Las ciudades de Toledo y Cuenca, cuyos conjuntos históricos fueron declarados Patrimonio de la Humanidad en 1986 y 1996, respectivamente; han mostrado sus críticas por no haber participado en la redacción y aportaciones realizadas a la Ley de Patrimonio Cultural, aprobada en el último Consejo de Gobierno.
El futuro presidente del Grupo de Ciudades Españolas Patrimonio de la Humanidad (GCPHE) a partir del próximo mes de junio, y alcalde de Toledo, Emiliano García-Page criticó al Gobierno de Castilla-La Mancha por no tener en cuenta las aportaciones de estos dos Ayuntamientos.
El alcalde del Consistorio toledana dijo que no sabía a quién habían consultado desde la Consejería de Educación, Cultura y Deporte, y reprochó que tampoco se haya tenido a la ciudad de Cuenca.
Emiliano García-Page aseguró que ni siquiera tuvieron acceso al borrador, ni por parte del Ayuntamiento de Toledo y Cuenca, ni por el Grupo de Ciudades Españolas Patrimonio de la Humanidad, y calificó esta situación de “poco inteligente pues el patrimonio cultural es una cuestión que está muy por encima de cualquier batalla partidaria y política".
El consejero de Educación, Cultura y Deporte, Marcial Marín, puso en valor, durante la rueda de prensa para informar de los acuerdos del Consejo, la aportación realizada por hasta 21 colectivos y agentes involucrados en la protección del patrimonio, y citó al Colegio de Arquitectos de CLM, Real Academia de la Historia, la Asociación de Profesionales del Patrimonio Cultural, la FEMP, el Grupo de Patrimonio Histórico de la Guardia Civil, la Iglesia Católica o la Asociación de Conservadores Arqueológicos, además de las cinco comisiones provinciales de Patrimonio.
