Empieza el juicio contra el asesino de Laura y Marina, con tensión y silencio de Morate

El acusado de asesinato, Sergio Morate, en la sala de juicios donde tiene lugar la vista oral del juicio en el que se le acusa de asesinar a Marina Okarinska y Laura del Hoyo en agosto de 2015 en Cuenca - EFE/ José Del Olmo
photo_camera El acusado de asesinato, Sergio Morate, en la sala de juicios donde tiene lugar la vista oral del juicio en el que se le acusa de asesinar a Marina Okarinska y Laura del Hoyo en agosto de 2015 en Cuenca - EFE/ José Del Olmo

El juicio que se sigue en Cuenca contra Sergio Morate, por el asesinato de Marina Okarinska y Laura del Hoyo en agosto de 2015, ha consumido la primera jornada entre la tensión que se vivió a la llegada del procesado, que se ha acogido a su derecho a no declarar.

A la llegada de Morate a la Audiencia Provincial de Cuenca, procedente de la cárcel de Estremera (Madrid), se han vivido momentos de tensión al ser increpado por las personas que se encontraban a la puerta del edificio en la que se desarrolla el juicio con un jurado popular.

Esta tensión se ha manifestado también en algunos momentos puntuales de la vista durante la declaración de algunos testigos, sobre todo de familiares de Marina y Laura.

Así, la hermana de Marina, Alina Okarinska, que a diferencia de sus padres no ha necesitado traductor, ha dicho a Sergio Morate antes de iniciar su declaración ante el tribunal "Desgraciado, levanta la cabeza y mira a mi madre a la cara".

A su vez, Sonia del Hoyo, una de las dos hermanas de Laura, le ha dicho tras declarar como testigo "asesino, qué valor", mientras que su madre, María Chamón, ha pedido al presidente del tribunal del jurado y de la Audiencia Provincial de Cuenca, José Eduardo Martínez Mediavilla, que le dejara ver la cara del procesado, lo que este no le ha autorizado.

En el transcurso de la vista, Morate se ha acogido el derecho a no declarar, al igual que han hecho sus padres, José Agapito Morate y María Jesús Garcés Escribano, y su hermano Óscar, que ha declinado también hacerlo en una videoconferencia.

Si han declarado la madre de Laura, María Chamón y sus dos hermanas, Sonia y Cristina del Hoyo, que básicamente han confirmado que Laura y Marina eran amigas, y han relatado cómo vivieron la jornada del 6 de agosto, cuando las dos chicas fueron asesinadas.

A su vez, los padres y la hermana de Marina Okarinska han coincidido en poner de manifiesto la difícil relación que tenía con Sergio Morate, una vez que habían dejado su relación de pareja tras estar durante cuatro años viendo juntos,

La hermana de la fallecida, Alina Okarinska, ha sido la más explícita y ha relatado que Sergio Morate era muy celoso y que Marina le había comentado que tenía que acabar con la relación con Morate, porque se había convertido en "una pesadilla".

Alina Okarinska ha coincidido con su madre, Olha Okarinska, en señalar que su hermana se sentía controlada y vigilada, porque Sergio Morate era muy celoso y en el mes de febrero le dijo "que no podía más, que no eran compatibles".

También han coincidido Alina y Olha en recalcar que Sergio Morate había obligado a Marina a dejar algunos de los trabajos que tenía, aduciendo que le restaban tiempo para su relación de pareja, aunque después sí estuvo trabajando en negocios de familiares del procesado.

En el mismo sentido se han manifestado algunas de las testigos que han comparecido en la vista, entre ellas Várvara N., una amiga ucraniana de Marina, la madre de ésta, María N, y María Luisa L.B. que regenta un restaurante en el que estuvo trabajando la joven.

A preguntas de los letrados, las tres han coincidido en que María había algún episodio de violencia física y han confirmado el carácter dominantes y controlador de Morate.

Várvara ha dicho que incluso llegó a grabar a su amiga sin que ésta se diera cuenta, porque tenía un mal presentimiento, en la que le había relatado a alguno de estos episodios y que Marina no había querido denunciar a Morate porque tenía aprecio por la madre de éste, ya que había convivido con la familia.

Además, tanto Várvara como Alina Okarinska han asegurado que Sergio Morate fue a buscar a Marina a Ucrania cuando la víctima se fue a su país a finales de marzo, aunque no la encontró.

Ha señalado también que Marina le dijo que se iba a Ucrania porque miedo, que estaba "asustada, aterrorizada y quería huir, porque la amenazaba".

Esta testigo ha aseverado que Marina le dijo que en una ocasión Sergio intentó estrangularla y que ella se defendió dándole una patada en los testículos, así como que Morate volvía cada vez que lo intentaba dejar "llorando lágrimas de cocodrilo" y le pedía que volviera con él.

En este sentido, ha apuntado que el acusado no entendía que dejaran su relación y le dijo que si lo abandonaba iba a contratar a alguien para matarla, además de que sufría infidelidades parte de Morate, incluso en la época en la que vivían juntos.

Por su parte, María Luisa N.B. ha dicho que la pareja tenía una relación conflictiva, con bastantes altibajos y con un afán de posesión y acoso por parte de Morate, que la seguía fuera del trabajo y la llamaba continuamente por teléfono.

Ha contado que en una ocasión la llevó al monte de noche en un coche, le quitó las llaves y dejó encerrada durante cuatro o cinco horas en su interior a Marina, a la que ha definido como "una persona muy valiente", que aunque tenía miedo "no quería preocupar a los demás".

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