El fuerte impacto de la covid-19 en el empleo cultural anual medio de 2020 dio lugar a un descenso interanual estimado del 5,9 %, según el estudio "Economía y Cultura. Una mirada hacia el futuro", realizado por la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas).
Según este informe que será presentado el próximo miércoles -y al que ha tenido acceso Efe- el empleo cultural anual medio en el año 2020 representó un 3,5 % del empleo total en España y se situó en 668,1 mil personas. Un dato que constata un descenso interanual medio del 5,9% respecto a 2019, cifra superior al descenso observado en el resto de sectores del conjunto de la economía, según los datos recogidos de la Encuesta de Población Activa, que registran un descenso interanual medio en 2020 del 2,9%.
En relación con la estructura del empleo, este informe apunta que en el empleo cultural se dio en 2020 una menor proporción de mujeres, 41,4%, por debajo de la observada en el conjunto nacional, un 45,7%. Un empleo femenino que se caracterizó por una alta formación académica, con tasas de educación superior que alcanzan el 71,9%, frente al 45,5%registrado en el conjunto del empleo.
Asimismo, el 66,8% del empleo cultural es asalariado, cifra inferior a la observada en el total, 83,9%, y presenta tasas de empleo a tiempo completo y a tiempo parcial del 88,2% y 11,8% respectivamente
Editado por Victoria Ateca Amestoy, Juan-José Ganuza y Jesús Prieto Sacristán, este informe, más allá de las cifras, "aporta una fotografía", ha matizado a Efe Ganuza, del estado del sector cultural, así como una comparativa internacional del peso de las actividades culturales.
En este sentido, el estudio compara este peso de la cultura en el marco internacional con el que tenía hace 20 años. Y concluye que en el ranking del impacto económico de la cultura el número uno es Estados Unidos, seguido de China y la Unión Europea.
Lo más notable, matizan desde Funcas, es la pérdida del liderazgo que ostentaba la Unión Europea en 1995 y, sobre todo, las "enormes ganancias" experimentadas por China. "Prácticamente todos los países de la UE perdieron posiciones en el ranking internacional entre 1995 y 2018, incluida España", añaden.
En términos de productividad, y dentro de la Unión Europea, España se encuentra en una posición intermedia, después de Italia, Francia y Alemania. "La noticia positiva es que en estos 20 años el empleo en actividades culturales ha crecido mas que en el resto de la economía", destacan.
Además, en este informe se ofrecen otros datos como los de que un 20% de los turistas extranjeros que nos visitan lo hace por una motivación cultural o que la cultura genera 16.983 millones de viajes, lo que representa un 17% del total de desplazamientos realizados por razones de ocio, recreo y vacaciones; y un 8,8% respecto del total de viajes efectuados.
En la segunda parte del informe Funcas analiza la financiación del sector audiovisual y hace una comparación respecto a los incentivos fiscales con nuestros países vecinos. Así, el texto pone de manifiesto cómo en Francia las deducciones pueden llegar al 75% y en Italia al 65%.
Y en la tercera parte llegan a conclusiones como las de que una de la barreras para el acceso a la cultura es la "falta de competencia" en determinados mercados culturales. "La falta de competencia, no solo reduce la diversidad, sino que incrementa los precios y expulsa los consumidores de menor renta, teniendo un impacto negativo sobre la desigualdad", matizan.
Por ello, la defensa de la competencia es un "herramienta para mejorar el acceso a la cultura", agregan en esta parte que defiende esta hipótesis a través del análisis de una serie de casos de la defensa de la competencia en Estados Unidos, la Unión Europea y España, desde la mitad del siglo XX hasta el día de hoy.
Por último se analiza el impacto de la digitalización en la equidad, en particular si la digitalización de contenidos puede favorecer la democratización de la cultura.
Sin embargo, y tras el análisis de la Encuesta de Hábitos y Prácticas Culturales en España 2018-2019, donde se recogen las visitas físicas y virtuales a organizaciones culturales vinculadas al patrimonio cultural, se concluye que los visitantes virtuales presentan un perfil similar al de los visitantes tradicionales.
"Es necesario cambiar la política cultural para atraer personas que consumen contenidos digitales de todo tipo hacia la alta cultura. La reducción de las brechas digitales es clave", apuntan.
