Restaurado el lienzo del siglo XVIII de la Inmaculada Concepción de Cañaveras

Restaurado el lienzo del siglo XVIII de la Inmaculada Concepción de Cañaveras (Cuenca)
photo_camera Restaurado el lienzo del siglo XVIII de la Inmaculada Concepción de Cañaveras (Cuenca)

El pueblo de Cañaveras, que este jueves iniciaba sus Fiestas Patronales en honor a la Virgen del Pinar, ya puede disfrutar en su iglesia parroquial de San Martín del cuadro de la Inmaculada Concepción totalmente remozado, después de la intervención de la Diputación Provincial de Cuenca, a través de su Centro de Conservación y Restauración

El presidente de la institución provincial, Benjamín Prieto, acompañado de los diputados de Cultura y Fomento, Francisco Javier Doménech y Javier Parrilla, respectivamente, ha querido estar presente en el acto de entrega de este lienzo del siglo XVIII, que se ha desarrollado en el templo parroquial de Cañaveras con la asistencia de numerosos vecinos con su alcalde, Isaías Juan, a la cabeza.

Prieto ha resaltado que éste es un nuevo ejemplo de la sensibilidad y preocupación de la Diputación conquense por la recuperación y preservación del patrimonio histórico, atendiendo, una vez más, una demanda vecinal, que reclamaba la recuperación de esta joya pictórica de estilo barroco, según ha informado la Diputación en nota de prensa.

Es por ello que el primer edil cañaverero no ha dudado en mostrar su satisfacción por el resultado final de la restauración, así como su agradecimiento a la Diputación, en la persona de Benjamín Prieto, por haber hecho posible esta actuación.

ESTADO DE CONSERVACIÓN

El Centro de Conservación y Restauración se ha empleado a fondo en esta intervención, que comenzó el pasado mes de noviembre y ha concluido recientemente. En estos nueve meses, los trabajos se han centrado en devolver el esplendor de antaño a este cuadro de autor desconocido, que se encontraba bastante deteriorado, ya que estuvo olvidado en una cámara durante décadas; eso sí, esto permitió que se salvara de la destrucción de la Guerra Civil española.

Con unas dimensiones de 141 x 93 centímetros, la tela presentaba un mal estado de conservación, sobre todo, en la parte superior y lateral derecho, a lo que había que sumar un roto en forma de 'L' en la zona inferior y clavado con tachuelas.

Precisamente, la oxidación de estas últimas había dañado la tela deshaciéndose por la acidificación originada. Además, la costura que recorre verticalmente el lienzo había perdido parte del refuerzo textil que la cubría en el tramo inferior y se había despegado parcialmente.

En general, existía una capa de suciedad adherida a la policromía con polvo, gotas de yeso y excrementos de animales. Asimismo, al amarilleamiento y pérdida de flexibilidad del barniz, había que agregar el oscurecimiento producido por la oxidación de los aceites en los que se disolvía la resina para su aplicación y la adhesión de partículas de humo de las velas y suciedad grasa.

Y, por último, esta pintura al óleo sobre lienzo había perdido flexibilidad, formándose craquelados y quebrándose la policromía que llegó a desprenderse en algunos puntos muy concretos.

RESTAURACIÓN

La restauración se ha centrado principalmente en el sentado de las escamas de pintura inyectando un adhesivo de uso tradicional en pintura, la reparación de los desgarros de la tela y una minuciosa limpieza tanto del reverso como de la policromía, eliminando el barniz amarillento que junto a la suciedad, impedía apreciar la imagen.

Finalmente se han estucado todas las pérdidas y recompuesto en lo posible, la escena representada; sin olvidar, la sustitución del bastidor de madera por otro de mejores características y se ha dotado al cuadro de un marco de época realizado y decorado a medida.

Un exhaustivo y meticuloso trabajo de restauración que ha sido del agrado de los vecinos de Cañaveras, que han visto cómo esta joya pictórica del siglo XVIII ha vuelto a lucir como antaño.

CARACTERÍSTICAS DE LA OBRA

Este lienzo muestra a la Virgen como Inmaculada Concepción ya que por ser Madre de Dios, fue concebida sin mancha. Cuando los artistas a finales del s.XV empezaron a recibir encargos con este tema, se enfrentaron al problema de expresar el concepto abstracto de la pureza antes de la concepción, basándose en las Escrituras.

Se estableció, entonces, el modelo iconográfico de la Tota Pulchra, basándose en el Cantar de los Cantares: 'Tota pulchra es, amica mea, et macula non est in te' (Eres completamente bella, amiga mía, y estás preservada de toda mancha).

Se trata de una representación de María sin su Hijo, en actitud de oración en el centro de la composición, con el pelo suelto y rodeada por una serie de metáfora visuales en alabanza a su pureza: en el caso de la pintura de Cañaveras encontramos el espejo sin mácula, la rosa y el lirio entre espinas (María entre pecadores está libre del pecado original), la palma de Cadés (triunfante sobre el pecado como ciudad en el desierto) y el clavel (Encarnación de Cristo en un vientre puro).

La Tota Pulchra fue evolucionando con rasgos de la mujer apocalíptica "una Mujer vestida con el sol y la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza" y de la mujer del Génesis: "Pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu linaje y su linaje; él te pisará la cabeza mientras tú acechas su calcañar", añadiendo la serpiente a los pies de la Virgen.

El resultado en España fue una iconografía de la Inmaculada Concepción tan popular que se exportó a otros países y hoy en día es inconfundible a nivel mundial.

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