La Guardia Civil rescata a una corza en el canal del trasvase Tajo-Segura en Cuenca

Según la Guardia Civil, el rescate no fue fácil, ya que se necesitó más de dos horas de brega hasta que los agentes consiguieron engancharlo, puesto que el animal, a pesar de su agotamiento, en ningún momento dejó de nadar
La Guardia Civil rescata a una corza en el canal del trasvase Tajo-Segura en Cuenca
photo_camera La Guardia Civil rescata a una corza en el canal del trasvase Tajo-Segura en Cuenca

Agentes de la Comandancia de la Guardia Civil de Cuenca, dentro de los servicios de protección de medio ambiente y la naturaleza que se llevan a cabo, han rescatado a una hembra de corzo que se estaba ahogando en el canal del trasvase Tajo- Segura.

En nota de prensa, la Benemérita ha informado de que sobre las 13.00 horas del lunes día 18 se recibió llamada de alerta en el Centro Operativo Complejo de la Guardia Civil de Cuenca, donde la patrulla del Puesto de la Guardia Civil de Sisante informó que en las inmediaciones del kilómetro 3 del canal del trasvase Tajo-Segura había un corzo y que no podía salir del mismo.

Inmediatamente se alertó a una patrulla del SEPRONA, ubicada en San Clemente, que se trasladó al lugar, comprobando como una hembra de corzo nadaba de manera extenuante dentro del canal.

Por parte de las patrullas de servicio, con los medios a su alcance, intentaron en varias ocasiones rescatar al animal, sin éxito, por lo que se solicitó colaboración al presidente del coto de caza de la localidad de El Picazo (Cuenca), que inmediatamente puso a disposición de los agentes cuerdas y todo el material necesario, llegando dos de sus familiares a participar activa y voluntariamente en el rescate.

Según la Guardia Civil, el rescate no fue fácil, ya que se necesitó más de dos horas de brega hasta que los agentes consiguieron engancharlo, puesto que el animal, a pesar de su agotamiento, en ningún momento dejó de nadar. Una vez capturado, lo llevaron hasta la orilla y lo izaron con bastante esfuerzo y cuidado.

En la orilla, el animal estaba tan débil que no era capaz de ponerse en pie, por lo que se le secó con un trapo, se le proporcionó calor y todo tipo de cuidados, hasta que poco a poco comenzó a reaccionar.

Pasada una hora y como el animal comenzaba a recuperarse y con el objeto de evitarle más estrés y sufrimiento, se le llevó al monte y después de buscarle un lugar seguro donde cobijarse, se le dejó descansando.

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