El delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha, José Julián Gregorio, ha asegurado este miércoles que "no tenemos que temer nada" por la ubicación del Almacén Temporal Centralizado de Residuos Nucleares (ATC) en Villar de Cañas (Cuenca) porque sus medidas "están todas supeditadas a parámetros de seguridad nuclear europea".
Gregorio se ha referido así al terremoto de este martes que tuvo por epicentro a La Alberca del Záncara (Cuenca), a 40 kilómetros de los terrenos donde se proyecta construir el ATC en Villar de Cañas con motivo de presidir la entrega al Ayuntamiento de Huete del patrimonio cultural del archivo municipal recuperado por la Guardia Civil.
"Nosotros tenemos una seguridad que es de las mas importantes a nivel europeo, en España, y que además están valoradas por inspecciones europeas", ha razonado Gregorio, por lo que "creo que no tenemos que temer absolutamente nada por estas instalaciones".
De hecho, el delegado gubernativo ha opinado que "el ATC es una instalación que es necesaria para nuestro país" y, además, que "va a traer para una zona de Cuenca, muy deprimida, un riqueza importante porque el empleo que tiene la ATC es de calidad y van a llegar muchos ingenieros", ha subrayado.
PATRIMONIO DE HUETE RECUPERADO POR LA GUARDIA CIVIL
La Guardia Civil de Cuenca ha recuperado dos tomos de protocolos notariales, fechados en 1589, pertenecientes al archivo municipal de Huete, a raíz de una investigación iniciada en diciembre surgida de un anuncio en un portal web donde se ofertaban estos manuscritos.
Al comprobar el archivo de la localidad conquense se había verificado la falta de dos volúmenes del notario Antonio Gómez, desaparecidos antes de 1991, cuando se elaboró un catálogo de la documentación existente en el archivo municipal.
Al no encontrarse los libros se dieron por perdidos o destruidos, pero tras tener conocimiento del anuncio en el portal web, agentes especializados en Patrimonio-Histórico de la Guardia Civil iniciaron averiguaciones, ha informado la Delegación del Gobierno en nota de prensa.
Las indagaciones dieron como resultado la identificación de dos personas. La primera de ellas, quien supuestamente tenía en su poder los manuscritos, y una segunda persona implicada era quien hacía de intermediario en la operación de venta.
Después de contactar con estas personas se les instó a que entregaran los dos volúmenes para verificar su autenticidad, entrega que se realizó de forma voluntaria, comprobando los agentes que, a falta de más pruebas periciales, se trataba de dos libros de protocolos notariales, datados en 1589 del notario Antonio Gómez.
La persona que tenía el libro manifestó que había llegado a su poder por herencia familiar, desconociendo que pudiera estar cometiendo una ilegalidad. Las diligencias junto a los libros han sido puestas a disposición del Juzgado de Guardia de Tarancón.
