Miguel Poveda: 'Hay letras que hieren, pero las canto porque son emociones que uno tiene'

El cantaor flamenco Miguel Poveda ha reconocido en una entrevista con Europa Press que hay letras que le resultan más difíciles de cantar cuando se sube al escenario, como las que hacen alusión a su padre, y aunque es duro hay que cantarlas

El cantaor flamenco Miguel Poveda ha reconocido que hay letras que le resultan más difíciles de cantar cuando se sube al escenario, como las que hacen alusión a su padre, y aunque es duro hay que cantarlas. "Esas letras me hieren, pero las canto porque son emociones que uno tiene que sacar afuera".

En una entrevista a Europa Press, con motivo de la presentación de su trabajo 'Sonetos y poemas para la libertad' en la Plaza de Toros de Toledo el próximo 17 de septiembre a las 21.00 horas, el cantaor ha confiado en que "la literatura siga viva también a través de la música y que emocione ese trabajo", ya sea "a cuatro o a 10.000 personas", siempre que para cada una de ellas sea "especial".

Poveda ha asegurado que cada vez que se sube a un escenario experimenta "todas las emociones juntas: nervios al principio, responsabilidad, emoción, comodidad, disfrute, alegría, pena, todo pasa por ahí", ha indicado, convencido de que lo que más le gusta son los momentos de escenario. "La conexión con el público, el poder expresarme, el poder verme, sentirme realizado".

Sobre su concierto en Toledo, ha adelantado que contará con un invitado especial, que es el cantautor Pedro Guerra, y el autor de la mayoría de la música del disco que él estaba trabajando con Luis García Montero, algo que le hace especial "ilusión" por poder estar acompañado en esta actuación.

"Yo creo que la gente va a disfrutar mucho porque es un trabajo muy variado en el que no sólo hago los sonetos sino que también hago clásico, tradicional y luego hay un rincón donde hago canción andaluza y el hecho de que esté Pedro Guerra lo hace mucho más especial", ha destacado.

JENJIBRE CON MIEL

El cantaor ha revelado que los días de concierto se levanta, prueba la voz, y está "más nervioso" de lo habitual, además de "como más ausente" para la gente que está a su alrededor, y un poquito más a su "bola", ha admitido.

Aunque no tiene manías a la hora de actuar, Poveda, después de cantar, se suele sentar durante diez minutos y respirar, porque la actuación hace que pierda "un montón de energías". Antes del concierto le gusta tomar jengibre con miel y aunque ha explicado que si no lo toma es como que le "falta algo", no cree ser "nada maniático".

Lo que sí ha asegurado es que los nervios los lleva "cada vez peor" debido a que cada vez tiene más responsabilidad. "No es un sufrimiento, porque yo disfruto, son los diez minutos de antes o diez primeros minutos del escenario, pero luego ya la mayoría del tiempo un disfrute absoluto", ha subrayado.

"SOLEDAD DECIDIDA"

El cantaor ha manifestado que con los años se ha vuelto "más solitario, mucho más" y que, como continuamente está con gente, viajando, en los escenarios, en todos los trayectos, cuando está en casa prefiere "oír un poquito de menos ruido".

Miguel Poveda, que ha apuntado que la "envidia" o la actitud de "algunos compañeros" son de las cosas que menos le gustan de su profesión, ha resaltado que él personalmente no es "muy ambicioso" y simplemente quiere poder hacer lo que le gusta, "dar calidad" a sus inquietudes y subirse a un escenario.

El cantaor, que guarda con especial sentimiento el nacimiento de su hijo, sobre todo de las primeras semanas --"en esas me quedaría para siempre", ha admitido-- elige, para su día a día, los cantes de Cádiz o los de Jerez, según el estado anímico en el que se encuentre. "Si estoy más melancólico, más triste, me gustan las soleas; si estoy más alegre y eufórico me gustan las bulerías de Cádiz".

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