Varios Grecos en manos privadas salen a la luz tres décadas después

La capilla, propiedad del marqués de Eslava, contaba originalmente con cuatro obras de El Greco, dos de las cuales fueron adquiridas a principios del siglo XX por la National Gallery de Washington, que también estarán en 2014

La capilla de San José de Toledo, a escasos metros de Zocodover y cerrada desde hace tres décadas, esconde dos importantes obras del Greco
photo_camera La capilla de San José de Toledo, a escasos metros de Zocodover y cerrada desde hace tres décadas, esconde dos importantes obras del Greco

Sara Burgos

La capilla de San José de Toledo, a escasos metros de la céntrica plaza de Zocodover y cerrada desde hace tres décadas, esconde dos importantes obras del Greco que podrán volver a visitarse en 2014, con motivo del cuarto centenario de la muerte del pintor.

Son los lienzos de "San José con el Niño" y la "Coronación de la Virgen", ambos situados en el retablo principal de la iglesia.

La capilla, propiedad del marqués de Eslava, contaba originalmente con cuatro obras del Greco, dos de las cuales fueron adquiridas a principios del siglo XX por la National Gallery de Washington, que también estarán en Toledo en 2014, aunque en otro emplazamiento.

En una entrevista, Fernando Marías, comisario de la exposición "El griego de Toledo", explica que no se han podido cumplir las exigencias de seguridad material, como la temperatura y la humedad, para los dos cuadros de Washington, por lo que se exhibirán en el Museo de Santa Cruz, que reúne las condiciones para ello.

Las obras adquiridas por la National Gallery en 1906 son "San Martín y el mendigo" y la "Virgen con el Niño, Santa Inés y Santa Martina".

La capilla de San José, relata Marías, siempre ha permanecido como un espacio privado y hasta los años 70 u 80 un capellán se encargaba de abrirla a la hora de la misa matutina, si bien después sólo ha estado abierta a estudiosos previa solicitud a sus propietarios.

Ahora, con motivo de la celebración del cuarto centenario del Greco, la organización ha conseguido que vuelva a abrirse al público durante tres meses, del 14 de marzo de 2014 al 14 de junio del mismo año.

En su interior permanecen los cuadros de "San José con el Niño" y la "Coronación de la Virgen", dos lienzos desconocidos para el gran público y, según Marías, de "primerísima calidad", muestra de "la capacidad del pintor de usar un modo propio en función de la naturaleza del encargo, jugando con interés por la representación de lo visible y lo invisible".

Ambos lienzos se encuentran en el retablo principal de la capilla y están en buenas condiciones, aunque Marías advierte de que "sería aconsejable una restauración en Madrid, en el taller del Museo del Prado o en el Instituto de Patrimonio Cultural Español".

Para conocer el origen de la capilla de San José, hay que remontarse a la vida de Martín Ramírez, un rico comerciante toledano que cedió unas casas a Santa Teresa con el fin de fundar en Toledo el quinto convento de la Orden del Carmelo Descalzo.

Sin embargo, su muerte truncó esos planes y sus herederos decidieron construir en dicho lugar una capilla bajo la advocación de San José, con trazas de Nicolás de Vergara.

Se inició en 1588, se bendijo en 1594, pero no se acabó hasta 1596.

El Greco acometió su decoración de retablos y lienzos entre 1597 y 1599, mientras que en la segunda mitad del siglo XVII José Jiménez Donoso pintó al fresco sus muros.

El comisario de la exposición "El griego de Toledo" apunta que la capilla puede ser la primera dedicada a San José, tal y como reza en la inscripción de su puerta, pero sólo "subjetivamente en orden de importancia", pues en Roma existía ya la capilla de la cofradía San Giuseppe di Terra Santa en el Panteón, por ejemplo.

La capilla de San José de Toledo está concebida como oratorio privado con función funeraria, acoge a ambos lados del altar mayor los sepulcros de los fundadores, y es "inusualmente grande" para ser una capilla independiente de una familia, con un interior de unos cincuenta pies de longitud (unos quince metros).

Marías apunta que obras del Greco en manos privadas no son un hecho insólito en Toledo, pues hay más cuadros que "permanecen de antiguo" y otros que "han sido recientemente hallados y tienen todavía que ser estudiados para poder tener una opinión cabal sobre su naturaleza de autógrafos, copias, taller o incluso falsos".

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