La Consejería de Educación, Cultura y Deportes ha dictado dos resoluciones por las que se inicia expediente para declarar Bien de Interés Cultural a la Cerámica de Talavera de la Reina (Toledo) y la del Puente del Arzobispo, con la categoría de Bien Inmaterial.
Según publica el Diario Oficial de Castilla-la Mancha (DOCM), la Consejería ha dispuesto la apertura de un período de información pública, a fin de que todos cuantos tengan interés en el asunto puedan examinar el expediente y alegar lo que consideren oportuno, durante el plazo de un mes a contar a partir de este viernes.
La iniciación de este expediente supone la aplicación provisional del mismo régimen de protección previsto para los bienes declarados de interés cultural, quedando sometido al régimen de autorizaciones y de protección previsto en la legislación de patrimonio cultural.
Conforme a la Ley de Patrimonio Cultural de Castilla-La Mancha, tanto la cerámica de El Puente del Arzobispo como la de Talavera de la Reina, como patrimonio cultural inmaterial de la comunidad autónoma, será objeto de la máxima consideración de manera que se garantice el registro y documentación de la manifestación cultural, así como la salvaguarda de sus valores culturales.
Se favorecerán las condiciones para que ambas se mantengan vivas y se desarrollen por los fueros que marque autónomamente la colectividad que la protagoniza y le da razón de ser. Esta labor de protección debe orientarse fundamentalmente hacia la divulgación del conocimiento y la puesta en valor de todos los elementos, funciones y significados que esta manifestación cultural tiene para nuestra comunidad, favoreciendo la toma de conciencia de la población sobre su valor patrimonial, única manera de que la misma mantenga su vitalidad y de conseguir, por tanto, su continuidad.
En el caso de la cerámica de Talavera, dice el departamento de Marcial Marín, que posee unas características propias desde el siglo XVI, presenta unas tipologías ampliamente recreadas, una paleta de colores y unos motivos específicos, y ha mantenido el proceso artesanal de producción y su personalidad a lo largo de los siglos, convertida en una manifestación cultural viva asociada a un grupo humano y dotada de significación colectiva.
Mientras, la del Puente del Arzobispo está documentada desde época bajomedieval, presenta unas tipologías ampliamente recreadas y unos motivos específicos, una paleta de colores propia y ha mantenido el proceso artesanal de producción y su personalidad a lo largo de los siglos, lo que la convierte en una manifestación cultural viva asociada a un grupo humano y dotada de significación colectiva.
