A las doce de la mañana ya habían votado los once electores de Vindel, el pueblo con menos electores de la provincia de Cuenca, con lo que han podido cerrar el colegio electoral aunque tendrán que esperar a las ocho de la tarde para iniciar el recuento de votos.
Así lo ha explicado a Efe David Asenjo, el alcalde de esta pequeña localidad al norte de la provincia de Cuenca, que ha reconocido que no todos los años se da tan bien y que incluso algunas veces no alcanzan el 100 por cien de participación y no se puede cerrar el colegio.
Asenjo, que accedió a la alcaldía el pasado mes de mayo, ha reconocido que este año "hemos pagado la novatada, porque pensábamos que cuando hubiera votado todo el mundo podríamos hacer el recuento y dejarlo todo hecho pero la Junta Electoral nos ha dicho que no: que podemos cerrar el colegio pero hasta las ocho de la tarde no podemos iniciar el recuento, y eso hemos hecho".
El regidor ha reconocido que, en un pueblo con 11 electores, "no hay mucho misterio" y, además, al no poder formar parte de la mesa el juez de paz, "si una vez te toca presidente sabes que la siguiente te puede tocar vocal o suplente".
En Vindel han sido ágiles pero en el siguiente pueblo con menor número de electores, Olmedilla de Eliz (16), a las dos de la tarde sólo habían dejado sus papeletas en la urna tres habitantes.
