirma el actor de "Airbag", "Los cronocrímenes", "A esmorga" o, más recientemente "100 metros" o "1898. Los últimos de Filipinas", donde también daba vida a un cura.

"Este es el prior de un monasterio en ruinas que puede terminar convertido en un parador hasta que aparece el padre Salvador, un grano en el culo que me sale, porque tiene otro modo de ejercer el apostolado".

El mío es un cura "chapado a la antigua, más partidario de la disciplina y de acatar las normas, guste o no, y él es un aventurero que viene de África castigado".

"Salvador está más cerca de Guardiola que de Zidanne", afirma a Efe Alain Hernández, culé declarado y líder de este grupo de curas futbolistas, que interpreta al misionero.

El protagonista de "El rey tuerto" está convencido en que la comicidad de esta película que "huye de la comedia de brocha gorda", y se sitúa más cerca de los Monty Python o de Ricky Gervé, está en los personajes.

"Toda mi vida he visto a los curas jugando a pala y a pelota con sotana", recuerda Elejalde de su época con jesuitas y marianistas, y "eran bien buenos", dice.

Falta Ramón, el novicio repetidor al que llaman el abuelo, a quien "le cuesta lo de la teología", explica Juan Manuel Montilla El Langui a Efe, porque "a él le apetece más la práctica y cuando llega el padre Salva se le abre un nuevo camino. Y se convierte en su mano derecha".

"Langui es muy buen actor, es un hombre lleno de ingenio e inteligencia", opina Elejalde, quien desvela que el artista está creando el tema promocional y un videoclip, en el que "nos tocará cantar a todos, me temo".

Que el director sea un debutante, no es un handicap, dice el vasco, "ni eso, ni la edad".

"Piensa en "Sangre fácil", de los Cohen, o en "Ópera prima", de Trueba", dice, y repasa después las primeras obras de directores como Bajo Ulloa ("Alas de mariposa), Julio Medem ("Vacas"), Álex de la Iglesia ("Acción mutante") en las que Karra estuvo y disfrutó: "Algunas primeras películas son insuperables".

Ahí se sitúa Curro Velázquez, quien desvela a Efe que el origen de la historia fue una noticia de El Mundo, donde se hablaba de la Champion Clerum: "Descubrí que en el centro del campo se saludaban con un 'ave maría purísima', que no había faltas, sino que se absolvían, y que se jugaba la final en Roma. Estaba claro, había una película".

Y usó ese marco para crear una comedia de "extremos", con un "desahucio monacal" de por medio, varias historias de amor y un canto a la amistad y a la solidaridad por encima de todo.

Habrá que ver, dice Elejalde, "cómo acaba esto: sí te digo que en "8 apellidos..." el equipo técnico se seguía riendo en la toma ocho, y en ésta está pasando un poco lo mismo". Gran tarjeta de presentación.

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