El cantante Víctor Manuel: "Los himnos y las banderas huelen a alcanfor"

"Los himnos y las banderas huelen a alcanfor, un olor a otro tiempo", cuenta a Efe el cantante asturiano con motivo de la presentación de un nuevo libro
Víctor Manuel anuncia su primer disco de canciones originales en una década
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A Víctor Manuel los himnos y las banderas le huelen a "alcanfor", un olor que no forma parte de esa memoria gustativa que nos desvela en "El gusto el mio", un recorrido que nos lleva desde la cocina de su abuela en Mieres hasta la suya, ésa donde da de comer a amigos como Sabina, un comensal "melindroso".

"Los himnos y las banderas huelen a alcanfor, un olor a otro tiempo", cuenta a Efe el cantante asturiano con motivo de la presentación de este libro (editorial Aguilar), convertido en una suerte de banda sonora gastronómica que huele al "gochu" que cocinaba su abuela María o a las verdinas con callos de bacalao, fideuá, lentejas con foie o tortilla de patatas "con cebolla" que él hace.

Una obra en la que no encontraremos todo -algo sí- del contenido de ese recetario donde apunta cómo se hacen esos platos que "copia" a los cocineros que admira, como Ricard Camarena, el valenciano del que destaca sus caldos, sobre todo porque son "fáciles" de hacer en su casa.

"Le tengo tanto respeto a los buenos cocineros que publicar un libro solo de recetas me parecía un atrevimiento. Aquí cuento mis experiencias", expresa este buen comensal y mejor cocinero, a juzgar por los platos que han conquistado a paladares como el de Joaquín Sabina, "un melindroso", a Miguel Ríos, quien "come muy bien" o Joan Manuel Serrat, un amigo que "se lo come todo".

"Cuento solo lo que puedo contar -bromea- como que Javier Gurruchaga, cuando viene a comer con amigos, yo hago comida para todos pero a él le pregunto si quiere chistorra o tortilla".

Se lo pregunta porque Víctor Manuel sabe lo que gusta o no, lo que beben o no, sus amigos, ya que todo queda registrado en un bloc.

Además, según confiesa, cuando cocina se "relaja" pero hay "un punto" en el que sí se pone "nervioso": "cuando hago un arroz para mis amigos y veo que el arroz ya está para servir y no se sientan en la mesa".

Y su amor por la cocina viene desde niño, cuando observaba trajinar en la cocina de carbón a su abuela María, porque de ayudar nada de nada, eso no era para "hombres".

Un lugar que aún recuerda a la perfección cómo olía y que se ha convertido en uno de sus olores "favoritos", porque la memoria gustativa tiene estas cosas, hace que un plato nos transporte a un momento del pasado a la velocidad de rayo.

En "El gusto es mio", Víctor Manuel desvela que fue durante su primera gira a Valencia, a bordo de un Mini, cuando descubrió cómo era realmente una paella, o cómo cuando se vino a Madrid por primera vez supo que el pulpo se cocinaba. "Y en Madrid me puso a ir a los restaurantes temáticos", apunta.

"En las giras empecé a conocer la fritura de pescado del Sur, el jamón de Extremadura (...) y luego ya empezaba a planear rutas para visitar restaurantes", agrega este cocinero cantante al que le hubiera gustado sentar a su mesa a Severo Ochoa o a Margarita Salas, gente a la que "admira".

Aunque no tiene recetario de cabecera, porque prefiere "picotear" de los muchos libros que tiene en casa, sí que afirma que para él "Las mil ochenta recetas de cocina" de Simone Ortega fue el libro que le quitó, igual a que a muchos, "el miedo a cocinar".

En este libro, desde hoy a la venta, también podemos conocer algunos de esos restaurantes donde se le puede encontrar, ésos que son sus favoritos y que no duda en destacar en la entrevista: "Aponiente" en el Puerto de Santa María, "Bombas Gens" en Valencia o La Tasquita de Enfrente en Madrid.

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