La gran industria abraza el sonido americano hecho en Toledo de Julián Maeso

Julián Maeso cierra el domingo en Toledo la gira de su 'Viaje sin vuelta a Saturno' - Fotografía archivo b-sidemg.com
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Después de la disolución en 2010 de The Sunday Drivers, banda española que disfrutó de gran proyección en el extranjero, al teclista Julián Maeso le tocó recomponer su carrera casi de cero, una misión que ahora, ante su tercer disco en solitario, ha recibido el aval de la gran industria.

"Solo puedo estar agradecido de que apuesten por una música que no es de fácil consumo y en inglés", admite el músico manchego en una entrevista con Efe ante la publicación este viernes de "Somewhere, somehow" (Sony Music), el primero que lanza de la mano de una multinacional.

En él vuelve a quedar de manifiesto la influencia estadounidense, pero con sello español. "Cuando me dicen que mi disco recuerda a las carreteras de EE.UU., yo les advierto que está grabado entre Toledo y Villaluenga de la Sagra. Tengo la suerte de tocar aquí con músicos excelentes, del nivel que puedan tener los extranjeros, pero no se les valora tanto porque igual son de Illescas", lamenta.

A él, cuenta, lo echaron del coro y del conservatorio, pero eso no impidió que aprendiera a tocar de oído el piano de casa y a entusiasmarse con aquellos vinilos de Chuck Berry que sus padres pinchaban a todo volumen para bailar.

"Durante años he oído muchas músicas distintas y no tengo complejos a la hora de cambiar de estilo, lo que me motiva es todo lo que me erice el vello", proclama Maeso (Toledo, 1986), que en "Somewhere, somehow" aborda soul, rock de los años setenta, pero también funk, country e incluso jazz, con la flauta invitada de Jorge Pardo (Premio Nacional de Músicas Actuales de 2015).

La gira de su anterior álbum, "One Way Ticket To Saturn" (2014), fue el caldo de cultivo perfecto para empezar a componer este álbum. Cualquier momento es bueno para que le asalten las melodías, grabarlas en el móvil y desarrollarlas con el piano o la guitarra poco a poco, dejándolas macerar y crecer. "Soy un poco como un médium", bromea.

La última de ellas, "It can't be true", llegó una Nochevieja. "Estaba mal a nivel personal. No quería salir de casa y me puse con el tema. Estaba en el momento idóneo para ello", comenta.

En sus primeros versos dibuja una imagen terrible, la de "miles de cuerpos flotando en el mar". "La realidad fue lo que me empujó a hacer esta canción. El disco es una crítica al ser humano, incluido yo mismo. Estamos abocados a nuestra destrucción y, por dinero, somos capaces de vender a nuestra vida. No es una concepción negativa, sino realista", opina.

Maeso asegura que él se levanta "dando gracias por haber dormido bajo techo, tener la comida asegurada y ninguna dolencia" y arremete contra "un mundo absurdo" que tiende a "la individualización del pueblo y a la deshumanización para poder manejarlo".

El título, "Somewhere, somehow", significa literalmente "en cualquier lugar, de cualquier forma", que es a menudo -señala- "como suceden las cosas", de una manera casual que determina dónde nacemos, quiénes somos y cómo nos va en la vida.

En su caso concreto, el paso por The Sunday Drivers y formar parte del circuito "indie" le permitió tocar en países como Francia o Grecia, telonear a músicos como Wilco o Coldplay y formar parte del cartel del Festival Internacional de Benicàssim (FIB).

"Aprendí mucho del negocio musical y del oficio, de estar en carretera... El problema es que solo se habla de eso y se olvidan de otras cosas que me han hecho llegar a donde estoy más que The Sunday Drivers", protesta.

Para su nueva gira, que echó a andar hace unos días, se vio obligado reunir una nueva banda de forma urgente, ya que por diversas cuestiones no pudo contar con The Magic Souls, con los que grabó el álbum.

Sus próximas citas le llevarán el 21 de octubre llegarán a Albacete (Clandestino) y el 22 a Murcia (Sala 12 y medio). Además, tiene previstos conciertos importantes en A Coruña (Mardi Grass, 18 de noviembre), en Madrid (Teatro Barceló, 25 de diciembre) y en Valencia (sala Wah Wah, 13 de enero).

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