20 años de “Hable con ella”, la cinta que consolidó a Almodóvar en Hollywood

Supuso para el director manchego su consolidación en Hollywood al conquistar un año después con esta película el Óscar al mejor guion original y la nominación a mejor director
20 años de “Hable con ella”, la cinta que consolidó a Pedro Almodóvar en Hollywood
photo_camera 20 años de “Hable con ella”, la cinta que consolidó a Pedro Almodóvar en Hollywood

El 15 de marzo de 2002 se estrenaba en España Hable con ella, el decimocuarto largometraje de Pedro Almodóvar (Calzada de Calatrava, Ciudad Real, 1949) que supuso para el director manchego su consolidación en Hollywood al conquistar un año después con esta película el Óscar al mejor guion original y la nominación a mejor director.

El enfermero Benigno Martín (Javier Cámara) y el veterano escritor Marco Zuluaga (Darío Grandinetti) coinciden en un espectáculo de la coreógrafa alemana Pina Bausch. En el escenario del Théatre de la Ville, en París, dos mujeres con los ojos cerrados y los brazos extendidos se mueven al compás de The Fairy Queen de Henry Purcell. La emoción de Marco es tal que rompe a llorar.

Meses más tarde, los dos hombres vuelven a encontrarse en la clínica privada donde Benigno trabaja. Lydia González (Rosario Flores), la novia de Marco y torera de profesión, está en coma después de sufrir la cornada de un toro, mientras que Alicia Roncero (Leonor Watling), una joven bailarina, ha sufrido un accidente de coche que la ha dejado en coma y al cuidado de Benigno.

Bajo esos parámetros arranca y transcurre Hable con ella en los que la incomunicación, la soledad, la amistad y la pasión se van dando la mano a través de estos cuatro personajes para desembocar en una novedad en la filmografía de Almodóvar hasta ese momento: centrar el foco de la atención para el espectador en la vida de dos hombres.

Desde su estreno Hable con ella encadenó una lista de nominaciones y premios solo comparable a la conseguida tres años antes, en 1999, con Todo sobre mi madre. Así, antes de recibir el Óscar al mejor guion original -único en la historia del cine español porque Luis Buñuel no pudo conseguirlo en 1973 por El discreto encanto de la burguesía-, ya había conquistado otros premios significativos.

Entre esos galardones figuran 7 premios del cine europeo, incluyendo mejor película y director, el César del cine francés o el BAFTA del cine británico o el Globo de Oro a la mejor película de habla no inglesa.

De este modo, Almodóvar que inició su reconocimiento en Hollywood en 1988 con Mujeres al borde de un ataque de nervios, conquistaba el Óscar en 1999 con Todo sobre mi madre y se consolidaba, definitivamente en la meca del cine, en 2003 con Hable con ella.

Pero, no todo fueron dulces para Almodóvar con esta cinta. Frente a tanto reconocimiento internacional, en España la película solo obtuvo 7 nominaciones en la XVII edición de los Premios Goya y únicamente se alzó con una estatuilla, la que logró Alberto Iglesias por su banda sonora, y además la Academia Española no la seleccionó para representar a nuestro país en los Óscar en favor de Los lunes al sol.

En febrero de 2005 Pedro Almodóvar y su hermano, el productor Agustín Almodóvar, hacían pública su solicitud de darse de baja de la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de España por el maltrato recibido en las nominaciones a La mala educación, con solo cuatro opciones de premio, sin embargo, algunas fuentes cercanas al cineasta situaban en los sucedido tres años atrás con Hable con ella el origen de tan drástica decisión.

La película también recibió un jarro de agua fría fuera del círculo cinematográfico. Pedro Almodóvar fue denunciado por Amnistía Animal-Comunidad de Madrid por someter a sufrimiento real y posterior muerte a cuatro toros, mientras la productora El Deseo defendió que todo fue legal y siguiendo todos los pasos con la ley en la mano y contando con la asesoría de la Escuela de Tauromaquia.

Sin embargo, ni esta denuncia ni el disgusto de no haber podido competir con la cinta en la categoría de mejor película en habla no inglesa nublaron la centelleante noche de Almodóvar en el Teatro Kodak de Los Ángeles prácticamente un año después del estreno de la película, el 24 de marzo de 2003.

Esa noche el director manchego subía al escenario a recoger su segundo Óscar, dedicando ese premio a toda la gente que está levantando su voz a favor de la paz, el respeto a los derechos humanos, la democracia y la legalidad internacional -Estados Unidos había entrado en guerra contra Irak-, y con la seguridad que su figura había arraigado en el olimpo del cine mundial.

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