El ARCO de la pandemia sube el telón entre incertidumbre y precios contenidos

Algunas galerías, aún presentes, se quejaban de las malas fechas, pero otras estaban entusiasmadas
El ARCO de la pandemia sube el telón entre incertidumbre y precios contenidos
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ARCO ha levantado el telón de su edición más atípica. La pandemia ha trastocado el mercado del arte y la feria española abre a medio gas, con solo 130 galerías. Muchas acusan la incertidumbre de las nuevas fechas, aunque otras se muestran optimistas y apuestan por precios para todos los bolsillos.

ARCOmadrid ha abierto este miércole al público para el público profesional. Serán tres jornadas dedicadas al negocio, una más que la pasada edición, en un año difícil para el sector. La feria, la segunda que se celebra en Europa desde el confinamiento, se prolongará hasta el domingo, 11 de julio, y el fin de semana estará dedicado al público general.

“Es un momento particular y somos conscientes. No entiendo este como un año de transición, como se puede ver no es una feria hecha a medias, 130 galerías es un gran proyecto de feria”, ha dicho hoy Maribel López, directora de ARCO, minutos después de que se abrieran las puertas de la primera jornada.

Algunas galerías, aún presentes, se quejaban de las malas fechas, pero otras estaban entusiasmadas. Helga de Alvear, una de las más veteranas, que abrió su museo en febrero en Extremadura, estaba encantada con el nivel de la feria.

“Pongo un diez a la directora, hacer una feria ahora mismo con las mejores galerías es increíble, espero que los españoles se den cuenta”, ha dicho a Efe. La galerista ya había comprado a primera hora de la mañana cinco piezas para su recién inaugurado museo, dos de ellas de Bruno Munari.

Todavía no ha habido ventas, pero es pronto, asegura, además de piezas de Isaac Julian y Ángela de La Cruz, trae de nuevo obra de Santiago Sierra, una serie de fotos (22.000 euros) de soldados veteranos que ya ha despertado interés entre coleccionistas.

GANAS RAZONABLES DE COMPRAR

Guillermo de Osma, otro veterano, llega también “con mucha ilusión” y se apuntaba ventas a primeras horas, dos cuadros de Oscar Domínguez. “Hay ganas de comprar, no te digo ganas locas, pero si ganas razonables”, reconoce.

“El mundo del arte le debe mucho a ARCO -explica-, para nosotros era importante estar, hay que mostrar solidaridad con la feria este año”.

Este sentimiento, el de solidaridad con la feria, es la sensación que prima entre muchos de los galeristas. A muchos no les convence el cambio de fechas (de febrero a julio), pero todos son conscientes de la necesidad de apoyar la cita.

Entre la representación internacional -más de la mitad de la nómina-, se encuentra la galería austriaca Krinzinger, que no se ha perdido ni una edición de las 40 que ha celebrado ARCO y no dudó en confirmar su presencia.

“Es un tiempo extraño sí, pero creemos que es necesari; la relación con ARCO ha sido siempre muy buena”, explica Thomas Krinzinger.

Clemente Cayón, de la galería Cayón, no se mostraba muy convencido por las fechas, porque muchos compradores no están en Madrid, pero también cree que “hay que apoyar la feria y apostar”. Su galería sin duda lo ha hecho con una gran obra de Jesús R.Soto de 6 metros de largo por 2,5 de alto, por el que ya ha mostrado interés algún comprador.

Fue concebida para una exposición en el Pompidou y estuvo expuesta en el Palacio de Velázquez. Cuesta 1,3 millones de euros y por el momento es la obra más cara de la feria.

Algunos agradecen el formato más pequeño de la feria. Uno de ellos es Armando Cabral, que ayer recibió el Premio A al Coleccionismo y que está convencido de que “va a funcionar muy bien”.

“Ahora vamos a poder ir más despacio, mirar con más atención, tener conversaciones -ha dicho a Efe-. Las ferias son muy cansadas y una feria más tranquila será más fácil”.

PRECIOS CONTENIDOS Y PRESENCIA FEMENINA

Pese a que hay grandes obras, se nota que las galerías han abierto la horquilla de precios hacia abajo. Guillermo de Osma, por ejemplo, tiene un Richard Serra por 550.000 euros, pero también obra original de Ismael Smith o Servando del Pilar por 360 euros.

Las mujeres parece que ganan peso este año. Además de “Proyecto de atistas”, 25 espacios distribuidos por la feria que este año serán solo para obras de creadoras, se suma una presencia de mujeres en los "stands", es el caso de Marina Abramovich, Vivian Sutter o Carmen Laffón.

En Guillermo de Osma hay dos excepcionales obras de mujeres, un Maruja Mallo (48.000 euros) y un María Blanchard por 80.000 euros.

La que por ahora parece que no ha llegado a ARCO es la polémica. Dos de los artistas más controvertidos son Santiago Sierra y Eugenio Merino. Este último muestra “Monumento a la corrupción”, una puerta giratoria dorada que alude a la corrupción política.

ARCO ha adaptado su recorrido a la pandemia: se han ampliado los pasillos dos metros, el recorrido tiene menos recovecos y a la entrada y la salida hay control de temperaturas. La mascarilla es obligatoria en todo el recinto y el aire se renueva tres veces a la hora.

Mañana, la feria será inaugurada oficialmente por los reyes.

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