Redoble de los broncos tambores de Las Turbas en Cuenca contra el coronavirus

Al mediodía, el miserere ha vuelto a sonar en el reloj de la Torre de Mangana, en el corazón del casco antiguo, que este año -por el estado de alarma- no ha podido recibir a la procesión Camino del Calvario, la más emblemática y multitudinaria de la Semana Santa de Cuenca, declarada de Interés Turístico Internacional
Redoble de los broncos tambores de Las Turbas en Cuenca contra el virus
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Los broncos tambores de Las Turbas han resonado desde los balcones este plomizo Viernes Santo en Cuenca, igual que el miserere, mezclados con sirenas de ambulancias, bomberos y Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en la ciudad, que sigue luchando contra la pandemia del coronavirus.

Al mediodía, el miserere ha vuelto a sonar en el reloj de la Torre de Mangana, en el corazón del casco antiguo, que este año -por el estado de alarma- no ha podido recibir a la procesión Camino del Calvario, la más emblemática y multitudinaria de la Semana Santa de Cuenca, declarada de Interés Turístico Internacional. 

Instantes después, una decena de ambulancias del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam), bomberos y Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado se han concentrado frente a la iglesia de San Felipe Neri, donde ha sonado de nuevo ese miserere.

A pie, algunos sanitarios y profesionales públicos, con mascarillas y paraguas; en balcones, terrazas y ventanas, conquenses y turbos, algunos entre lágrimas, con sus tambores desempleados y lazos enlutados. 

La caravana de la esperanza que estos días recorre la ciudad de Cuenca a las 20.00 horas también ha hecho resonar sus sirenas en la Plaza Mayor de Cuenca, donde cada Viernes Santo y cada Semana de Pasión llegan las hermandades que componen los desfiles nazarenos.

Han hecho parada además en la Puerta de Valencia y han recorrido el popular parque de San Julián, según ha podido comprobar Efe. 

La ciudad ha respondido a la convocatoria del Grupo Turbas, que días atrás llamó a salir a los balcones para recordar a los fallecidos y dar fuerza a los sanitarios que luchan contra el coronavirus, que, hasta este viernes, según la Consejería de Sanidad, ha causado la muerte de 123 personas en la provincia. 

Mayores, jóvenes y niños con sus túnicas moradas han respondido, durante diez minutos, a la convocatoria, algo que ha llenado de "emoción" al Grupo Turbas, según ha manifestado a Efe su presidente, Antonio Garrote, quien ha reconocido que tras "una mala noche, con mucha pena" ese respaldo, en una Cuenca unida contra el virus, les ha reconfortado.

"Queríamos que sirviera de homenaje a los fallecidos y a todos los que luchan contra esta pandemia", ha agregado Garrote, quien ha recordado que llevan tres años "muy complicados", dado que en 2019 la procesión no pudo salir y el año anterior se suspendió a mitad del recorrido por la lluvia. 

Con todo, ha confiado en que el año que viene Las Turbas puedan romper al alba desde la Iglesia de El Salvador y que su imagen, Nuestro Padre Jesús Nazareno (o Jesús de las Seis), les dé "fuerza" para salir adelante. 

Las "turbas", que da el sobrenombre a la procesión, son un numeroso grupo de personas que abre el desfile procesional en una representación de las multitudes que insultaban e increpaban a Jesús, cuando iba camino de su crucifixión.

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