Una exposición en El Prado da la palabra al Greco a través de su biblioteca

El Museo del Prado acoge desde la exposición 'La biblioteca del Greco', con la que pretende dar a conocer la intimidad del artista y desmontar al mismo tiempo los mitos y tópicos que se han creado alrededor de su figura

El Museo del Prado acoge desde hasta el próximo 29 de junio la exposición 'La biblioteca del Greco', con la que pretende dar a conocer la intimidad del artista y desmontar al mismo tiempo los mitos y tópicos que se han creado alrededor de su figura.

Según ha explicado Javier Docampo, uno de los comisarios de la muestra, este recorrido expositivo formado por 56 piezas reconstruye la biblioteca del pintor a partir de los inventarios que conocemos de "sus libros y enseres".

En ella, se invita al visitante a reflexionar sobre las interpretaciones tradicionales creadas en torno a su figura y su obra fundamentándose en los libros que el Greco tenía entre sus bienes y sus anotaciones al tratado de arquitectura de Vitruvio y las Vidas de Vasari.

En concreto, la exposición reúne 39 libros; tres manuscritos, los originales de los inventarios de 1614 y 1621 y una carta del Greco al cardenal Alessandro Farnese; nueve estampas, fundamentalmente obras de Cornelis Cort y de Alberto Durero; y cinco pinturas que muestran las variadas relaciones que pueden establecerse entre los cuadros y los libros del cretense, como 'El soplón' o 'La Anunciación'.

"Pintor naturalista"

Según explica Docampo, con esta muestra se descubren "sus ideas acerca del arte" y su concepto de la pintura "como ciencia especulativa" y como "algo que funciona para descubrir su realidad y lo que tiene alrededor".

"El Greco es un pintor naturalista, algo que extraña porque siempre ha sido considerado el pintor de los cielos y los ángeles. En realidad él aclara que es un pintor que descubre el mundo real, pero que también descubre lo imposible", explica.

En este sentido, Docampo indica que en esta muestra se desmontan los "tópicos repetidos" que han rodeado la figura del artista, como su posesión de libros de religión, que no obedece tanto a su devoción religiosa, sino a su interés por "ajustarse a los parámetros de lo que le pedía la iglesia en su momento".

Sus manuscritos también revelan que el pintor manejaba el castellano "con dificultad", ya que las notas que aparecen en algunos de estos libros están escritas a veces en un "idioma incomprensible" que a veces mezcla el español con el italiano.

En definitiva, esta muestra pretende "devolverle la palabra al propio Greco" a través de sus propios documentos, y presentar al artista "íntimo", la faceta menos conocida y que enriquece así la faceta pública que se muestra actualmente en Toledo.

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