Fernando Zóbel regresa 50 años después del museo de arte abstracto de Cuenca

Fernando Zóbel, artista cosmopolita y fundamental, nació en Manila, murió en Roma y eligió Cuenca para crear el Museo de Arte Abstracto Español, centro emblemático a punto de cumplir cincuenta años. Una de sus exposiciones llega a Madrid

Fernando Zóbel, artista cosmopolita y fundamental, nació en Manila, murió en Roma y eligió Cuenca para crear el Museo de Arte Abstracto Español, centro emblemático a punto de cumplir cincuenta años. Una exposición de sus primeras pinturas abstractas se inaugura en la Galería Cayón de Madrid.

"Y a mí qué se me ha perdido en Cuenca" recuerda Gustavo Torner, otro artista histórico de la vanguardia abstracta, que le respondió Zóbel (Manila 1924-Roma 1984) cuando le propuso que instalase en esa ciudad, en la que hoy está enterrado, el museo que quería crear para su colección. Se habían conocido poco antes, en la Bienal de Venecia de 1962 y a partir de entonces fue su gran colaborador y amigo, junto Gerardo Rueda.

Unos años después, en 1966, se inauguraba el museo en el que se gestó la vanguardia abstracta de la segunda mitad del siglo XX en España, inmortalizada en una famosa foto de todos los artistas ese día.

Zóbel lo cedió en 1981 a la Fundación March, que tiene previsto celebrar el cincuentenario con la ampliación de las salas en las Casas Colgadas de Cuenca, en las que el artista reunió lo más granado de la abstracción española, una colección de 700 obras, de Saura, Millares, Chirino, Guerrero, Sempere, Rueda o Torner.

Allí está depositada gran parte de su obra y en grandes colecciones, por lo que "ha sido difícil", ha manifestado a Efe el galerista Adolfo Cayón, reunir esta exposición homenaje, uno de sus proyectos más queridos por la relación de su padre con Zóbel. Es la primera muestra del artista en una galería desde hace veinte años.

Entre los cuadros que se pueden ver hasta el 6 de febrero está Istonium (1959), que formó parte de la exposición del Guggenheim de Nueva York en 1960 y "El nacimiento de Pegaso", de 1961, expuesto en el Pabellón de España en la Bienal de Venecia de 1962.

"Fernando Zóbel/c 1959", reúne obras fechadas entre 1957 y 1962 y muestra el surgimiento de la abstracción en este artista, que ya nunca abandonó, con obras de las dos series que pintó en esos años, "Saetas" y la posterior "Serie negra", donde limita su paleta al blanco y negro, a través de las cuales se afirmó como pintor.

Esta obra pictórica germinal, escribe Francisco Calvo Serraller en el catálogo "que es la del encuentro de Zóbel consigo mismo, está entreverada, diría, de una modernidad ancestral, esto es: de una espontánea reverberación de la antiquísima caligrafía oriental prensada por el mortero de cierto expresionismo abstracto occidental".

Zóbel introdujo en esta etapa una nueva técnica:la utilización de jeringuillas de cristal para inyectar en el lienzo las finas y largas líneas de la serie "Saetas" para expresar el movimiento.

"Mis pinturas de movimiento -señalaba Zóbel en una entrevista en 1972- están íntimamente relacionadas con la pintura oriental. La serie de las Saetas estaba inspirada en los jardines de arena japoneses. Todas aquellas líneas meticulosamente dibujadas con el rastrillo trasmiten un efecto inquietante".

De la "Serie negra", caligrafías negras sobre blanco, Zóbel escribió: "Pintura de luz y línea, de movimiento. Cuadros de ejecución rápida, improvisada, como la pintura china y japonesa (...) Línea; trayectoria. Huella de movimiento".

De nacionalidad y familia española, con una gran formación intelectual, educado en su natal Filipinas y en Harvard, gran viajero, conocedor y mecenas, Zóbel, que se había ocupado también antes de los negocios familiares, se afirmará como pintor en España, en donde se instala en 1961.

Después de 1963 será el paisaje el que inspire sus obras "en el que la luz se hace áurea y recobra un sentido íntimo", en palabras de Calvo Serraller. Las series más reconocidas serán las dedicadas a El Júcar, Serie Blanca o Serie Orillas, con las que Zóbel se convertirá en el gran representante de la abstracción lírica española.

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